Análisis de Star Wars Outlaws. El gran juego de forajidos que toda la galaxia esperaba

Nadie está a salvo en la galaxia. La tiranía del Imperio Galáctico cubre todos los sistemas bajo su influencia y asfixia toda idea de libertad. Mientras Darth Vader da caza a la Alianza Rebelde, la vida sigue su curso: la gente trabaja, se divierte y trata de sobrevivir a las inclemencias del día a día. La diversidad de especies colorea calles, mercados y cantinas, donde se mezclan distintas lenguas y muchas caras diferentes. Star Wars Outlaws, la nueva producción de Ubisoft Massive Entertainment, desciende hasta los bajos fondos y se infiltra en los distritos controlados por los sindicatos criminales.

Solo es posible elegir si se hace en libertad. Kay Vess no aprendió sus artes de ladronzuela por capricho, sino por pura necesidad. La protagonista del videojuego ha vivido su infancia y juventud en el distrito de trabajadores del planeta Cantonica, aunque su objetivo es viajar lejos, ver mundo y vivir en libertad. Este concepto resulta algo abstracto teniendo en cuenta quién gobierna y de qué forma. Después de todo, Vess entiende la libertad a su manera.

El juego, que se ambienta entre ‘El Imperio Contraataca’ y ‘El Retorno del Jedi’ arranca en las calles de Cantonica, donde opera un nuevo sindicato criminal conocido como Zerek Besh. Lo lidera Sliro, un misterioso personaje que guarda un suculento tesoro en su cámara acorazada. ¿Qué mejor idea que robarlo? Kay Vess y su fiel amigo Nix, un animalito de la especie Merqaal, se pone manos a la obra y se infiltra en una fortaleza casi inexpugnable. Ni que decir tiene que la cosa se tuerce, pero el dúo consigue robar una nave y escapar de forma agónica.

Ya en el espacio, los criminales tratan de darles caza, por lo que varios disparos impactan en la Cazaestelas, lo que le provoca serios daños. Kay maniobra con rapidez y sigue una ruta predeterminada que conduce la luna de Toshara, donde realiza un aterrizaje de emergencia. Sin más recursos que los que lleva encima, la joven se adentra en una aventura llena de oportunidades y de peligros.

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Kay en el juego de los sindicatos criminales

El Imperio Galáctico, los Rebeldes, los sindicatos... para Kay, las diversas facciones son iguales, ya que está convencida de que todas ellas se preocupan solo por ellas mismas. Su motivación parte del deseo de alcanzar la libertad, aunque el método de conseguirlo puede ser cuestionable: jugar al juego de los sindicatos criminales, reunir una tripulación y robar el botín de Sliro. Quizá tener dinero no te haga libre, pero desde luego facilita las cosas, incluso en la época de la Guerra Civil Galáctica.

Kay Vess es una forajida muy al estilo Star Wars, una contrabandista dada a meterse en problemas y a salir airosa de cualquier situación que se le presente. El juego explora su relación de amistad con Nix, que no es una simple mascota, sino un aliado importante, también de cara a los trabajos que llevará a cabo durante su periplo por la galaxia. Poco a poco, forjará otras relaciones con sus aliados, incluyendo a ND-5, un droide comando BX de las Guerras Clon.

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La relaciones son un componente importante de Star Wars Outlaws. El mundo criminal se mueve a través de la reputación, que cambia en función de las lealtades. Pero ser leal entre ladrones (y en este caso también asesinos) no es lo que más se destila, al menos en este universo. Los cuatro sindicatos con los que Kay trabaja (Alba Escarlata, los Pyke, el cártel de los Hutts y el clan Ashiga) compiten por la hegemonía. Y todos la quieren a ella para que cumpla sus encargos.

El sistema de reputación no modifica la historia principal, pero sí tiene efectos circunstanciales en el mundo. Si está a buenas con alguno de los sindicatos, Kay podrá acceder a los distritos con libertad, a excepción de las zonas restringidas. Al mismo tiempo, podrá activar ciertas misiones o comprar un surtido de mercancías especiales. Se trata de un sistema gradual que va cambiando según lo que haga la protagonista. Por ejemplo, si la pillan robando o entrando en un lugar que no debe la reputación irá bajando.

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Este juego no está diseñado para que la forajida se lleve bien con todos los sindicatos a la vez. De hecho, resulta inevitable traicionar a uno u otro en momentos concretos de la historia, así que tampoco funciona muy bien lo de querer contentar solo a uno. Mejor meterse en la cabeza que en los bajos fondos se llevan las cuchilladas por la espalda.

Al sistema de reputación le falta algo de profundidad. Su aplicación jugable encaja, pero hubiera estado mejor que también se imbricara un poco más con el argumento. La trama no tiene por qué cambiar en su esencia, pero tal y como está diseñado da la sensación de que las acciones de Kay carecen de relevancia. A veces, incluso, se producen reacciones que no concuerdan: después de traicionar a Alba Escarlata, la cazarrecompensas mantiene una conversación con Qi’ra (la líder) como quien no quiere la cosa.

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Así es el mundo de Star Wars Outlaws

Star Wars Outlaws ha sido definido como el primer juego de mundo abierto de la saga, aunque Jedi: Survivor goza de una estructura similar. Massive Entertainment ha logrado capturar el espíritu de la trilogía clásica, tanto en el diseño de los personajes como de las localizaciones. Además de Cantonica, el juego incluye otros tres planetas: la luna de Toshara es un sistema creado ex professo para este título. Kijimi apareció por primera vez en ‘Episodio IX: El Ascenso de Skywalker’ y Akiva solo había salido en una novela. Y Tatooine... bueno, Tatooine no necesita presentación.

La ambientación es increíble: los pueblos y las ciudades contienen multitud de detalles que te hacen sentir dentro del universo de Star Wars. Sin embargo, en los puntos urbanos se da una circunstancia particular. A pesar de estar llenas de gente y de droides, parece un poco de atrezzo, como si fuera un parque de atracciones. Las ciudades lucen estáticas porque faltan personajes con rutinas que aporten más dinamismo y vida. Aun así, el trabajo de diseño es incomensurable.

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Esa pequeña sensación de artificialidad no se traslada al mundo abierto, donde siempre terminan ocurriendo cosas. Massive Entertainment se despoja del diseño habitual de los videojuegos de Ubisoft y prima la exploración y el descubrimiento. Los planetas están repletos de secretos e historias a revelar, ya sea como parte de una misión o de una manera más orgánica, sin que medie ningún encargo.

La parte del mundo abierto desprende vida, incluso en los lugares más inhóspitos. Desde el inclemente desierto de Tatooine hasta el frío polar de Kijimi. Akiva y Toshara representan dos tipos de belleza diferentes: la primera, la de un entorno natural y verde, propenso a la lluvia constante; la segunda, la de una ciudad esculpida en el interior de una montaña. La vegetación mecida por el viento, la nieve cayendo suavemente sobre el suelo, la humedad en el ambiente, la arena que se mete en todas partes... y en esos escenarios, animales y más animales. Algunos hostiles, sí, pero la gran mayoría se dejan acariciar.

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El fascinante viaja de Kay y Nix

La forma de interactuar con los escenarios no es como en Assassin’s Creed o The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. Kay no escala montañas, si bien es habilidosa con su gancho, una herramienta que le permite engancharse a salientes o balancearse de una plataforma a otra. Cierto que las partes plataformeras son muy simples, un poco al estilo Final Fantasy VII Rebirth, aunque disfrazado de Uncharted. Llegar al puente de mando de una nave de la Alta República ha sido toda una experiencia, eso lo podemos garantizar.

Transitar por estos planetas a pie puede fortalecer los músculos, aunque no es lo más conveniente si queremos llegar a tiempo a nuestro destino. Así las cosas, la protagonista se agencia un speeder (en Star Wars, especie de moto sin ruedas que vuela). Da gusto coger velocidad e intentar no estamparte con una roca o un animal. La sensación de conducirlo está muy conseguida, por mucho que a veces resulte difícil no chocar.

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Como en otros juegos de mundo abierto, las tareas se categorizan según el tipo de misión. Muchos de los trabajos secundarios se activan después de que un personaje llame la atención a Kay. En otras ocasiones, la chica puede escuchar conversaciones a hurtadillas y obtener la información que da inicio a un nuevo encargo. Por supuesto, no faltan los contratos de sindicatos e incluso un tipo de misión que solo se puede realizar en caso de tener buena relación con un grupo criminal concreto.

Algunos cofres y puertas están protegidos y cerrados a cal y canto. En esos casos, toca forzar la cerradura mediante un minijuego bastante simpático: consiste en escuchar las pulsaciones, pillar el ritmo y pulsar el botón usando la misma cadencia de sonido. El otro minijuego, el del hackeo de terminales, nos ha parecido más soso. Basta con poner cuatro glifos en el orden correcto, pero el nivel de reto es nulo. Es imposible no mencionar la adaptación del Sabacc, el juego de cartas más popular de la galaxia. Massive ha fijado las reglas de una variedad que ha denominado Sabacc de Kessel. El objetivo es conseguir una pareja de cartas con la menor puntuación posible. Cuidado, que engancha. Y sí, por supuesto, Nix nos ayudará a hacer trampas.

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Sigilo y combate, una combinación que funciona

Kay Vess es una forajida experimentada, pero no dispone de las habilidades de combate de los Jedi. Esta concepción del personaje se refleja asimismo en la jugabilidad. Siempre que sea posible, la elección del sigilo suele ser la solución más solvente. El juego introduce mecánicas bien conocidas de otros títulos de Ubisoft (silbido para llamar la atención de los enemigos, esconderse en la hierba alta, noquear por la espalda, agacharse para hacer menos ruido, etc). Pero a diferencia de otros videojuegos, la contrabandista cuenta con Nix. Kay puede pedirle que se haga el muerto para despistar a los enemigos o que los ataque para dejarlos fuera de combate por unos segundos. Además, su compañero peludo trae objetos, roba, abre rendijas de ventilación, pulsa botones y sabotea alarmas. Pese a que Nix mejora algunas de estas habilidades, quizá falte un repertorio de opciones más amplio.

El sigilo es poco profundo y adolece del mismo problema que Far Cry y Assassin’s Creed: la inteligencia artificial de los enemigos sigue estando por detrás de todo lo demás. A veces te pillan en cuestión de segundos, otras ni te crees que no te hayan visto. En nuestras impresiones finales, expresamos cierta preocupación por las misiones de sigilo obligatorio en las que tenías que repetir desde el último punto de control si te pillaban. Afortunadamente, esas partes están equilibradas y no dan demasiados quebraderos de cabeza.

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El sistema de combate introduce varias posibilidades: lucha cuerpo a cuerpo, con bláster o con el arma de los enemigos. El combate a puñetazos es muy limitado y solo te deja golpear con un botón, sin opción alguna de defensa.

Vess no se maneja mal con la pistola bláster, pero no lleva una armadura de beskar, así que es muy vulnerable a los tiros. Puede que los Soldados de Asalto no acierten una en las películas, algo que no ocurre en este título. Los combates son contundentes, te obligan a esconderte detrás de una cobertura y la exposición se penaliza mucho. Un disparo bien dado baja la salud muy rápido. Y ojo con el sobrecalentamiento.

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La pistola dispone de varios módulos diferentes, alguno de ellos desbloqueable. Una vez equipados en la ranura correspondiente (tres en total), se pueden intercambiar durante la batalla, dependiendo del tipo de enemigo. Los droides y los escudos son vulnerables a la electricidad, mientras que otros enemigos caerán más rápido si utilizamos las balas más convencionales. Hay un ataque encadenado mediante el cual fijamos a varios enemigos y los eliminamos de una tacada, siempre y cuando el medidor de adrenalina esté lleno. También podemos lanzar granadas, y como decíamos, recoger las armas de los enemigos, que duran hasta que se acaba la munición.

Como en el caso del sigilo y de las plataformas, se trata de un sistema sencillo, fácil de entender y divertido. En conjunto, todos estos aspectos funcionan a la perfección sin ser brillantes. Lo mismo se puede decir de las batallas de naves, que por cierto, mejoran mucho cuando desbloqueamos algunas mejoras. Que nadie espere algo cercano a Squadrons porque esto es otra cosa, pero entretenido es un rato.

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Esto es lo que hay que saber sobre el sistema de progresión

En nuestro periplo por la galaxia, encontramos piezas y materiales de todo tipo, que nos sirven para instalar nuevos módulos en el bláster o mejorar la pistola. En los talleres y en las tiendas podemos comprar lo que necesitemos, incluyendo piezas de la nave. Este proceso se lleva a cabo en una interfaz limpia y sencilla.

Kay recluta a especialistas, lo que añade una capa adicional a la progresión: mejoras del hackeo, speeder, bláster, sigilo, habilidades para Nix... Cada uno de estos especialistas tiene su propia misión de historia, casi todas de gran calidad. Lo curioso de este sistema es que las habilidades se desbloquean después de cumplir una serie de requisitos, a menudo pequeños desafíos como disparar cinco cinco tiros en la cabeza o hacer que Nix robe varios objetos.

Por último, pero no por ello menos importante, ciertas prendas de ropa proporcionan ventajas, mientras que otras solo son estéticas.

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Star Wars Outlaws es precioso gráficamente, pero tiene sus problemas: la expresión de los rostros es mejorable y algunas animaciones son un poco toscas. En Xbox Series X nos hemos topado con alguna caída de framerate, pero por lo demás el acabado es bastante sólido.

En un juego de Star Wars hay un aspecto que no debe fallar nunca: la banda sonora. Desde el tema principal hasta las piezas más épicas y emotivas, el compositor Wilbert Roget II es fiel a las partituras de John Williams, aunque la música tiene su propia personalidad. Un aspecto a resaltar es que las melodías modifican su intensidad cuando se produce un encuentro hostil. En tiempo real, la música cambia y se adapta a la epicidad del momento.

Star Wars Outlaws ya está disponible en acceso anticipado. Se lanzará para todos el 30 de agosto en Xbox Series X, Xbox Series S, PS5 y PC.

Análisis de la versión de Xbox Series X. Código proporcionado por Ubisoft.

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