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Shin chan: Nevado en Carbónpolis

Shin chan: Nevado en Carbónpolis

  • PlataformaPC7NSW
  • GéneroSimulación, Aventura
  • Desarrolladorh.a.n.d.
  • Lanzamiento24/10/2024
  • TextoEspañol
  • VocesJaponés
  • EditorNeos Corporation

Review

Análisis de Shin Chan: Nevado en Carbónpolis, bucólicas vacaciones entre la realidad y la fantasía

La fórmula de mezclar Shin Chan con My Summer Vacation sigue ofreciendo títulos encantadores.

Hace un par de años, para fortuna de aquellos que deseaban que se editara en nuestro territorio tras ver su tráiler en un Nintendo direct, no existiendo muchas esperanzas de que ello finalmente ocurriera, se publicó Shin Chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita en occidente. De enorme popularidad en nuestras fronteras, tanto el anime como el Manga que narran las vivencias del descarado y deslenguado niño de 5 años Shin Chan son licencias que despiertan gran expectación. Tras ver las preciosas imágenes del tráiler del título protagonizado por tan peculiar zagal, infinidad de jugadores comenzaron a suspirar por poder disfrutar del mismo. Finalmente, recibimos una suerte de simulador de vida ligero, que con pericia buscaba emular las sensaciones de un niño en pleno verano con todo el tiempo libre del mundo por delante e infinidad de cosas por descubrir y con las que maravillarse. De jugabilidad sencilla, y sin presentar prácticamente reto alguno, era un título que buscaba la relajación, la contemplación y el gozo de la vida bucólica, el cual además hacía gala de un apartado visual en tonos acuarela pastel realmente preciosos.

Este 23 de octubre de 2024 recibimos un título de corte muy similar, Shin Chan: Nevado en Carbónpolis, al que de hecho se le puede tachar de ser excesivamente continuista con respecto a La semana infinita. Nuevamente nos encontramos con un videojuego que nos invita a recorrer pausadamente un bello enclave campestre, realizando tareas mundanas como cazar insectos, recoger plantas o dedicarnos al ancestral arte de la pesca, mientras vivimos una trama sencilla impregnada del surrealismo mágico propio de las andanzas del desvergonzado Shinnosuke Nohara. No hay excesiva evolución con respecto al anterior título mencionado, y desde luego si aquel os pareció demasiado sencillo y carente de reto y no logró engancharos, no esperéis que ello ocurra con Nevado en Carbónpolis. Por el contrario, si buscáis un título relajado, para desconectar sin excesivas complicaciones mientras gozáis de bellísimas estampas costumbristas y del humor irreverente del incomparable Shin Chan, aquí tenéis un título que os tendrá entretenidos durante horas. El juego está disponible en PC para Steam y para Nintendo Switch.

Unas vacaciones de fábula

La trama del título arranca con un viaje de negocios de Hiroshi, padre de Shin Chan, a Akita, su pueblo natal. El cabeza de familia decide llevarse a la familia con él, y alquilan una preciosa casita rural cerca de las de sus padres donde se crió. El abuelo de Shin Chan, Ginnosuke, lo introducirá nada más comenzar el juego a bucólicos entretenimientos como la caza de insectos y el placer de la pesca. A partir de ese momento, podremos ir conociendo con calma a los distintos habitantes de Akita, interactuando con ellos a través de sencillos diálogos, y recibiendo las primeras misiones, pudiendo explorar el vecindario a nuestro ritmo. Los primeros compases serán apacibles, y sin un objetivo realmente claro más allá de pasearnos por los bellísimos parajes de Akita, coleccionando insectos, peces, vegetales y minerales mientras interactuamos con los vecinos del pueblo.

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La cosa se complica cuando cierto día el perro de Shin Chan, Nevado, vuelva a casa cubierto de manchas de carbón. Nuestro intrépido protagonista decide averiguar qué ha pasado, y sigue a Nevado hasta un mágico tren que lo lleva a la misteriosa ciudad minera de Carbónpolis, donde parece que algo no va del todo bien. Dicha ciudad tiene ese toque de surrealismo mágico comentado, ya que surge de manera extraña, y cuando Shin Chan vuelve de sus peripecias en la misma parece que despierta de un sueño. En cualquier caso, la decadente ciudad minera pone un interesante contrapunto al bucólico pueblecito de Akita, añadiendo además una buena cantidad de localizaciones, misiones y minijuegos, siendo el añadido más interesante del título con respecto a lo que ofrecía La Semana Infinita. Predecible y muy arquetípica para lo que nos vienen ofreciendo las andanzas de Shinnosuke, la trama principal cumple, aunque quizá las tramas secundarias sean menos inspiradas que las del anterior título del personaje. Por fortuna, nuevamente contamos con localización de textos a nuestro idioma, mucho más pulida que la que recibimos en La Semana Infinita.

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Ni profundidad jugable ni desafío, relajación, coleccionismo y observación

Al igual que el anterior título, el juego se estructura por días, aunque no hay límite de ellos. El medidor de tiempo que dicta el transcurrir de cada día únicamente avanza cuando pasamos de una pantalla a otra, manteniéndose constante mientras permanecemos en la misma pantalla, aunque estemos en medio de una conversación o realizando alguna actividad. Una diferencia muy importante con respecto a La Semana Infinita es que se ha eliminado el medidor de energía de Shin Chan, una de las principales quejas de los jugadores con respecto a aquel título, puesto que esto chocaba con la relajación y el descubrimiento pausado y a nuestro ritmo que proponía. Podemos vagar sin preocupación por Akita, que en ningún momento nuestro personaje desfallecerá, debiendo controlar únicamente el avance del día, ya que al llegar la noche alguno de los adultos a nuestro cargo nos requerirá para volver a casa, contando entonces con un pequeño intervalo de tiempo para pasear por una zona más restringida del escenario antes de que a Shin Chan le entre sueño y se dé por rematada la jornada metiéndose en cama.

¿Y con qué llenamos nuestros días en Akita? Como se ha comentado, principalmente cazando insectos, pescando y recogiendo vegetales. Dichas tareas abogan por el coleccionismo puro y duro, ya que ninguna entraña excesiva complejidad ni reto. Para cazar insectos, nos acercamos a ellos y pulsando el botón pertinente los cazamos con nuestro ganapán. Sigue habiendo problemillas para localizar la posición exacta del insecto, aunque algo se ha mejorado y las sombras del mismo nos ayudan en nuestra caza. La pesca es extremadamente simple, lanzamos la caña con un botón en los lugares habilitados para pescar, y cuando notamos que un pez pica, pulsamos ese mismo botón para recoger el anzuelo, sin más. La recolección de vegetales consiste en acercarse a puntos brillantes del escenario donde podemos extraerlos y pulsar un botón, de manera que nos toca uno al azar, sin más. También podemos cultivar nuestro huerto, eligiendo la semilla a plantar, preocupándonos de regar los cultivos con asiduidad, y recogiendo los frutos de nuestro esfuerzo cuando toca, nuevamente pulsando un botón sin mayor complicación.

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Con dichos elementos, varios personajes nos propondrán misiones de obtener algún ítem determinado, y también habrá puntos de intercambio de los mismos, buscando ese afán coleccionista y completista por parte del jugador, al que el juego pica para que trate de completar un álbum donde se recogen todos los posibles elementos a recolectar dentro de 4 categorías: peces, insectos, plantas y minerales. Dependiendo de cómo encaje esto con el jugador, se topará con objetivos que lo tendrán entretenido durante horas, o provocará que caiga pronto en el tedio. Nos da la sensación de que estamos ante un juego que un público específico disfrutará mucho mientras que muchos jugadores difícilmente le encontrarán la gracia a un título tan falto de desafío y mecánicas jugables mínimamente complejas. Lo cierto es que nosotros hemos disfrutado mucho del título y las horas nos han pasado volando, pero tenemos muy claro que dicha percepción será algo muy personal que dependa de cada uno.

El principal añadido con respecto a La Semana Infinita es un minijuego de carreras de vagonetas, que si bien a primera vista parece demasiado sencillo, la verdad es que encierra bastante encanto y aquí sí que vamos a encontrar cierto desafío si queremos completarlo al cien por cien. La base consiste en carreras de vagonetas uno contra uno, donde en un principio únicamente contamos con un botón para acelerar, debiendo tener cuidado de no pasarnos de velocidad en las curvas, ya que se nos penalizará por ello. La cosa mejora con un sistema de mejoras de vagonetas, con armas, turbo, escudos y más virguerías, y pistas que la verdad es que resultan intrincadas y desafiantes. Existen además varias vagonetas con diferentes cualidades para adquirir, y muchas mejoras para comprar, y lo cierto es que en última instancia este minijuego tiene entidad y resulta interesante. Desde luego, es mucho más divertido y profundo que el minijuego de combates piedra/papel/tijera de La Semana Infinita, y si os pica os tendrá entretenidos un tiempo. Completando el álbum, y realizando una enorme cantidad de misiones secundarias, aunque no todas ellas, el juego nos ha durado algo más de 15 horas.

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Derroche visual costumbrista

Donde nuevamente da en el clavo este título de Shin Chan es en su bellísimo apartado visual, en una sucesión de bucólicas estampas de trazos acuarela en tonos pastel dignas de postal. Cierto es que al igual que en su predecesor, el empleo de cámaras fijas juega alguna que otra pequeña mala pasada, pero en ningún caso es problema grave. Alguna animación en los personajes, modelados en 3d estilo cartoon a diferencia de los fondos planos pintados, sí que chirría un tanto y podría ser mejorable, pero tampoco ello empaña un acabado visual que es puro deleite para la vista. El despliegue gráfico invita a ese ritmo pausado que busca el título, a pararse a observar con detenimiento cada pequeño detalle de los escenarios, sabiendo que la experiencia contemplativa es uno de los pilares del juego. A mayores, logra potenciar esa vena nostálgica que con tanto ahínco persigue el título. El hecho de introducir la ciudad de Carbónpolis, decadente urbe minera de la era Showa, aporta contraste visual respecto a los tradicionales parajes campestres de la saga, lo cual aporta mucha variedad.

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Lo que sí que tiene mucha más presencia que en La semana Infinita es la animada banda sonora, que en esta ocasión suena de manera prácticamente constante, a diferencia del citado título donde el canto de las cigarras y demás sonidos del campo llevaban la voz cantante de manera casi exclusiva. Llena de alegres tonadillas de lo más pegadizas, la música del juego resulta muy cumplidora y acompaña a la perfección al desarrollo de la aventura. En lo tocante a voces, las mismas están localizadas al Japonés, Coreano, Chino Simplificado y tradicional. Nosotros lo hemos jugado con voces en Japonés, y resulta un lujo escuchar al reparto del anime original prestando también su voz a los personajes del videojuego, con Yumiko Kobayashi como Shinnosuke, Miki Narahashi dando voz a Misae o Toshiyuki Morikawa como el padre de Shin Chan, junto al resto de actores de doblaje de la serie. Todo ello ofrece un apartado audiovisual de altura perfecto para los seguidores de un anime de verdadero culto.

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Conclusión

Shin chan: Nevado en Carbónpolis, ofrece una experiencia muy similar respecto a su antecesor, Mi verano con el profesor - La semana infinita, ofreciendo un título relajado, sin excesiva complejidad ni desafío, que apuesta por la exploración despreocupada y el coleccionismo sencillo como principal premisa jugable. Una suerte de simulador de vida sencillo, amable y que busca evocar la nostalgia de aquellos eternos veranos bucólicos de la niñez, protagonizado por el niño más desvergonzado y deslenguado de la televisión. Un título perfecto para relajarse, para dejarse llevar con calma y para gozar con las bellísimas estampas que nos deja su precioso acabado visual. Quien busque complejas mecánicas jugables o desafío saldrá escaldado de la experiencia, ya que esta aboga por minijuegos de pesca y caza de insectos que se resuelven con un botón y recolección de objetos con un alto componente de azar. La eliminación de la barra de energía de Shin Chan, la dicotomía que aporta la urbe minera frente a los enclaves campestres, y el minijuego de las vagonetas son aportaciones muy interesantes respecto a su antecesor, aunque poco evoluciona su fórmula, repitiendo demasiados esquemas y no siendo capaz de convencer a los escépticos con respecto a aquel. En cualquier caso, merece mucho la pena para quien busque un videojuego diferente, relajado, pausado y de bellísima puesta en escena, especialmente si somos seguidores del bueno de Shinnosuke Nohara.

Lo mejor

  • Visualmente es un título bello de verdad, deja infinidad de estampas realmente preciosas dignas de contemplarse con calma.
  • Un videojuego diferente, relajante, ideal para dejar pasar las horas con calma evocando tiempos pasados donde todo era más sencillo.
  • La eliminación de la barra de energía de Shin Chan es una mejora importante respecto a La Semana Infinita.
  • Pese a lo que parece en un principio, el minijuego de las vagonetas resulta interesante y tiene entidad.

Lo peor

  • Muy poca evolución respecto a su predecesor, repite demasiados esquemas.
  • Algo más de variedad y profundidad jugable le habría sentado de maravilla.
  • Alguna pequeña aspereza con las cámaras fijas, y alguna animación un tanto mejorable.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.

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