Mario & Luigi: Conexión fraternal
Review
Análisis de Mario y Luigi: Conexión Fraternal, un juegazo que plasma el mejor combate de la saga
Los dos fontaneros regresan casi una década después de su última aventura con un RPG que atrapa con facilidad.
Nintendo Switch cierra el 2024 con un título que no ha acaparado demasiados titulares desde su revelación en el Direct del pasado mes de junio. Sin embargo, su fuerza y su fortaleza llevando a los hermanos bros al RPG actual lo convierte en el gran tapado del catálogo de la consola en el actual curso. Y es que nuestro paso por el mundo de Concordia ha sido ascendente. Nos encontramos con una aventura que está a la altura de lo que los fans demandaban durante casi una década.
Mario & Luigi ha solido convivir con la saga Paper Mario como parte de los esfuerzos de Nintendo por llevar a sus personajes estrellas al rol. Dejamos (casi siempre) las plataformas para abordar una aventura en el que cada turno y cada palpitar del ritmo cuenta. Ya sea tu primera entrega o seas veterano de la misma, Conexión Fraternal reivindica este lado del Reino Champiñón como una vertiente satisfactoria y con potencial.
Concordia y sus islas: la exploración del mundo catalejo en mano
Probablemente Mario & Luigi: Conexión Fraternal es la entrega de la saga que mejor abraza el concepto de aventura. Concordia es un océano infinito repleto de islas con sus propias gentes y culturas. Una mezcla enriquecedora de formas de pensar y actuar que mantienen viva la comunión de todos los pueblos alrededor del Conectárbol. Pero la Concordia que los hermanos se encuentran está en una situación completamente opuesta. La desazón y la falta de esperanza imperan tras una separación que nadie sabe cómo se produjo. Unos lamentan, otros esperan la llegada del salvador. Por suerte, los fontaneros ya han llegado a casa.
Cada isla que abordamos es un nivel diferente que respira identidad por los cuatro costados. Suelen ser de un tamaño pequeño que siempre giran hacia la misma mecánica: encontrar el faro que conectar con la isla Nao, el punto de encuentro de los principales personajes y mercaderes, que al mismo tiempo nos permitirá navegar por sus mares cual buque. La carta de navegación plasma rutas marítimas que debes seleccionar para ir descubriendo los entornos jugables. Al principio le cuesta arrancar, pero tras tres o cuatro horas desbloqueas el turbo.
Desde el punto de inicio hasta el faro nos encontramos situaciones de combate (de las que hablaremos más adelante) y ciertos desvíos que habitualmente no podremos completar por falta de medios. La estructura se repite mucho, y eso tiene sus ventajas y desventajas. El backtracking tiene un peso relevante en cuanto desbloqueas una nueva habilidad. Consigues cofres con equipo inédito, monedas, coleccionables... Pero al mismo tiempo la sensación de sorpresa queda relegada a los primeros compases del juego. Sabes que va a haber un juego rítmico especial, una zona de plataformeo intercambiando hermanos y demás.
La exploración es constante, aunque al principio parece que hay más de lo que realmente hay. Insistimos en que las islas son de tamaño pequeño. Su espacio útil se aprovecha mejor por lo laberíntico algunas veces del diseño de niveles, pero realmente no hay mucho que escarbar. De vez en cuando aparecen puzles que aligeran la monotonía de la combinación camino-combate. Aporta en positivo. Las islas explotan mejor sus fortalezas cuando las visitas por segunda vez, ya sea por completarlas al 100% o por hacer misiones secundarias.
De isla en isla terminaremos sumergidos en mazmorras que buscan recapitular todos los conocimientos que hemos adquirido hasta el momento. Nos sorprende que la exigencia de nivel esté un punto por encima de lo que encontramos en otros títulos como Paper Mario. Aquí ir por detrás se penaliza mucho más de lo que ocurre en la otra saga. Hemos muerto varias veces, para qué negarlo: la dificultad está bien medida y no será raro que tengas que volver a otras islas para levear. No entraremos a valorar los jefes finales, pero atentos a algunos de ellos.
El combate: si pestañeas te lo pierdes
El combate demuestra una vez más que los turnos siguen siendo un sistema perfectamente válido en el videojuego moderno. Muchos no conocerán la peculiar distribución de los controles de la saga. Cada hermano es controlado en combate por un botón exclusivo. Mario evade o golpea con la A, mientras que Luigi hace lo propio con la B. Esto se debe de tener en cuenta sobre todo en la fase de defensa, puesto que tendremos que reaccionar a los movimientos del rival según a quien se dirija.
Es peculiar la forma en la que se despliega el combate. Rompe con todo lo que hay ahí fuera dentro del juego. Se tiene en cuenta el ritmo de la acción para que nuestra reacción tenga una respuesta diferente dependiendo de nuestra habilidad. Hay veces que si clavamos el tempo podemos contraatacar; otras, en cambio, simplemente debemos esquivar con un salto en el momento oportuno. Las posibilidades son amplias y el repertorio del enemigo todavía lo es más.
Hay bastante variedad en el bestiario, pero lo que más nos sorprende es la forma en la que buscan engañarnos. Muchas veces nos cuesta leer las animaciones. Parece que vamos a tener que saltar para evadirlo, pero realmente lo que debíamos haber hecho es permanecer en estático. Si pestañeas te lo pierdes. Tienes que estar atento en todo momento o caerás de lleno en la trampa.
Nuestro repertorio se basa en dar martillazos o saltar encima del contrincante con nuestras afiladas botas. Dependiendo de cómo sea tendrás que elegir una y otra, porque evidentemente no vas a poder hacer daño con un salto a un enemigo con el cuerpo cubierto de pinchos. Eso es lo básico. A partir de ahí se añaden algunas alteraciones que aportan variedad a a la fórmula. Nos referimos, por ejemplo, a los ataques tándem, movimientos de enorme poder que requieren la acción de los dos hermanos en conjunto. Pillarle el ritmo cuesta un poco más, pero si lo clavas merece mucho la pena.
Un punto a favor de esta herramienta es que la habilidad tiene una respuesta diferente dependiendo de quien la active. La primera, que utiliza la concha de un Kopa como balón de fútbol, hace que Mario dispare un explosivo disparo localizado a un solo enemigo; Luigi, en cambio, realiza daño grupal a todos los enemigos dentro de su rango. Consume MP, el maná de toda la vida, pero merece mucho la pena.
A todo lo comentado se suma la mecánica ligada al mundo de Conexión Fraternal: las clavijas. Estos enchufes improvisados pueden ser fabricados para ampliar las bonificaciones que suman nuestras acciones. Una clavija antiaérea, por ejemplo, multiplicará el daño que realicemos a los enemigos voladores. Tienen usos limitados hasta romperse y tener que fabricarlas otra vez con un recurso que se obtiene explorando por el mapa. Las clavijas activables alcanzan el tamaño que tengas de regleta, que se amplia progresando en la aventura. Aunque no lo parezca, incluso se pueden intercambiar en pleno combate. Es flexible.
Identidad visual, islas con presencia
Lo hemos dicho en varias ocasiones durante el análisis, pero queremos incidir en la variedad de entornos que plasma el mundo de Concordia. Sus responsables toman las imágenes clásicas de la naturaleza salvaje y les da un giro cercano a la fantasía que intenta plasmar el universo de Mario. Ayuda a hacer más amigable el paso de las horas.
Visualmente nos gusta, los tonos pastel dentro de este estilo cartoon le sientan bien. La compañía musical tiene temas que se alejan de lo habitual alrededor de los personajes. Es fantástica. El framerate es estable en ambas modalidades, con algunas leves caídas en dock.
Conclusión
Mario y Luigi: Conexión Fraternal es un RPG tremendamente disfrutable que demuestra una vez más el potencial del género alrededor de los personajes del Reino Champiñón. Nos atrapa sobre todo el combate, con un punto de desafío que le sienta realmente bien a través de los juegos rítmicos que propone. No es estático: su apuesta por el dinamismo a través de las evasiones y las habilidades te anima a estar siempre atento. Aunque le cueste arrancar y la estructura se repita demasiado hasta el final, es un auténtico lujazo ver que la saga ha regresado con buen pie.
Lo mejor
- El combate, espectacular.
- El mundo de Concordia y la variedad visual de las islas.
- El punto de desafío le sienta genial.
- Audiovisualmente tiene identidad. Transmite muy bien el universo de fantasía al que viajan Mario y Luigi.
Lo peor
- La estructura jugable se repite demasiado.
- Le cuesta arrancar durante el tramo inicial.
Este análisis ha sido realizado con un código proporcionado por Nintendo Ibérica
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.