Análisis de Heretic+Hexen. Dos clásicos del FPS noventero puestos al día de forma magistral

Como viene siendo ya norma cada año, la Quakecom ha deparado una tremenda alegría para los amantes de la vena más tradicional de los disparos en primera persona. Aprovechando la susodicha convención, se suele presentar versiones adaptadas a sistemas modernos y con infinidad de ajustes y añadidos de clásicos de los 90, como sucedió con los Doom o Quake. Este año hemos recibido dos títulos que si bien no son obra directa de id, sí vieron la luz bajo la tutela y auspicio de la empresa de Romero, Carmack y compañía.

Para la ocasión, tenemos versiones de Heretic y Hexen, dos juegazos (sobre todo el primero) creados por Raven usando el motor del primer Doom, contando con asistencia e ideas de id Software. Heretic (finales de 1994) y su continuación Hexen (1995) apostaban por una atractiva ambientación de fantasía oscura medieval, y lejos de ser meros clones de Doom como tantos otros por aquel entonces, eran títulos con muchos elementos originales que les otorgaban un aire único. Nightdive Studios, habituales en este tipo de puestas al día, han realizado una labor soberbia para adaptar estos clásicos a sistemas modernos, y por un ajustado precio de 14,99 euros, (gratis para quien tuviera en PC los originales) estamos ante un imprescindible para quien esté disfrutando del actual revival del Boomer Shooter. Disponibles en Pc y consolas de Sony, Nintendo y Microsoft

Heretic, el FPS de fantasía medieval

Lo cierto es que quizá Heretic no tuviera el recibimiento que mereciera en su momento y ha sido el paso del tiempo el que lo ha terminado por elevar a un merecidísimo estatus de clásico de culto. El mercado por aquel entonces estaba completamente saturado de lo que directamente se denominaban “juegos tipo Doom”, y ello le pasó factura al juego de Raven. Heretic apostaba por una ambientación de fantasía medieval oscura que lo diferenciaba del resto de competidores del género, pero sus puntos originales iban mucho más allá. El título permitía la recolección de items que almacenábamos en el inventario y que se podían usar cuando quisiéramos, otorgando una amplia variedad de poderes y ventajas. También fue uno de los primero juegos, junto a Dark Forces, en permitir apuntado en el eje vertical, aunque no funcionaba del todo bien, pudiendo entonces y en esta versión desactivarlo y apuntar como en el Doom clásico.

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Pero por lo que de verdad destaca Heretic y lo que lo eleva por completo al Olimpo del FPS es su soberbio diseño de niveles, una auténtica locura. Intrincados a más no poder, llenos de interruptores, llaves de colores, secretos y letales encerronas, cada fase de Heretic es una incontestable lección magistral de diseño de niveles en un juego de disparos en primera persona. Raven no sólo facturó unas fases que nada tenían que envidiar a los gloriosos niveles de Doom II, lo cierto es que varias de ellas son el culmen del género en el fino arte de facturar niveles dentro del mismo. Es algo tan radicalmente opuesto a la tendencia en que derivó el género (antes del citado revival del Boomer Shooter) que debería provocar que varios juegos modernos y sus desarrolladoras se sonrojaran ante la comparación.

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Un juego que sigue totalmente vigente más de 30 años después, que sigue siendo divertidísimo, con un ritmo altísimo, un arsenal de lo más satisfactorio y variado y unas huestes enemigas a las que es un placer masacrar. Pero sobre todo, con unos niveles inolvidables, es algo auténticamente de otro mundo. Se trata además de un título extenso, con varios niveles de dificultad, que ofrece diversión para decenas de horas, y que por sí solo ya justifica sobradamente el precio del pack.

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Hexen, una vuelta de tuerca quizá excesiva

Como era menester entonces, Raven no se demoró en exceso en publicar la continuación de Heretic, un Hexen que nuevamente usaba la primera iteración del motor id Tech para darle vida. A priori, esta continuación era un más y mejor que además añadía jugosas novedades. La principal de ellas era la posibilidad de controlar a 3 personajes diferentes, un guerrero, un mago y un clérigo, cada uno con habilidades y arsenal diferentes. El primero tendía al combate cuerpo a cuerpo, el segundo al lanzamiento de hechizos y el tercer a una combinación de ambos con parry. Esto añadía una gran rejugabilidad y variedad, ya que los personajes estaban adecuadamente diferenciados. Hexen apostaba por un toque aún más rolero que Heretic, manteniendo la ambientación de aquel.

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Sin embargo, la que apuntaba a ser la principal virtud de esta continuación terminó por levantar no pocos quebraderos de cabeza entre los jugadores. Se apostó por un Hub central que sirviera de nexo entre niveles, y que era a su vez un nivel en sí mismo donde había que ir desbloqueando cosas para avanzar, con intención de ofrecer un desarrollo abierto muy novedoso para la época. En última instancia, avanzar se volvía muy complejo, dando la sensación de que Raven se había pasado un poco de frenada en lo tocante a diseño intrincado de niveles. Y aún así, si nos armamos (de mucha) paciencia, estamos ante una experiencia muy recomendable y diametralmente opuesta de la experiencia que ofrece la campaña de un COD o similar. Café para los muy cafeteros. Y en cualquier caso, en esta nueva versión se han añadido pequeños ajustes que facilitan el navegar por los complejos niveles de Hexen. Desde luego, por desgracia, ya no se hacen juegos así.

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Las novedades

Para rematar, centrémonos en los añadidos de estas nuevas versiones disponibles desde el pasado 7 agosto, y que recordemos, son gratuitas para quien ya tuviera en su biblioteca digital las versiones de Heretic y Hexen antiguas (las dos, eso sí). En primer lugar resoluciones de hasta 4K con tasa de imágenes por segundo de hasta 120, con compatibilidad con pantallas panorámicas. Se ha añadido multijugador cooperativo y competitivo online multiplataforma para hasta 16 jugadores, 8 jugadores a pantalla dividida. Se han adaptado para ser jugados con mandos modernos, así como diversas opciones de accesibilidad, como una interfaz mejorada, mayor legibilidad, ajustes de contraste y efectos de pantalla y funciones de texto a voz. Se han traducido a 12 nuevos idiomas, entre ellos el castellano, y compatibilidad con mods de la comunidad, contando con un navegador de dichos mods integrado en el propio juego. También tenemos banda sonora regrabada.

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Para rematar, se ha añadido una interesante galería con ilustraciones conceptuales y gráficos sin utilizar del desarrollo de los juegos originales. Y finalmente, tenemos dos episodios nuevos creados en colaboración con id Software y Nightdive Studios: Faith Renewed para Heretic y Vestiges of Grandeur para Hexen. Y lo cierto es que ambos son una auténtica pasada, con novedades muy interesantes y un diseño de niveles a la altura de los originales.

Historia del género que no sólo sigue siendo totalmente vigente, es que hace que varios títulos modernos se ruboricen sin poder evitarlo. El FPS en su forma más artesanal, primigenia y desafiante, una experiencia imprescindible para amantes del género y para quien quiera evocar sensaciones perdidas dentro del mundillo.

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