Helldivers II
- PlataformaPS58.3PC
- GéneroAcción
- DesarrolladorArrowhead Game Studios
- Lanzamiento08/02/2024
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorSony Interactive Entertainment
Review
Análisis de Helldivers 2, un cooperativo a la altura de leyendas como Left 4 Dead
Sobrevivimos (y caemos) en los campos de batalla de Helldivers 2, uno de los cooperativos más sorprendentes de los últimos años.
Ni siquiera los propios responsables de Helldivers 2 pudieron predecir el éxito que se les avecinaba. A los veteranos de la primera entrega no les toma por sorpresa que la franquicia rebose calidad. Era en otra perspectiva, cierto, pero la estructura del original destacaba por ir un poco más allá del estándar del género. Ahora el campo de batalla se traslada a la perspectiva en tercera persona, un shooter puro donde la magia reside en transmitir al jugador la incapacidad de poder controlar lo que ocurre a su alrededor.
Una buena parte de su popularidad reside en esa idea. Cada partida es una fábrica de momentazos que luego poder contar a tus amigos o desconocidos por internet. El boca a boca ha sido el culpable de que los servidores hayan alcanzado el límite de su capacidad durante sus primeros fines de semana en el mercado. Y es que no te lo crees hasta que lo pruebas.
La curva de aprendizaje perfecta
Nosotros mismos pasamos por varios estados hasta descubrir realmente lo que hace único a Helldivers 2. Las primeras partidas en solitario fueron poco atractivas, para qué engañarnos. Entre que comienzas en la dificultad más baja y que los objetivos eran muy básicos, tuvimos incluso la sensación de que tampoco era para tanto. Un juego con indudable potencial cooperativo, pero hasta ahí.
Dimos un giro de 180 grados cuando comenzamos a subir escalones en desafío y formando grupos con otros jugadores. Arrowhead ha sido inteligente a la hora de crear la curva de aprendizaje. Comienzas enfrentándote a las hordas de enemigos teniendo en cuenta muy pocos elementos. No es hasta que llegas a la dificultad previa a difícil cuando comienzas a ver que tus adversarios comienzan a comportarse diferente. Introducen nuevos arquetipos, aparecen con mayor asiduidad y siempre buscan crear emboscadas en los momentos comprometidos.
En muy poco tiempo te ves animado a adaptarte a las situaciones analizando tu entorno y sabiendo en qué momento hacer uso de las estratagemas. Se trata del apoyo ofensivo o defensivo que puedes pedir a tu nave mientras estás en plena incursión. Antes de lanzarte en tu cápsula puedes elegir entre un surtido de ataques aéreos o recursos específicos, como mochilas de munición o cañones láser, previamente desbloqueados en el puente de mando con el dinero que hayas recibido de las misiones completadas con éxito.
Es impecable. El nivel de coordinación que exige con tu grupo (hasta cuatro jugadores simultáneos) se puede ver en muy pocos cooperativos de este corte ahí fuera. Y ahi está la gracia. El saber que un compañero lanza un PEM que aturde a la docena de bichos frente a ti, para luego tú llamar a la caballería aérea que les haga explotar por los aires. Cuándo dar munición a tus aliados, qué arma necesita un compañero frente a un enemigo especial… son muchas las situaciones que surgen de manera dinámica entre las partidas.
Una jugabilidad a prueba de bombas
Para nuestra sorpresa, pasar de la vista cenital al shooter en tercera persona no le ha venido grande al equipo. Es más: se nota especial cuidado a la manera en la que se trasladan las mecánicas jugables al movimiento en espacios de tres dimensiones. Su calidad parte precisamente desde el control del personaje. Sientes la inercia de tu helldiver de manera coherente según la situación en la que te encuentras. Porque el juego aprovecha muy bien la forma en la que convierten al escenario en un adversario más.
Un planeta arenoso, por ejemplo, reduce nuestra velocidad al mismo tiempo aumenta la fatiga en cada sprint. Hay dunas en las que un salto hacia delante nos puede ayudar a salvar distancias que en otros lugares recorreríamos simplemente a pie. Que te ataque una escolta en un momento así te hará picadillo. En niveles de dificultad superiores terminas convirtiendo una pequeña piedra en un parapeto que te salva de los láseres de las hordas de robots enemigas.
Por si no fuera poco lo logrado hasta el momento, Arrowhead también lo clava a nivel de gunplay. Es exquisito apretar el gatillo. Las armas se sienten contundentes y diversas por cada tipo de calibre o familia a la que pertenezca. El retroceso es predecible y añade un margen de influido por tus movimientos. Si apuntamos desde el hombro, por ejemplo, veremos en el centro de la pantalla un punto que indica la dirección a la que vas disparar, y a su alrededor un círculo que cambia en tiempo real en función de lo que estás haciendo mientras mantienes esa acción.
Si queremos ganar en precisión se añade una opción más al control. Si apretamos el stick derecho mientras apuntamos entraremos en la cámara en primera persona, que hará que siempre dispares desde la mira de tu arma cada vez que aprietes el botón de apuntado. Para armas de larga distancia, como francotiradores, es de obligado cumplimiento. Y funciona. Los amantes del shooter se encuentran en su salsa.
Guerra intergaláctica en constante expansión
En el universo de Helldivers 2 la humanidad vive una guerra constante contra las fuerzas alienígenas que ponen en jaque nuestro modo de vida. Más allá de la sátira sobre el capitalismo y la democracia, el contexto argumental nos invita a participar en la liberación de sectores de la galaxia planeta a planeta. De ahí uno de los motivos por los que requiera conexión permanente. Cada misión cumplida con éxito suma al porcentaje de liberación que compartimos con el resto de la comunidad. Y si un planeta cae en manos del enemigo, lo sufriremos igual.
De lanzamiento tan solo encontramos dos tipos de facción. La primera es la típica formación enemiga repleta de formas orgánicas alienígenas. Tienen formas similares a bichos que podrías ver con un microscopio, solo que a escala mucho mayor. Los objetivos al enfrentarnos a ellas suelen girar alrededor de sus puntos de origen. Viven en nidos donde se anidan huevos capaces de triplicar sus filas en cuestión de minutos.
La segunda suele ser la que más aprietos pone a la mayoría de jugadores. Son enemigos autómatas que bien podrían salir de un capítulo de Warhammer 40K. Utilizan todo tipo de máquinas (bípedos, tanques…) y munición explosiva para acabar con nuestra presencia. En vez de en nidos, los autómatas surgen de sus potentes fábricas altamente custodiadas. La muerte sobrevuela el campo de batalla cuando aparecen. El color se apaga y el humo de los misiles agolpa la fotografía.
Como decíamos anteriormente, conforme subimos de dificultad aparecen nuevos tipos de enemigos y amenazas que requieren de mayor capacidad ofensiva. Eso sí, echamos en falta una tercera en discordia que aporte equilibrio a las apariciones de ambos. Es una meta presente en el equipo durante el apoyo postlanzamiento, pero durante los primeros meses puede terminar lastrando un poco la experiencia una vez los domines por completo.
¿Y qué hay de la monetización?
Son sorprendentes las decisiones de sus responsables a la hora de construir su sistema de monetización. Para empezar, el progreso del juego a nivel de equipamiento parte de un pase de batalla sin coste adicional en el que desbloqueas nuevas armas, equipo y cosméticos gastando medallas, una divisa gratuita que conseguimos al finalizar las partidas cumpliendo los objetivos principales y secundarios. Existe un pase de batalla premium que complementa con equipamiento alternativo, pero ninguno de los dos caduca: puedes ir consiguiéndolos al ritmo que quieras.
Por otro lado, la divisa premium se puede conseguir explorando el entorno de cada misión. Durante las partidas puedes encontrar puntos de luz latentes que al acercarte señalan la localización de una cápsula humana. La mayoría de ellas ofrecen una pequeña suma de estos créditos, con los que comprar equipo en la tienda de la nave (que rota con periodicidad diaria). Como puedes leer, el sistema es bastante laxo y siempre permite una alternativa gratuita.
Ecosistema online no tan sólido
Los principales problemas de Helldivers 2 no tienen que ver con su jugabilidad. Es excelente. El tema es que un juego que pide conexión permanente no puede tener la cantidad de errores que pueden sufrirse en su ecosistema online. El matchmaking falla más veces de las que funciona. Insistiendo terminas encontrando partida, pero a lo mejor te tiras 10 minutos intentando conectar con otras naves.
Luego encontramos la capacidad de los servidores. Si en fin de semana entras en horario americano estás jodido. En nuestro caso nos ha sido imposible jugar en sábado o domingo por la tarde en España. Algunas veces te tira jugando una misión; en otras, simplemente te quedas en una pantalla de espera mientras esperas a que la capacidad de los servidores tome oxígeno. Cabe destacar que la respuesta del equipo ha sido muy buena desde el primer momento. La comunicación con los jugadores es fluida y los parches llegan en cascada.
Conclusión
Se echaba en falta un cooperativo de la calidad de Helldivers 2. El nuevo trabajo de Arrowhead ofrece una experiencia irrepetible y repleta de momentazos. Nos encontramos con un shooter en tercera persona obsesionado por hacer que el jugador nunca tenga el control... y por eso es tan especial. Exquisito a los mandos y todavía mejor en compañía, solo los problemas de su sistema en línea y la falta de una tercera facción desde el primer día hacen que se quede a las puertas de estar un peldaño más allá.
Lo mejor
- Los sistemas que dan forma a un cooperativo irrepetible.
- Los momentos de acción son espectaculares. Un gunplay exquisito.
- La flexibilidad de su sistema de monetización.
- La manera en la que convierte cada partida en una fábrica de momentazos.
Lo peor
- La inestibilidad del matchmaking.
- Se echa en falta una tercera facción en su lanzamiento que aporte más variedad.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.