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Análisis de Gradius Origins Collection, un homenaje a la altura de la saga
Konami recupera los primeros títulos de una de sus sagas más longevas, con la sorpresa añadida de Salamander 3.

Konami vuelve a la carga con otro recopilatorio de la mano de uno de sus colaboradores recurrentes en estos menesteres, el estudio japonés M2. En este verano especialmente propicio para las propuestas de corte retro, la nueva apuesta de Konami por la venta de nostalgia funciona por lo general, pero depende del color con que se mire si nos adentramos más a fondo. Esto se debe, principalmente, a los juegos elegidos, unos títulos que a nuestro juicio están demasiado lejos en el tiempo, salvo para los que no nos cansaremos de jugarlos en la vida. Aun así, hay que reconocer que este Origins Collection los trata como nunca y cuenta con un colofón inesperado que muchos llevamos tiempo echando de menos: una nueva entrega de la serie Rebirth de Konami, una línea que iba muy bien hasta que se quedó en la primera Wii. Vamos a ver qué tal ha quedado el conjunto, claramente partido en dos entre la propuesta de recuperación retro y el nuevo Salamander 3.

Recordando recreativas que ya tienen cuarenta años
Hay un punto de partida en esta saga que, a nuestro juicio, sintetiza a la perfección tanto lo que nos ha gustado como lo que necesita mejorar en esta colección. El primer Gradius, de 1985, es uno de esos títulos especiales a los que el tiempo le ha sentado mucho más que bien. A los que jugábamos recreativas, nos sigue pareciendo excepcional aquella apuesta por permitirnos seleccionar el armamento a utilizar, dotado de un rango de posibilidades inédito hasta entonces. Se ha dicho mil veces, pero es algo tan bueno que sigue funcionando, y la prueba es que Konami aún sigue recuperando estos títulos. Lo mismo puede decirse de los Gradius 2 y 3, secuelas directas que sin duda profundizaron en lo bueno incorporándole a la saga esos momentos épicos que la hacen diferente: los niveles con soles enormes, los dragones de fuego... es una saga con mucha identidad, y no importa cuantas veces volvamos a ella.

Dejando claro que la calidad de todos los juegos, y la selección de variantes, está muy bien pensada, es bastante evidente que M2 sigue –no le queda otra– lo que otras empresas con solera hacen en sus recopilatorios nostálgicos. El reciente Atari 50 ha inaugurado una nueva etapa de colecciones en la que, por fin, la documentación que acompaña a los juegos es una parte casi definitiva del pastel, de igual manera que lo son esas mejoras de calidad de vida que permiten a los nuevos jugadores aproximarse a unos juegos que –seamos honestos– no son nada accesibles para un paladar de 2025. En ese sentido, esta colección también hace las cosas muy bien: nos han gustado todas las opciones que se nos brindan para tener información de lo que ocurre en la pantalla o rebobinar cuando perdemos una vida, pero también otro punto que siempre he visto crucial en un recopilatorio retro. Y es que los filtros CRT configurables que se nos ofrecen en esta ocasión pueden llegar a ser algo muy satisfactorio para quien conozca lo que ocurre en la escena de la emulación no oficial, la cual lleva décadas ocupándose de estos temas, siempre va a ir por delante y las empresas con historia deberían tenerla más en cuenta. Y como decía anteriormente, este es posiblemente el punto menos bueno de esta recopilación, a nuestro juicio, por mucho que todos estos juegos sigan manteniendo el tirón a los mandos con su selección de armas y sus diferentes aproximaciones a la forma de jugarlos.
Cantidad, calidad y novedad

Comentaba más arriba que los años no pasan por el primer Gradius, y todas las partidas que he jugado para escribir este análisis han venido a confirmarlo. El problema, y esto enlaza con esa parte que nos gusta menos, es que este juego atemporal se emuló por primera vez antes del año 2000. Es evidente que estamos ante un muy buen trabajo de emulación, que hace accesibles estos juegos a quien no los conociese con sus mejoras de calidad de vida y permite ver muchas ilustraciones y materiales de la época a los veteranos. Pero mi sensación es la de que este recopilatorio anda demasiado cojo por la parte de los juegos incluidos. Es comprensible que Konami quiera guardarse la baza del sensacional Gradius V –posiblemente el mejor juego de la saga y uno de los mejores de la historia del género– pero siempre hay un punto medio. Estamos hablando de un recopilatorio que tiene seis juegos con sus variantes, amén del nuevo Salamander 3 del que luego hablaremos. No se comprende la ausencia de algunas versiones de consola, o de títulos algo más oscuros como el también reseñable Gradius IV, el Gradius Gaiden de la primera PlayStation o, ya puestos, la versión para X68000. Hay que tener en cuenta la calidad y el esfuerzo de recuperación, claro está, pero un recopilatorio se mide también por la cantidad de material recuperado, sobre todo uno que se vende a este precio de salida.
Salamander 3: la verdadera estrella de la función
Centrados en el verdadero plato fuerte de la colección,algo que tienen claro hasta en Konami, lo primero que llama la atención de Salamander 3 es lo poco que oculta que es una nueva entrega de aquellos Rebirth de Wii (Gradius, Castlevania y Contra) a los que nos referíamos poco antes. Como aquellos, este Salamander 3 se plantea lo que habría sido una secuela directa de Salamander, tomando algo de lo que hizo grandísima al segundo título, un videojuego sensacional que salió en el peor momento posible. Esta inesperada tercera entrada luce muy bien en 2025, y se las apaña igual de bien que su predecesora para tener su propio ritmo de juego. Ahora podemos lanzar un burst que se recarga con el tiempo y puede cargarse el núcleo de alguno de los jefes finales con poco que acierte, por lo que administrar el timing, el uso y la conservación de las míticas esferas (llamémoslas multi o option, da igual) sigue siendo el rasgo distintivo de la propuesta.
No cabe duda de que es una sorpresa ver en 2025 una nueva entrega de Salamander que se juega exactamente igual que una recreativa –tanto es así que hasta nos pide el clásico Insert Coin– pero el juego nos ha terminado dando la sensación de venir dirigido en exclusiva a los que han estado ahí desde siempre. En un mundo en el que los shoot’em up verticales han tenido exponentes muy destacados estos años (Valfaris Mecha Therion, Drainus y muchos más), el recién llegado exhibe una curva de dificultad muy radical, que yo catalogaría de pura máquina recreativa incluso si lo jugamos en modo fácil. Encaja en el conjunto, porque así son todos los juegos del recopilatorio por más que lo podamos dulcificar con las opciones, pero a Salamander 3 le pesa demasiado ese afán por volver a sentir la experiencia tal y como era antiguamente, y posiblemente habría sido mejor con un tratamiento diferente de sus niveles y dificultad.

Dentro de lo que fue la época dorada del arcade, tanto Gradius como Salamander pasan por ser dos de las sagas con un estilo más distintivo. Basta con escuchar las melodías del primer nivel –siempre son una verdadera maravilla– y utilizar los primeros power up para acomodarnos a nuestro estilo de juego, para volver a darnos cuenta de que estamos ante un juego de esta saga. Esta sensación es así de inconfundible, y desde luego esta colección es muy buena en lo que hace, pero la verdad es que nos ha sabido a poco. Ya sea mediante DLC o secuela en poco tiempo, la historia de Gradius tiene muchísimo más que contar. La recopilación que M2 y Konami ponen en el mercado es un sentido homenaje a los comienzos de una saga que cumple ahora cuatro décadas, con una emulación y unas características a la altura de la ocasión y el añadido inesperado que es Salamander 3. Veremos lo que nos depara el futuro, ya que parece que una secuela directa para el monumental Gradius V no está por ahora entre los planes de Konami.
Conclusión
Gradius Origins Collection se enmarca en la nueva oleada de recopilatorios inaugurada por Atari 50, con abundante material adicional, selecciones de títulos con un hilo conductor y novedades de calado, como es el caso del nuevo Salamander 3. Quien quiera rendir homenaje a una saga que comenzó en 1985, aquí tiene una edición definitiva que pone fácil volver a jugar estos títulos tan duros para una sensibilidad moderna, pero debemos aproximarnos teniendo claro que la visión de la saga que nos ofrece es limitada. Quizá demasiado para lo bien que se han hecho las cosas.
Lo mejor
- Fondos, mejoras de calidad de vida, filtros CRT... estamos en una nueva época desde hace un tiempo
- Los juegos de la saga Gradius resisten muy bien el paso de los años
- Salamander 3: una sorpresa inesperada
Lo peor
- Pocos títulos para el precio que se pide de salida
- Los filtros no le sientan igual de bien a Salamander 3, cosa que se habría podido mejorar con facilidad
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