Análisis de Fort Solis, donde nadie puede oírnos

2023 es un año marcado por una cantidad ingente de lanzamientos de videojuegos muy populares. Zelda: Tears of the Kingdom, Final Fantasy XVI, Street Fighter 6 ya han salido, pero pronto vendrán Starfield, Marvel’s Spider-Man 2 y Super Mario Bros. Wonder, entre otros. La competencia es feroz, hasta el punto en el que títulos como Alan Wake 2 deciden espaciarse de los demás para dar un respiro a los jugadores. Es difícil seguir el ritmo, sobre todo para juegos que llegan sin hacer demasiado ruido, como es el caso de Fort Solis, la aventura de ciencia ficción ambientada en Marte de la que nos toca hablar hoy.

Fort Solis aterriza hoy mismo en PS5 y PC para hacernos pasar una noche en el planeta rojo, un lugar que desde hace décadas se ha convertido en la obsesión del ser humano y que a buen seguro será una pieza clave en el futuro de la carrera espacial. En MeriStation no sabemos cuándo llegará el día en el que pongamos un pie en Marte, pero creemos que si os gustan las historias de terror y ciencia ficción, estáis obligados a leer lo que tenemos que decir sobre el juego de Fallen Leaf y Black Drakkar Games.

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Una noche movidita

Lo primero que debéis saber es que Fort Solis es un videojuego que lo enfoca absolutamente todo a la narrativa. No sabemos definirlo como un walking simulator es correcto, pero desde luego está más cerca de eso que de propuestas como las de Quantic Dream (Heavy Rain, Detroit: Become Human) o las de Supermassive Games (Until Dawn, Man of Medan). Así que como resulta evidente, no podemos revelaros ningún detalle relevante de la historia. Eso sí, vamos a poneros un poco en situación.

Como decíamos, el juego se ambienta en marte, en un futuro no muy lejano. Nosotros nos ponemos en la piel de Jack, un ingeniero destinado en el planeta rojo que solo desea terminar su jornada de trabajo y volver a la base a descansar. Entre un arreglo u otro, un parón para tomar una cerveza y algún que otro chiste con Jessica, su compañera. Lo bueno es que en Marte no parece haber nadie que controle al personal.

Todo cambia cuando ambos reciben una extraña comunicación procedente de Fort Solis, una estación minera. Es de noche, una tormenta se está formando y lo normal sería asumir que la llamada es un error y marcharse a dormir, pero como el lugar en cuestión no queda demasiado lejos, Jack decide acercarse para investigar las instalaciones. Spoiler: no era una buena idea.

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Donde nadie puede oírnos

Nada más llegar sucede justo lo que estáis pensando: sentimos que algo no va bien. Nadie responde al intento de comunicarnos con el interior y nos damos cuenta de que las entradas principales están selladas. Nos preguntamos qué habrá pasado para que todas las personas que residen en las instalaciones hayan decidido aislarse del exterior, pero damos por sentado que no puede tratarse de nada bueno...

En fin, si venir a Fort Solis en mitad de la noche y bajo los relámpagos de una tormenta era una fantástica idea, no se nos ocurre nada mejor que superarla ideando un plan para acceder al interior de la estación rezando para que el allanamiento de morada no sea un delito en Marte. Una vez más, es exactamente lo que estáis pensando: nada más entrar empezamos a dar por hecho que algo terrible ha sucedido, porque no parece haber absolutamente nadie dentro.

Como os decíamos, no podemos contaros más sobre la trama, ya que estamos hablando de un juego de corta duración en el que la historia lo es prácticamente todo y si seguimos hablando... Lo dicho, mejor nos vamos a callar. Lo que sí podemos abordar es el conjunto jugable, ya que Fort Solis es uno de esos títulos a los que debemos entrar teniendo muy claro a lo que vamos, al igual que sucede con las obras que hemos mencionado más arriba.

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Como ver una miniserie

El paso de los años ha aportado muchas cosas a la industria del videojuego y probablemente la diversidad sea una de las más relevantes. A día de hoy tenemos a nuestra disposición todo tipo de géneros y propuestas. Durante la última década, la narrativa es uno de los elementos que más se ha beneficiado de ello, pues los títulos de Quantic Dream y Dontnod, entre otros, han ganado mucha popularidad.

Aquí nos encontramos prácticamente lo mismo, con la diferencia de que en lugar de tomar decisiones que marquen el devenir de los personajes, nos relajamos —no siempre— para disfrutar de una historia que perfectamente podría funcionar como miniserie de televisión. De hecho, es el propio estudio quien lo define así, invitándonos a tomarnos el juego de tal manera y vivir cada acontecimiento como si fuesen capítulos de nuestra serie favorita. Autoconclusiva, por supuesto.

Esto hace que a los mandos, Fort Solis sea lo que es: una experiencia contemplativa en la que más allá de avanzar, leer documentos, buscar objetos y tratar de resolver algún que otro sencillo puzle, no haya demasiado que explicar en lo que al conjunto jugable se refiere. Es un juego que se cuece a fuego lento, pues busca la inmersión en todo momento y eso da lugar a que ni siquiera tengamos la opción de aligerar el paso cuando recorremos la estación. No es un problema, pues no dista mucho de lo visto en muchos títulos similares, aunque tenemos que decir que no nos han gustado lo tediosas que resultan algunas acciones contextuales. No abundan, pero cuando se suman a ciertos tramos aparecen ciertos problemas de ritmo.

Lo que sí nos ha convencido, y mucho, es el impresionante apartado audiovisual, solo posible gracias a las bondades de Unreal Engine 5.2, la nueva versión del motor de Epic Games. Los escenarios están repletos de detalles, la iluminación juega en otra liga y en líneas generales, podemos decir que la ambientación se sitúa entre lo más espectacular que hemos visto en cuanto a juegos de ciencia ficción. El sonido también ralla a un gran nivel y no lo decimos solamente porque Troy Baker (Joel en The Last of Us) ponga voz a Jack, sino por la calidad de los efectos de audio y lo bien que aprovecha el altavoz del DualSense en la versión de PS5. Si ponéis la habitación a oscuras y usáis unos buenos auriculares, disfrutaréis de una experiencia de nueva generación en este sentido.

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