Análisis de EA Sports UFC 5, la lucha más realista salta de generación

La saga UFC es la única entre las deportivas de Electronic Arts que no tiene cadencia anual, y se nota. Más de tres años después del lanzamiento de UFC 4, una entrega que analizábamos de manera que nos parecía un título cumplidor, sin alardes, EA Sports UFC 5 llega como un soplo de aire fresco. “La nueva generación se presenta como una nueva oportunidad para una franquicia que, como muchas otras, necesita nuevo hardware para renovarse”, decíamos entonces, y es que aquella iteración aún llegaría a PlayStation 4 y Xbox One. Con el tiempo hemos visto que no todas las licencias deportivas han aprovechado esta oportunidad, pero afortunadamente, hoy vamos a hablar de una que sí lo ha hecho.

El lavado de cara es profundo, y es que tres años han dado mucho de sí. Se nota cuando un equipo de desarrollo se toma su tiempo y tiene más que unos pocos meses para añadir cuatro bobadas y vender casi el mismo juego a precio completo. La primera novedad entra por los ojos, y es visual, ya que Electronic Arts ha cambiado al motor Frostbite, el propio de la compañía canadiense, y esto se evidencia en un apartado técnico que brilla con luz propia.

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No hay más que ver las capturas de pantalla que acompañan este texto para darse cuenta que EA Sports UFC 5 es, técnicamente, uno de los más destacados de la vertiente deportiva. Establecer el foco en un espacio corto, como es un octágono (no es un campo de fútbol o de hockey, por ejemplo), permite que tanto el escenario como los luchadores destaquen con un nivel de detalle y de modelado sobresaliente. De hecho, ya la escena introductoria es apabullante, y la imagen general del estadio donde se celebre la velada nos hace preguntarnos si lo que estamos viendo es in game o es la realidad.

Pero más allá de esta fidelidad visual, el esfuerzo se hace patente en los daños en tiempo real que sufren los luchadores. Cada patada, puñetazo, rodillazo, etc… se siente no solo en el momento, con un sistema de impactos fabuloso que hace que casi nos duela a nosotros, sino también en los daños sucesivos: es fácil ver brechas, moratones y demás consecuencias con cada golpe encajado. Esto no se limita a algo visual, nada más lejos, sino que cada parte del cuerpo sufrirá y su rendimiento se verá mermado a medida que transcurre el combate.

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A la hora de combatir, el control de golpeo se mantiene, es decir: cada botón principal está asignado a una extremidad diferente (brazos y piernas izquierdos y derechos), mientras que con los gatillos realizamos variaciones de altura, fuerza, etc… Es un sistema complejo, ya que se usan absolutamente todos los botones del mando, pero suficientemente intuitivo para acostumbrarse tras unas horas de juego. Sin embargo hay también que tener en cuenta las diferentes combinaciones, dando como resultado un combate realmente satisfactorio que lo es aún más cuando asestamos un golpe que puede ser casi definitivo…

Los grandes cambios llegan a la hora de bajarse al barro. Cuando estemos en el suelo ya no nos encontraremos con los minijuegos de entregas anteriores ya que se ha optado por un sistema algo más profundo, aunque también, como es evidente, bastante más complejo. No faltan los tutoriales, bastante extensos, acerca de este y otro aspecto, pero no va a ser sino con práctica, mucha de hecho, como conseguiremos dominar este sistema. Es verdad que existe un sistema más simplificado para que cualquiera pueda competir en este aspecto del combate, pero obviamente no satisface de la misma manera.

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Otra mecánica que nos ha gustado especialmente es la esquiva con movimientos de cabeza, hacia atrás y los lados, movimientos muy propios del boxeo y que nos han recordado, para bien, a la saga Fight Night. Conviene hacer uso de ello a pesar de que afecte a nuestra energía, combinándolo de manera eficaz con un buen bloqueo, ya que este puede ser roto por el rival si insiste mucho en golpear en la misma parte.

KO fuera del octágono

Mientras, sabemos que no es algo sencillo de cambiar, pero a la hora de evaluar el contenido nos encontramos con una entrega bastante continuista, aunque no exenta de ciertas novedades que celebramos y que merecen la pena comentar. El tradicional Modo Carrera no presume de tener una gran cantidad de ellas, de hecho diríamos que incluso se ha simplificado en algunos aspectos, algo que no consideramos negativo per se. Eso sí, sí hay que destacar que en esta ocasión no solo enfrentaremos a la IA tras algunas escenas cinemáticas de corte narrativo y de muy poco interés, sino a otros jugadores en nuestra carrera online, uno de los mejores añadidos de esta entrega a nivel de contenido.

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Para partidas, o sesiones de juego más cortas, los Contratos de Combate nos han parecido una buena idea. No son sino combates entre algunos de los muchos luchadores disponibles en el juego (entre los que se encuentran también leyendas como Tyson, Ali o Bruce Lee), en diferentes modos de dificultad, y en los que conseguir monedas para hacernos con diferentes objetos como guantes, ropa, complementos, etc… No es algo especialmente profundo pero sí práctico cuando queremos jugar una pelea rápida sin meternos de lleno en el fragor de los combates online.

Como decíamos antes, no es fácil ampliar la oferta de modos de juego en los títulos deportivos más allá de los que ya se conocen, y que llevan y años establecidos, y hay que tirar de inventiva para dotar de más contenido títulos del género. En el caso de EA Sports UFC 5, creemos que le habría sentado genial una suerte de Modo Mánager en el que organizar combates, rivalidades, eventos, etc… un poco al estilo a lo que hemos visto en títulos basados en la WWE.

No obstante, y a pesar de los apartados negativos que hemos señalado (que no son muchos, la verdad sea dicha), EA Sports UFC 5 nos ha dejado la sensación de verdadero salto generacional respecto a lo que estábamos acostumbrados.

Hemos realizado este análisis con un código provisto por Electronic Arts para PS5.