Spider-Man Miles Morales, análisis: otro triunfo del PC y otro milagro de Steam Deck

Spider-Man Miles Morales nos sirvió  para estrenar nuestra flamante PS5 y disfrutar de las mejoras con las que llegaba para dicha plataforma. El juego, una ampliación del universo de Marvel’s Spider-Man de años atrás, nos presentaba a Miles Morales como nuevo protagonista -si visteis el final del juego original, sabréis por qué y si no, ya vais tarde- en un mundo con dos Spideys, casi nada. Pero lo que nos ocupa aquí no es tanto sus bondades jugables, que las tiene y las podéis recuperar en el análisis original, sino saber cómo ha sido este port de la mano de Nixxes. Ya os avanzamos que muy bien: otro triunfo para el PC y otro milagro para Steam Deck.

Decimos lo del triunfo para PC porque desde hace algunos años es la plataforma que más beneficiada está siendo de la guerra de consolas. Empezó Microsoft con su idea de lanzar siempre los juegos en sus consolas y en compatibles, algo que parecía no gustar demasiado a Sony… Hasta que también se ha apuntado con la mayoría de sus grandes títulos (y los que no, llegarán en un futuro no muy lejano, seguro). Esto nos ha permitido disfrutar de nombres que parecían impensables en PC hasta hace bien poco. Desde God of War hasta Uncharted, pasando por Horizon y recientemente, en verano, con Spider-Man. Este Miles Morales coge de ejemplo el último juego citado, y hace bien porque ese ya era un port excelente.

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Lo más destacado de esta versión es la gran cantidad de opciones gráficas que tenemos, y que nos permiten disfrutar del título en todo su esplendor. Desde poder escoger como es habitual todo tipo de elementos y nivel de calidad de texturas, luz y sombras hasta una configuración completa de opciones para el ray tracing: reflejos, sombras, resolución de los reflejos, detalle de la reflexión geométrica, alcance de los objetos… Si alguien todavía no sabe lo que aporta o no el trazado de rayos, que se ponga este juego y compare in situ el juego con o sin ello. Es verdad que hemos tenido algunos errores de carga de texturas, pero actualmente tras algunos parches, los problemas se han reducido muchísimo.

No faltan opciones de geometría, de cámara (con más profundidad de campo de lo que estamos acostumbrados en consolas), V-SYNC, compatibilidad con HDR y adaptación a controles de teclado y ratón que siguen la estela del remaster de Spider-Man.

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A todo esto se añade una configuración bestial made in PC para ajustarlo a nuestra realidad: tenemos monitores ultrapanorámicos con resoluciones desde el clásico 16:9 a 16:10, 21:9 o incluso otros más extravagantes, a lo que se le pueden sumar opciones de reescalado que están funcionando muy bien como es DLSS por el lado de NVIDIA, algo que mejora y bastante el framerate si el PC no puede con el juego y FSR por otro lado con un resultado también convincente.

Cuestión de rayos (y de rendimiento)

Además de contar con muchas opciones, lo importante aquí es saber qué tal va a nivel de rendimiento y cómo es la comparativa respecto a PS5. Lo cierto es que ambos juegos lucen de forma similar, pero hay algunos detalles que hacen que la versión de PC nos parezca superior. Por un mejor uso del trazado de rayos que se aplica en muchos más elementos visuales y por lo tanto, su acabado es mucho más convincente (como las sombras). Por el otro, está la fluidez a nivel de framerate.

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En el caso del PC, hemos podido jugar con el título con un framerate oscilante en campo abierto mientras nos balanceábamos entre edificios de unos 80 fps hasta 120 (sin ray tracing) según el momento, siendo mucho más estable por encima de los 80 en momentos de combate en espacios más cerrados. Todo con la configuración en alto. Por lo tanto, dependiendo de la máquina que tengáis en casa podréis conseguir una fluidez incomparable (aunque con 60 frames por segundo vais más que servidos en este juego). En nuestro caso lo hemos probado con una 2080ti y posteriormente con una 3070ti, en ambos casos con un i9-9900K y 32 gigas de RAM.

Un juego para enseñar lo que hace Steam Deck

Como es habitual, juegos de este tipo son los que nos gusta probar en Steam Deck para saber si la máquina de Valve sigue siendo, cuatro meses después, esa bestia que nos encandiló en su salida. Y la realidad es que no ha habido ningún mes o ninguna prueba que nos haya demostrado lo contrario. El juego se ve bien, tiene un buen framerate y en general, es sorprendentemente atractivo disfrutar de un título de sobremesa en la plataforma portátil de Gabe Newell y compañía. En este caso, naturalmente, la resolución se rebaja a 1200x800 y se pierden detalles sobre todo en la distancia de dibujado, pero sigue luciendo a un gran nivel para ser portátil. Tenemos FSR 2.0 para ganar finura visual en Steam Deck y compensar la bajada de resolución, en todo caso.

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Donde podría haber más dudas es en el framerate. Si lo dejamos a su libre albedrío, hemos podido ver como se mueve hasta los 40 fps pero con algunas bajadas con las especificaciones en medio. En cambio, bloqueando el juego a 30 frames por segundo hemos tenido una experiencia mucho más satisfactoria y convincente, ya que todo está mucho más estabilizado.

En términos generales, es una experiencia sólida para las prestaciones y el contexto en el que nos encontramos, naturalmente alejado de las filigranas del PC habitual y con algunos sacrificios que se notan en algunas texturas y en las escenas de vídeo. Pero sigue siendo un pequeño milagro (otro más) que convencerá a todos aquellos que quieran jugar tumbados en el sofá o en la cama. Eso sí, el juego aguanta poco más de hora y media antes de que la batería diga que necesita una recarga, algo habitual en títulos exigentes como este.