GTA 6: Qué puede aprender de Red Dead Redemption 2 (y qué no)

Rockstar Games trabaja en una nueva entrega de Grand Theft Auto. El anuncio, que no pilló a nadie por sorpresa, confirma que GTA 6 (nombre tentativo) será una realidad próximamente; aunque no lo esperamos a corto plazo. La industria ha cambiado mucho desde el estreno del ya lejano Grand Theft Auto V en 2013; tanto a nivel tecnológico como a nivel de hábitos de consumo. Entre medias, en 2018, se lanzó una considerada en esta casa obra maestra, Red Dead Redemption 2, protagonizada por Arthur Morgan.

No obstante, el título de los forajidos no es perfecto, motivo de más para recoger en este artículo aquellos elementos de Red Dead Redemption 2 que puede aprender GTA 6 y esos otros que puede evitar; todo ello con espíritu constructivo y con el objetivo de poder moldear el mejor videojuego posible. Cuandoquiera que salga Grand Theft Auto VI, estos son los aprendizajes que nos llevamos de ese inolvidable título.

Lo que sí puede aprender GTA 6 de Red Dead Redemption 2

Por encima de todo, son tres los aspectos de Red Dead Redemption 2 que nos gustaría ver heredados en Grand Theft Auto VI: la profundidad de su historia y personajes, lo reactivo de su mundo abierto y su espectacularidad audiovisual, no solo gráfica.

Arthur Morgan es un personaje difícil de olvidar, aunque no el único. Sadie Adler —a quien dedicamos incluso un artículo en MeriStation— es solo uno de los ejemplos de cómo construir un personaje secundario que crece de forma independiente al protagonista y que traslada a la perfección la voluntad narrativa del título. La sensación de grupo, que da la mano a la soledad y hostilidad de los entornos del juego, son dignos de elogio. Red Dead Redemption 2 se recuerda por su historia, pero lo hace gracias a unos personajes excelentemente caracterizados y representados, sin necesidad de caer en la caricatura ni en los excesos. Un videojuego de película que, ante todo, supo utilizar el lenguaje del medio para contar una historia larga, pausada, que se macera poco a poco y que culmina como pocas.

A ese respecto encontramos su mundo abierto, que puede presumir de seguir siendo incluso hoy —recordamos que salió en PS4 y Xbox One— un portento técnico y uno de los sandbox más reactivos que se han hecho hasta el momento. Rockstar Games dio la vuelta a lo que estamos acostumbrados: nosotros no somos el centro del mundo, sino un elemento más en un entorno que cambia y actúa independientemente de nuestros actos. Las situaciones orgánicas que se producen y la manera en que aparecen dan lugar a todo tipo de sucesos no planeados; y eso dio como resultado una experiencia repleta de sorpresas en los viajes y la exploración. Su diseño de sonido, los cambios de clima, los cielos… Realismo puro.

Todo esto puede replicarse en Grand Theft Auto VI, cuyo contexto moderno posibilitará que tengamos una Inteligencia Artificial más avanzada e igualmente reactiva. Las agujas del reloj no paran, los habitantes tienen costumbres y los animales unos hábitos. Solo imaginar un GTA con estos valores de producción invitan al optimismo.

Lo que no nos gustaría ver en GTA 6 de Red Dead Redemption 2

No somos nadie para decir qué “debe” o “tiene” que hacer Rockstar Games con sus videojuegos. Sí tenemos un criterio basado en nuestra experiencia con Red Dead Redemption 2, que si bien disfrutable presentó margen de mejora en varios aspectos. El primero de ellos es el sistema de apuntado y el gunplay, que ha sido claramente mejorado por otros y no fue del todo satisfactorio, fue simplemente funcional. Rockstar Games dejó claro con Max Payne 3 que pueden hacer las cosas muy bien con un arma de fuego entre manos, así que esperamos que Grand Theft Auto VI tome en consideración las críticas de los aficionados y perfeccione el sistema de disparo visto en sus últimos videojuegos, incluido el de RDR2.

Por otro lado, la limitación espacial de las misiones. Nos cuesta entender que en 2024 o 2025 veamos un título del calibre de Rockstar Games en el que, por salirte de los límites invisibles marcados, se dé la misión por fallida. Hemos de pasar página y entender que el diseño de misiones puede contemplar diferentes vías y alternativas, que puede haber más de un camino y que las limitaciones no conjugan con un mundo abierto. Estamos seguros de que pueden lograrlo, principalmente por lo que hemos visto en otros mundos abiertos reactivos durante estos últimos cuatro años. Red Dead Redemption 2 padeció de esto y, a juzgar por el feedback, hubo a quienes les sacó de la experiencia en más de una ocasión de forma justificada.

Por último, el equilibrio de los tiempos. Red Dead Redemption 2 es un videojuego basado en el Salvaje Oeste, no podemos pedirle que sea tan rápido y ágil como un Grand Theft Auto. Estamos de acuerdo. Sin embargo, hay tramos de la aventura extremadamente lentos y carentes de ritmo. Puedes ir despacio y gozar de un ritmo que no genere desapego. Ser capaces de mantenernos pegados a la pantalla incluso cuando no suceda algo interesante en Grand Theft Auto VI significará que Rockstar Games ha escrito cada misión con este aspecto en mente. Que incluso cuando los momentos valle no se sientan como tales. A este respecto, lanzamos una idea: no hace falta alargar un videojuego en exceso si no va a aportar algo positivo al conjunto. Quizá merezca más la pena la concisión en ciertos tramos con tal de mantener la historia de principio a fin interesante.

Red Dead Redemption 2 es un videojuego que respetamos, recordamos y seguimos adorando por muchas cosas, así que esperamos que Grand Theft Auto VI tome nota de lo mejor y lo peor de dicho título para hacer que, quizá, podamos estar ante el GTA más completo y versátil hasta la fecha. La sombra es larga, pero tienen las herramientas para conseguirlo.