Cuphead

  • PlataformaPS4PCXBO9NSW9
  • GéneroPlataformas, Acción
  • DesarrolladorStudio MDHR
  • Lanzamiento29/09/2017 (PC, XBO)18/04/2019 (NSW)28/07/2020 (PS4)
  • TextoEspañol
  • EditorStudio MDHR

Sabor clásico

Cuphead, análisis Switch: una versión impecable

Cuphead llega a Switch con una desafiante propuesta, cuya nostalgia viene a través de su apartado artístico y su clásica faceta jugable. Ya te pongas ante él solo o acompañado, prepárate para un shot’em’up de altura.

Hablando en términos generales, cuando nos ponemos frente a un videojuego como Cuphead surgen ciertas dudas acerca de su diseño. Un producto que entra por los ojos, haciendo gala de un trabajo estético y de animación tan pulido, mimado y sorprendente, es posible que flaquee en otros aspectos muy importantes.

Yendo a lo más específico —esto es el caso que nos ocupa: la conversión del videojuego de MDHR Studios para la híbrida de Nintendo— las inseguridades viran hacia aspectos como el rendimiento, la calidad de su faceta técnica y las posibles novedades que hayan decidido incluir para la puesta de largo en Nintendo Switch.

En el primer caso ya hemos sido tajantes en el análisis pormenorizado de Cuphead para Xbox One y PC que puedes consultar desde aquí. En el segundo vamos a intentar ahondar en el presente artículo, pues consideramos de vital importancia contaros todo acerca de este importante videojuego de Xbox One y PC que, contra todo pronóstico, podemos disfrutar —y de qué manera— en la consola de Nintendo más exitosa del momento.

Evil Devil attacks Kyoto

Un sinfín de personajes se mueven en pantalla, delicadas animaciones hacen que cobren vida, y unos fondos realizados con aguadas se mueven de forma tridimensional, como si estuviesen grabados desde la cámara multiplano que Walt Disney Studios popularizó en los años 40.

Hay retazos de Fleischer y su Betty Boop en el ambiente, recuerdos de Tezuka en determinados personajes, y un sabor al Disney más clásico que evoca la errática inventiva de Windsor Mckay. De la exageración de las animaciones, el timming desequilibrado y el surrealismo que proponen las transformaciones de los enemigos finales, surge el factor más importante de la producción que nos ocupa: el diseño jugable y, por extensión, el reto como aprendizaje y, como —valga la redundancia— una extensión más, la que nos lleva de cara hacia la inventiva al servicio de la imaginación interactiva.

El juego cuenta con sus fallos, es obvio: la curva de dificultad es inestable, hay fases menos inspiradas y algunos enemigos que debería suponer un reto mayor, no son tan difíciles como otros que nos dan una sorpresa imprevista, a pesar de estar localizados en zonas (en teoría) menos desafiantes. En lo jugable brilla, la variedad es la justa, y la sencillez inicial (saltar y disparar) se convierte en una algarabía de posibilidades estratégicas para superar los escollos más difíciles a medida que el juego gana en profundidad.

El cooperativo nos permitirá un respiro —resulta realmente divertido compartir esta bonita y exigente experiencia—, mientras que las fases de correr y disparar plataformeras, aunque sean menos numerosas de los que muchos desearíamos, nos dan la variedad necesaria para afrontar este Shot’em’up “Disneyano” con carisma Boss Rush con garantías de regozijo. Lo mejor de todo: que no sólo de saltos viven los “cabezatazas”: transformados en avión de combate nos enfrentaremos a desafíos más cercanos a aquellos títulos de naves bidimensionales que tantos buenos ratos nos han hecho (y hacen, pues gracias al panorama indie han resucitado) disfrutar.

Y es que en los bosses es donde más brilla Cuphead: una letal sirena inspirada en Medusa, un Orient Express animado —y poseído por un aterrador elenco de fantasmas— convertido en pesadilla, un ratón maquiavélico que es devorado por su antagonista felino, el cual pasa a ser nuestro peor enemigo… Y todos ellos con innumerables transformaciones, acompañados de dinámicas tanto de disparos como plataformeras, en unos niveles con decenas de proyectiles en pantalla de los que sustraer patrones de movimiento.

El variado armamento que podremos desbloquear y las mejoras sustanciales para nuestro personaje que iremos comprando nos permitirán acabar con los enemigos más costosos, haciendo un buen uso del disparo secundario, el parry (que de paso nos permitirá cargar más rápidamente el ataque especial) y nuestra habilidad con el salto mientras disparamos en hasta ocho direcciones. Según nuestra experiencia en este tipo de juegos, los reintentos pueden llevarnos hasta las 20 horas de juego (e incluso es posible que algunas fases las tengas que superar en modo fácil), mientras que los más habilidosos podrán finiquitarlo en unas 8 horas.

Una propuesta desafiante (para nada imposible), variada, y basada en un ensayo/error más gratificante que el de otros videojuegos, pues precisa de un proceso de aprendizaje el cual resulta realmente gratificante cuando vemos a nuestro enemigo besar la lona.

Cuphead en cualquier parte

Como muchos videojuegos bidimensionales de desarrollo lateral, resulta especialmente gratificante disfrutar de Cuphead en la pantalla de nuestra consola híbrida. El título para Switch viene acompañado de algunas novedades interesantes, mejoras muy de agradecer, y la inclusión de animaciones inéditas. Es de recibo decir que estos elementos también estarán disponibles para PC y Xbox One vía actualización, hecho que hermana a todas las versiones mientras esperamos el prometedor DLC The Delicious Last Course.

Para la ocasión se han añadido animaciones para los protagonistas, como las que reproducen al inicio de los combates contra enemigos finales. También se ha incluido movimiento en las escenas cinemáticas, que ahora se parecen más que nunca a un cortometraje animado en los años 30 gracias a un excelente uso de técnicas tradicionales, y una traducción multi-idioma que, en el caso que nos ocupa, es graciosa y está cuidada con gran mimo. Por último, la posibilidad de seleccionar uno de los dos personajes por fin está disponible, por lo que podremos pasarnos el juego alternando entre Cuphead y Mugman.

A nivel técnico pocas pegas: el título mantiene los 60fps tanto en Dock como en modo portátil, en este último caso llega hasta los 720p (siendo 1080p la resolución en TV), mientras que el acabado gráfico del juego se aderece con filtros de ruido, suciedad y aberración cromática cuya intensidad podremos variar. Las diferencias de esta versión comparándola con la original son mínimas, relativas tal vez a una mayor saturación en la consola de Nintendo y un filtro de aberración cromática más notorio en Xbox One.

En cualquier caso, ambas versiones son casi idénticas, siendo la portabilidad de Switch un buen aliciente para el fanático de jugar en cualquier lugar, y además vienen acompañadas por un apartados sonoro brillante: una excelente guinda para un sabroso pastel. Tanto las melodías como los efectos de sonido reproducen la época de forma fidedigna, incluso a través de la imperfección de su reproducción y los variados instrumentos que se utilizan en las composiciones de los jefes finales.

Por otra parte, también nos gustaría recalcar la idoneidad de jugar con cruceta a Cuphead: resulta más preciso y gratificante, dado que ni el disparo ni el movimiento de nuestro personaje (ni siquiera en las divertidas fases donde manejamos a nuestro personaje transformado en avión de combate) es analógico. El mando Pro es ideal para jugar en la TV, mientras que las crucetas disponibles para Joy-con por medio de varias vías (ya sea con mandos licenciados o mediante la personalización de los nuestros) arrojan resultados excelentes. Un solo juego, y muchas opciones para disfrutarlo en diferentes plataformas hacen de este lanzamiento una nueva celebración: obras de tal calibre merecen ser disfrutadas por el mayor número de jugadores posible. Aunque recuerda: Don’t Deal With the Devil.

Conclusión

Cuphead llega a Switch a la vez que nos vuelve a dar una clase magistral de diseño de videojuegos y resolución artística en plataformas 2D. Su encantador apartado gráfico se lleva el protagonismo en un primer momento, aunque no tarda en emerger la genialidad en el diseño de niveles, mecánicas jugables y rutinas en los jefes finales. Este Shot’em’up Boss Rush podría estar mejor balanceado (la curva de dificultad es algo inestable) y ofrecer algunos alicientes como fases secretas o elementos coleccionables (hay monedas escondidas, aunque muy evidentes), pese a que estos detalles no lo alejan de ser uno de los mejores de su género en la actualidad.

Lo mejor

  • Su apartado audiovisual es excelente
  • El diseño de las dinámicas de los (numerosísimos) bosses
  • La implementación de las plataformas, tanto en bosses como en las fases Run’n’Gun
  • El desafío resulta gratificante

Lo peor

  • Curva de dificultad algo demasiado inestable
  • Los más puristas se quedarán con ganas de más niveles y mundos por descubrir
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.

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