Dictador o demócrata, tú eliges en Imperial Glory

No sólo de pan vive el hombre, y no solo de Commandos vive Pyro Studios. Tras casi tres años en desarrollo llega por fin Imperial Glory, un producto final que intenta aportar algo nuevo a un género quizá algo estancado como la estrategia en tiempo real, género sobre el que la compañía española es considera una experta.

Esta mañana ha tenido lugar la presentación oficial del título en la Casa de América de Madrid, un lugar perfectamente escogido y ambientado para el juego a tratar. Unos elegantes soldados de época nos recibian en la puerta como si realmente fueramos a decidir sobre la situación de nuestro imperio. Una vez dentro, en una espectacular sala varios de los miembros de Pyro Studios nos daban a conocer el resultado final de su obra.

Imperial Glory se antoja un juego de estrategia que intentan mejorar allí donde aquellos se conformaron, aportando nuevas características a lo que hasta ahora se hacía en género. Sus tres partes bien diferenciadas, batallas terrestres, batallas navales y gestión del imperio, resulta un equilibrio muy conseguido y apto para todos los públicos.

Si nuestro corazón es de acero, podremos optar sin titubear por hacernos el control a la fuerza de toda Europa y el Norte de África, arrasando allí donde lleguemos y siendo líderes indiscutibles. Pero los más estrategas preferirán sin duda crear una buena política exterior con demás naciones, aliar tropas para superar las embestidas más duras de algún rival y comerciar armas y dinero para atacar en el momento acertado.

En palabras de Ignacio Pérez Dolser, Director General de Pyro Studios, "queríamos ir un paso adelante en cuestión de diplomacia en los generos de estrategia. No basta con firmar un trato y romperlo cuando queramos, pues tendremos que cumplir acuerdos bilaterales que si los incumplimos tendrán serias consecuencias". La parte más táctica tampoco se queda atrás. "En el terreno de gestión será fundamental establecer comercio exterior, hacer movimientos políticos decisivos y desarrollar nuestras tecnologías en el momento oportuno. No bastará con coger recursos, actualizar, y derrotar al más débil", comentó el propio Ignacio.

La inteligencia artificial también fue una ardua labor, como nos comentó César Valencia, Jefe de Producción de Imperial Glory: "Hasta ahora ha sido la IA más desarrollada con la que hemos trabajado en Pyro. Es fundamental aplicar a las tropas el concepto de "tropas", que realmente entiendan que forman parte de un ejército, que ataca, se mueve y se protege junto. Eso sí, en ningún momento nos hemos olvidado de la premisa de la jugabilidad, buscando siempre el resultado de hacerlo más atractivo para el usuario".

No faltaron duras críticas al sector del videojuego español, casi testimonial en el resto del mundo, y con pocas producciones como es el caso de Imperial Glory. El lanzamiento inicial será de 350.000 copias y el juego saldrá a la venta en unos 50 países, lo que garantiza el asentamiento global de Pyro Studios más allá de nuestras fronteras. Ignacio no se cansó de repetir que "el videojuego es una forma de ocio y cultura como cualquier otra. Siempre tenemos esa lacra encima de algo reducido, malo e incluso peligroso, siendo los videojuegos la forma de ocio electrónico que más ha crecido en los últimos años, por encima de la música o el cine. Siempre se habla de la crisis del cine español, pero pocos se encargar de cuidar la creación de estudios de desarrollo en España". "Somos uno de los países donde se vende más videojuegos de Europa, por detrás de Reino Unido, Alemania o Francia, y sin embargo, paises como Holanda, Dinamarca o Finlandia cuentan con un número mucho más elevado que España en compañías de videojuego.", sentenciaba Pérez Dolset.

Tampoco faltó una crítica hacia de cómo a medida que el público es más amplio, la gente es menos experta y tanto los argumentos como la temática de los juegos tiende hacia lo "light", y géneros como la estrategia se resienten, al igual que lo hacen las ventas de los juegos en PC. Pyro Studios afronta estos días el lanzamiento de una de sus producciones más ambiciosas, ya no por la calidad del título, sino por el tiempo, el trabajo y el número de personas implicadas en su desarrollo.