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Las viejas recreativas son revalorizadas como antigüedades
Las más preciadas llegan a alcanzar varios miles de dólares en el mercado.
Las recreativas de décadas pasadas son cada vez más preciadas y los coleccionistas no dudan en invertir grandes cantidades con tal de adquirir estas joyas. Hay quienes, como el americano Michael Gabriele, se han gastado más de 30.000 dólares para completar un lujoso salón recreativo personal por el que incluso han tenido que modificar la instalación eléctrica de su hogar. Para estos coleccionistas las antigüas recreativas tienen un valor sentimental difícilmente comprensible por quienes no asistieron a los sucesivos cambios generacionales en el mundo de los videojuegos. Gastar más de 4.000 dólares por una máquina en concreto extrañará sin duda a los que se acaban de iniciar y sólo están acostumbrados a conectar su consola al televisor. Cierto es que el mercado de los recreativos es cada vez menor, contrariamente a lo que sucede con los sistemas domésticos, cuyas cifras son astronómicas, y es por ello que las viejas máquinas se estén revalorizando tanto. Incluso las recreaciones, hechas hasta el más pequeño detalle pero con materiales modernos, tienen gran valor. Una copia actual pero idéntica a la que tuvo Pac-man o Galaga en sus inicios ronda los 7.000 dólares.