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[E3] Republic: The Revolution, Impresiones

Demis Hassabis, consejero delegado de Elixir Studios y diseñador, nos destripa el esperado Republic.

Demis se explayó mostrándonos su creación / noticias

A puerta cerrada y en el stand de Eidos, Meristation pudo conocer de primera mano Republic: The Revolution, el innovador título de Elixir Studios. Demis Hassabis, el consejero delegado de este estudio y diseñador del juego, nos desgranó las posibilidades de este título que tiene como objetivo convertirnos en presidente de la república imaginaria de Novistrana, inspirada en un país de la órbita soviética poco después del final de la guerra fría. Pero no nos guiará únicamente la ambición, ya que hace veinte años el presidente actual eliminó a nuestros padres, con lo que entra en juego una venganza. El juego empieza durante la primera mitad de los años 90 con la vuelta del protagonista al país tras haber estado estos 20 años fuera. El juego se divide en tres fases, que se corresponden con tres ciudades diferentes. La primera es la más pequeña y la tercera la mayor de todas.

El proceso de creación de nuestro personaje consiste en responder ocho preguntas sobre qué haríamos en diferentes situaciones, pudiendo elegir entre cuatro alternativas. Después elegiremos la facción de entre las tres disponibles y que representan tres ideologías radicalmente diferentes, y que son una gran baza de cara a la rejugabilidad. El protagonista tiene cinco estadísticas: posición social, control, carisma, presencia física y resolución, que lógicamente se tendrán en cuenta en las acciones en las que entren en juego. Pero además iremos aprendiendo acciones, que podremos realizar con diferentes grados de eficacia. Para que os hagáis una idea de las acciones que podremos aprender, y que en total serán más de 100, os diremos que consisten en sobornar, fichar a personajes que colaboren con nosotros, hacer propaganda visitando casa por casa, colgar carteles con nuestra efigie, reclutar gente para nuestro ejército, contratar un asesino a sueldo para un trabajo, enviar a un escuadrón de soldados de elite, difamar a alguien, lavar cerebros, etc. Para cualquier acción tenemos que elegir un objetivo, ya sea una zona de la ciudad o una persona. Por ejemplo, para intentar reclutar soldados lo mejor sería buscar un barrio deprimido. Si tenemos la acción de reclutar en el mínimo grado, sólo irá un soldado a repartir panfleto, mientras que si dominamos más esta acción irán más soldados con varios tanques y jeeps. Tanto para mejorar las estadísticas como las acciones o para aprender nuevas acciones usaremos los puntos de experiencia que obtendremos completando varios objetivos.

Como acceder a la presidencia es muy cansado para una sola persona, podremos contratar hasta a cinco ayudantes. Este proceso de contratación, como ocurre con algunas acciones más, consiste en un minijuego de negociación, aunque antes tendremos que elegir donde nos citaremos con el "aspirante". Lógicamente en función de a quien intentemos contratar, será más o menos difícil. Así, si lo intentamos con un viejo amigo, probablemente tendremos éxito. Si no somos discretos en nuestra cita, quizás la policía vendrá a por nosotros. En este caso es importante tener a alguien infiltrado en la policía, para que nos avise y podamos reaccionar disfrazando al personaje buscado o consiguiéndole inmunidad diplomática. De hecho, puede ocurrir que el presidente nos prohíba y nos deja en la ilegalidad a través de una declaración presidencial. Tanto para el protagonista como para sus ayudantes, tenemos una agenda diaria dividida en tres zonas, que se corresponden con la mañana, la tarde y la noche, y en cada zona podemos planificar una acción para cada personaje.

El engine gráfico, que han llamado Totality, es completamente en 3D y permite mover la cámara a voluntad. Puede generar toda la ciudad y acercarnos hasta una charla entre dos personajes sin problemas y con un nivel de detalle más que respetable.

Demis dejó muy claro que, a pesar de que el juego propone unos objetivos al jugador, éste puede ir a su aire, explorando la ciudad, mirando lo que hacen cada ciudadano, que tiene sus propias obligaciones, su propia cara, su propia casa, etc. Demis calcula que completar el juego yendo directamente al grano tardaremos entre 15 y 20 horas, pero nos perderemos muchas misiones opcionales. Si además tenemos en cuenta que la jugabilidad y las acciones dependen mucho en función de la facción con la que juguemos, las horas de juego se disparan hasta 100.

Republic: The Revolution

  • PC
  • Estrategia
Republic: The Revolution tiene por escenario las horas que siguieron a la caída del Muro de Berlín y al desmembramiento de la Unión Soviética. En el juego, asumiremos el papel de uno de esos hombres que sueñan con llegar a la presidencia de la república de Novistrana.
Carátula de Republic: The Revolution
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