Victoria sigue los pasos de Europa Universalis

Los nórdicos Paradox Entertainment se dieron a conocer en todo el mundo gracias al aclamado título de estrategia Europa Universalis. Después llegaron la secuela y Hearts of Iron, un título ambientado en la Segunda Guerra Mundial, pero Paradox sigue aprovechando la popularidad de este engine de juego con un nuevo lanzamiento, Victoria. Este nuevo título de estrategia para PC nos llevará desde las monarquías absolutas de principios del siglo XIX hasta los países industrializados de principios del siglo XX. El jugador deberá controlar seis aspectos para que esta transición tenga éxito: la diplomacia, el ejército, la economía y la industrialización, la colonización, la investigación tecnológica y la simulación política.

Ampliar

La diplomacia amplía y mejora los conceptos de EU1 y 2 y de Hearts of Iron, admitiendo alianzas bilaterales, guerras coloniales, reclamaciones territoriales y negociaciones de paz. El manejo del ejército se inspira más en Hearts of Iron, aunque en este caso los tipos de tropas serán milicianos, tropas coloniales, infantería regular, guardias de elite y caballería. En los combates se valoran tres conceptos: la potencia de fuego, la organización y la moral. La gestión económica se rige por la ley de la oferta y la demande y se orienta casi en exclusiva a la industrialización de los países, ya sea con minas, refinerías, fábricas, edificios gubernamentales o militares.

La colonización de territorios que aún no pertenezcan a ninguna potencia industrializada será otra valiosa forma de conseguir nuevos recursos a precios de ganga, aunque primero deberemos enviar exploradores. La investigación tecnológica se basa en el muy usado concepto del árbol de tecnologías pero con la novedad de los descubrimientos históricos que provocarán revolucionarios avances. Finalmente la simulación política influye en el resto de aspectos a través de las ideologías y partidos dominantes. Así, los países democráticos tendrán un mayor desarrollo económico pero poca estabilidad política, mientras que las monarquías serán más estables y menos avanzadas.