La bestia Marchand borra a Phelps de la lista de récords
El nadador francés, entrenado también por Bob Bowman, gana el oro en los 400 estilos con la mejor marca de siempre (4:02.50) y con Phelps en la grada viendo como su última marca caía.
“Lo mejor está por llegar”, dijo Leon Marchand, de 21 años, después de que la piscina de Fukuoka asistiera a una de las mayores exhibiciones de un nadador en los 400 estilos, no solo por la salvaje carrera del francés y por su extraordinario récord mundial (4:02.50) sino por el simbolismo que hay detrás de esas brazadas. Esta plusmarca era la última que tenía en su poder Michael Phelps, la leyenda, el GOAT, que con una camisa blanca y el pelo recogido asistía desde la cabina de comentaristas al momento en el que su nombre desaparecía para siempre de los récords mundiales. La natación no perdona, y siete años después de la retirada del de Baltimore, los jóvenes le han arrebatado las marcas con las que ganó 28 medallas olímpicas. Si el húngaro Kristof Milak se erigió en el rey del 200 mariposa, ahora el francés se ha coronado en los Mundiales de Fukuoka en los 400 estilos.
Ya había advertido Marchand en los pasados Mundiales de Budapest, el junio de 2022, cuando consiguió la segunda mejor marca de la historia y se quedó a solo cuatro décimas del récord de Phelps, establecido en 4:03.84 obtenido en los Juegos de Pekín, de 2008. En la preliminar, el francés, entrenado por Bob Bowman en la Universidad de Arizona, experimentó con un primer 200 a toda velocidad y un segundo más relajado, para medir sus fuerzas, calibrar hasta donde le llegada el ácido láctico. Un ensayo que en la final le llevó a un récord bárbaro.
Con el estadounidense Carson Foster en la calle 4 y marcando un alto ritmo de carrera (de hecho, ya fue plata en los pasados Mundiales con 4:06.56), Marchand completó el primero 100 de mariposa con una marca de 54.66, tres décimas más rápido que Phelps en Pekín 2008. La espalda fue la disciplina en la que se mostró algo más dubitativo (aunque mejoró dos segundos con respecto al año anterior), si se puede utilizar este calificativo para un nadador que hizo la carrera más veloz de la historia. Completó este parcial en 1:01.98 por 1:01.54 del nadador ya retirado. Llegó después el tramo de braza, el que más domina. “Solamente un nadador que domine la braza puede batir el récord de Phelps...”, dicen los expertos. Y este hombre nació en Tolouse y se llama Marchand.
El pupilo actual de Bowman completó la braza en 1:07.64, con el récord de Phelps ya a su pies y con un bullicio ensordecedor en la piscina, que se venía abajo con el momento que estaban a punto de vivir. Phelps, en su mejor carrera, hizo 1:10.56, por lo que Marchand llegó a nadar hasta casi tres segundos por debajo del récord mundial. Completó, ya agonizando pero con el objetivo entre ceja y ceja, el parcial de estilo libre en 58.22, por 56.79 de Phelps. Marchand fue mejor que el americano en dos parciales, la mariposa y la braza, pero realmente lo que le catapultó al margen de la braza fue su dominio del subacuático, siempre apurando los 15 metros, como había advertido en una entrevista reciente: “Me estoy fijando en los virajes y submarinos de Dressel”.
Marchand ya fue finalista en Tokio 2020, cuando aún era un nadador por hacer, y después de su llegada a Estados Unidos para ponerse en las manos del gurú Bowman, ha dado un salto en las pruebas de estilos. Ha pasado de ser una gran promesa a ser el mejor de la historia. No podía tener mejor epílogo la prueba que Phelps, tranquilo, emocionado, entregando la medalla a Marchand. Ambos, quienes han compartido este proceso y se whatseappean, tienen un personaje en común: Bowman. El escultor de los nadadores de época.