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NATACIÓN | DOHA 2024

Del juego de tronos de Wiffen a Honda, campeón con un esguince de tobillo

El irlandés impone su vertiginoso esprint final para prolongar en los 800 libre el momento dulce que asomó en el Europeo. El japonés nada y gana lastrado tras caer por unas escaleras.

Swimming - World Aquatics Championships - Aspire Dome, Doha, Qatar - February 14, 2024 Ireland's Daniel Wiffen celebrates winning the men 800m freestyle final REUTERS/Clodagh Kilcoyne
CLODAGH KILCOYNEREUTERS

Hasta hace pocas fechas, a Daniel Wiffen se le conocía más por haber sido extra de la célebre serie ‘Juego de Tronos’ y por tener un hermano gemelo compitiendo en las mismas pruebas que él, Nathan, que por sus éxitos en la piscina. Pero el pasado diciembre, en Otopeni, lanzó un primer aviso al mundo con su triple oro europeo en los 400, 800 y 1.500 libre, y con el récord mundial en piscina corta precisamente en los 800, la distancia que lo ha acabado coronando en Doha. Primer campeonato mundial en la historia de Irlanda.

Con un ritmo constante, seguro, tranquilo, sabedor de que su arreón final era superior al del resto de los contendientes, más fondistas incluso que él (Kristof Rasovszky, sin ir más lejos, venía de colgarse el oro en los diez kilómetros en aguas abiertas), el irlandés fue claramente de menos a más. Comenzó dominando a lo bestia Elija Winnington, quien hasta pasados los primeros 250 metros marchaba en un ritmo inferior al del récord del mundo. Pero Gregorio Paltrinieri, otro de esos colosos de las aguas abiertas, le acabó dando alcance. Y fue tirando. Hasta que Wiffen esprintó, aceleró y lo superó irremediablemente antes del último viraje.

En 7:40.94 detuvo el cronómetro el nadador irlandés, sin rival a la llegada, como sí lo hubo en la batalla por la plata entre Winnington y Paltrinieri, que por este orden entraron, plata y bronce, con sólo tres centésimas de diferencia entre ellos.

Siobhan Haughey.
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Siobhan Haughey. ALI HAIDEREFE

Incontestable Haughey

Y si hubo alternativas en los 800 libre masculinos, de una sola nadadora fue en la final de los 200 libre femeninos, que dominó de inicio a fin Siobhan Haughey, bronce anteriormente en 100 braza, quien también rebajaba provisionalmente el récord del mundo a falta de la última piscina, aventajando en más de dos segundos al resto de las aspirantes. Detuvo el crono en 1:54.89, por delante de la neozelandesa Erika Fairweather, que venía de ser campeona en los 400 libre, y de la australiana Brianna Throssell.

Esa final parecía gafada antes de disputarse, ya que fue baja de última hora Li Bingjie, una de las favoritas, a causa de unas molestias físicas. Y la primera reserva, nada menos que la campeona europea Marrit Steenbergen, tampoco podía nadarla, de modo que finalmente entró la siguiente en la lista, la china Ai Yanhan. Tampoco estaban Ariarne Titmus ni Summer McIntosh, pero porque no han participado en estos Mundiales.

Tomoru Honda celebra su victoria.
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Tomoru Honda celebra su victoria.MANAN VATSYAYANAAFP

El resbalón de Honda

A persistencia nadie ganará a Tomoru Honda, que en los 200 mariposa se había hecho con la plata olímpica en Tokio 2020 y con dos bronces mundiales, en Budapest 2022 y Fukuoka 2023. Pero se le resistía el oro. Y para colmo, llegaba lastrado a esta competición porque, según medios japoneses, el pasado día 5 resbaló por las escaleras de su casa y se torció el tobillo derecho. Es decir, que ha tenido que nadar con un esguince.

Cualquiera lo diría, viendo su rendimiento en la prueba de la que finalmente puede llamarse campeón del mundo, después de llegar con autoridad (1:53.88), por delante de Alberto Razzetti y de Martin Espernberger. Micha Cmielewski, cuarto, a punto estuvo de poder vengar a su hermano Krzyztof, quien inicialmente era el gran favorito al oro, pero que fue descalificado en semifinales.

Sam Williamson parecía contento.
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Sam Williamson parecía contento.CLODAGH KILCOYNEREUTERS

Primer oro australiano

Aunque parezca mentira, ha habido que esperar a la cuarta jornada de la natación en línea para asistir al primer oro de un nadador australiano, país que se impuso en campeones y campeonas el pasado verano en Fukuoka. El agraciado ha sido Sam Williamson, que además batió por dos veces el récord de Oceanía en los 50 braza tanto en las semifinales como en la final, ésta en un tiempo de 26.32, para quedar por delante de Nicolo Martinenghi, al que le faltaron 17 centésimas para ese oro, y de Nic Fink. Adam Peaty, otrora indiscutible favorito, acabó cuarto.

Estados Unidos gana el relevo mixto

Y en la última final del día se proclamaron campeones los estadounidenses en el relevo 4x100 estilos mixto, que protagonizaron Hunter Armstrong, Nic Fink, Claire Curzan y Kate Douglass, con un tiempo de 3:40.22, seguidos de Australia y de Gran Bretaña, quienes mantienen su récord mundial.

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