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Finalizado

RUGBY | SEIS NACIONES

Inglaterra tiene algo que decir en el Seis Naciones

Un drop sobre la bocina de Marcus Smith aborta el intento de Grand Slam irlandés y da opciones a la Rosa de cara a la última jornada.

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Inglaterra tiene algo que decir en el Seis Naciones
GLYN KIRKAFP

No en Twickenham. Fue la proclama de Inglaterra este sábado en el que aguó el intento irlandés de sumar un segundo Grand Slam seguido en el Seis Naciones, logro inédito precisamente desde que lo consiguiera en 1991 y 1992 la Rosa, que se llevó el gato al agua en su coso londinense (23-22) merced a un drop sobre la bocina de Marcus Smith, el tipo que iba para talento generacional de este equipo y por ahora se ha quedado en suplente del suplente.

Este partido, que bajo el paraguas del Seis Naciones es el Millenium Trophy, entronca con esas rivalidades atávicas, independientes de los estados de forma. Es un microcosmos particular en el que no conviene descartar ninguna posibilidad. Lo razonable, no solo con el último mes y medio en la mano, también con los últimos cuatro años, habría sido que Irlanda ganara y con autoridad, que sumara su segunda corona seguida y que se dejara para el duelo final contra Escocia la opción de consumar otro pleno. Pero los locales no estaban por la labor, y su ardor derritió la fluidez a la que acostumbran los pupilos de Andy Farrell.

Fue uno de esos pleitos que llevan al fino estilista a cambiar de canal. Un pulso metalúrgico, madrugado por un Ollie Lawrence que pronto dejó estéril la patada a palos con la que Crowley había estrenado el marcador. A punto estuvo el centro de Bath de abrochar el doblete antes de llegar a la media hora, después de que el pie de Ford ensanchara la brecha y el de Crowley la volviera a dejar en dos puntos, pero Nika Amashukeli le negó el segundo posado por un adelantado previo. Cambió la dinámica a partir de ahí. Despertó una Irlanda hasta entonces irreconocible y Crowley, una gota china, rentabilizó dos faltas de disciplina inglesas al filo del descanso.

RESUMEN

INGLATERRA (8+15): Genge, George, Cole, Itoje, Martin, Chessum, Underhill, Earl, Mitchell, Ford, Freeman, Lawrence, Slade, Feyi-Waboso y Furbank -También jugaron- Dan, Marler, Stuart, Cunningham-South, Dombrandt, Care, Smith y Daly
Ensayos: Lawrence (4'), Furbank (47'), Earl (59')
Conversiones: Smith (60')
Golpes de castigo: Ford (17')
Drops: Smith (80')

IRLANDA (12+10): Porter, Sheehan, Furlong, McCarthy, Beirne, O'Mahony, Van der Flier, Doris, Gibson-Park, Crowley, Lowe, Aki, Henshaw, Nash y Keenan -También jugaron- Kelleher, Healy, Bealham, Henderson, Baird, Conan, Murray y Frawley
Ensayos: Lowe (44', 72')
Golpes de castigo: Crowley (2', 19', 35', 40')

Estadio: Twickenham, Londres. 
Árbitro: Nika Amashukeli, georgiano. Amarilla a O'Mahony en el 57'.

Parecía que el rodillo estaba en marcha cuando James Lowe estrenó la segunda mitad con una carrera imparable de las suyas, pero el Trébol encontró respuesta inmediata en una buena transmisión inglesa rematada por Furbank, y llegando al ecuador Earl adelantó a los locales aprovechando su superioridad numérica por una amarilla a O’Mahony.

Sería un toma y daca hasta el final continuado por Lowe, de nuevo protagonista en otra incursión por su flanco de los irlandeses, que echarían de menos la conversión fallada por Crowley. La última palabra la tendría Smith. En un drive en el que Inglaterra jugaba con ventaja, optó por jugarse el drop, en carrera, y el oval penetró la H con una parábola casi plana. Enloqueció Twickers, como si de la consecución de un título se tratara, y enloqueció Marcus, que quizá se cobraba alguna cuenta en ese “aquí estoy yo” de manual. Sea como sea, esa iniciativa es la que permitirá a Inglaterra jugar en Francia el próximo sábado con un objetivo por el que luchar, aunque la tarea, ganar y que Irlanda no sume nada ante Escocia, sea casi una quimera.

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