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BALONMANO | LIGA ASOBAL

Rolando Uríos: “Logroño, mi escaparate para la selección”

El hijo del legendario pivote del Ciudad Real, debutante en la Asobal, pretendía ser candidato al siete ideal del año.

Actualizado a
Rolando Urios en una acción de ataque.

Hijo de una leyenda del balonmano mundial, con el mismo nombre que su padre, Rolando Uríos (La Habana, 25) ha debutado esta temporada en la Liga Asobal, y seguramente el pivote del Logroño ha sido uno de los nuevos con más impacto en la competición. Sin embargo, en la preselección para elegir al siete ideal de la temporada, un premio que se entregará en la Gala Madison de Valladolid a finales de mayo, no aparece ni como pivote ni como revelación.

-¿Esperaba estar nominado en alguna categoría?

-No me pregunte eso que me he llevado un disgusto. Creo que como pivote podría haber estado, sí, porque ataco y defiendo, tengo polivalencia. Me costó un poco adaptarme porque vengo de Alemania donde el estilo es diferente, se ataca más con el uno contra uno, y no se cuenta tanto con el pivote, En el Logroño hemos hecho una buena temporada, estamos entre los cuatro primeros de la Liga, somo los subcampeones de la Copa Asobal, pero sólo tenemos a dos nominados, el extremo David Cadarso y al lateral Juan Palomino. Creo que por la temporada que hemos hecho...no sé. Hay muy buenos pivotes entre los cinco nominados, como Montoya (Granollers) con el que coincidí en las selecciones inferiores, y como Salinas (Bidasoa), un gran atacante, por ejemplo, eso sí.

-¿El nombre que lleva pesa mucho?

-Un poco sí, pero personalmente a mi me ha ayudado mucho más que pesado, y estoy orgulloso de él. Llegué a España a los tres años, cuando mi padre jugaba en Francia. Nos instalamos en Ciudad Real, y aunque yo era un niño le vi jugar todos los partidos que he pude, y los que están grabados en las redes, todos también, más de cien veces lo he repasado.

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-¿Y qué le dice, porque los dos son especialistas en el mismo puesto?

-Me da consejos y me cuenta su carrera. Por ejemplo, aunque se le recuerda como atacante letal, me dice que en Francia también jugaba en defensa, y muchas veces de avanzado en el 5-1, pero que Juan Carlos Pastor en la selección le dijo que sólo en ataque para que estuviese descansado y le diese lo que realmente necesitaba de él. Fue campeón del Mundo (2005) y subcampeón de Europa (2006) con España.

-Hubo un tiempo en el que si su padre ganaba la posición, y le llegaba el balón, gol o penalti y exclusión.

-Era imparable en el centro, y la combinación con los centrales del Ciudad Real, primero con Talant Dujshebaev y luego con Chema Rodríguez era letal. Un pivote que creó escuela, porque luego llegó al Ciudad Real Julen Aginagalde, que parecía su gemelo en la cancha, con una espalda poderosa y una gran fortaleza, que también ha dominado en esa posición. Lo que más me llama la atención del juego de mi padre era la manera de coger el balón, que los atrapaba todos le llegasen como fuese. Era único.

-¿Qué hacía usted en Alemania, cómo se escapó de los equipos españoles?

-Fue a los 16 años, cuando yo jugaba en Ciudad Real. Aunque Dani Dujshebaev es mayor que yo, llegamos a jugar juntos en un equipo cadete, y de allí el Barça se interesó en mi para llevarme a su cantera, y en ese tiempo tuve una oferta del Fuchse Berlín para entrenarme con ellos, y acabé en sus equipos. Han sido ocho años en los que he aprendido muy bien alemán, porque los clubes te exigen que los aprendas para integrarte lo antes posible, y además estudié dirección de empresas. He estado bien, pero quería volver a España, que se me conociese en mi país. He jugado en las selecciones inferiores y promesas pero no en la júnior por un malentendido con Alberto Suárez, que me convocaba cuando yo aún tenía competición en Alemania, no podía venir, y él debía pensar que no estaba interesado.

-Pues ha debutado en el Logroño, y en un momento en que los clubes españoles pagan menos que los de otras ligas.

-El dinero es importante porque la carrera del deportista es corta, pero yo quería darme visibilidad, y en el Logroño está de entrenador Miguel Ángel Velasco. Es una buena decisión para lo que yo quiero, darme a conocer en España y que sea un escaparate para mí, además de adaptarme y mejorar con otro sistema y estilo de juego. Tengo la aspiración personal de que Jordi Ribera me convoque en algún momento para jugar en la selección, que estando en España es posible que me vea más. Y luego salir con el Logroño a la competición europea.

-Marchan cuartos en la Liga...

-Quedan dos partidos, y estamos a un punto del Granollers. ¡Hombre! yo espero que nosotros ganemos los dos que nos quedan y los vallesanos pinchen en uno. Luego jugamos los cuartos de final de la Copa del Rey contra ellos, sí, mucha rivalidad, aunque es lo habitual, que los mejores equipos se enfrenten entre ellos.

-El Caserío de Ciudad Real también estará en la Copa, un equipo de segunda, el primero de esa categoría que se mete en la fase final.

-Me hace mucha ilusión porque por allí han pasado mitos del balonmano mundial. Para mí el mejor de todos fue Dzomba, pero es que también jugaron Olafur Stefansson, o Alberto Entrerríos, o Iker Romero, que estuvo una temporada. Y luego vinieron Abalo, y Kallman, y aquel central, Claus Jakobsen, con los Metlicic, Talant, Julio Fis, Dinart. Es que todos eran estrellas, y claro los conozco a todos porque me han visto desde niño, y luego les he visto como entrenadores, como cuando coincidí con Pajovic en Alemania, que se acordaba de mi. Y los hijos de aquellos tipos también jugamos, como los hermanos Dujshebaev, aunque con Álex no he coincidido, y tampoco con los hijos de Julio Fis, que tiene dos laterales jóvenes a lo que entrena desde pequeñitos, y disponen de un tremendo potencial para sobresalir en poco tiempo.

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