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Atlético Guardés
Konyaalti

BALONMANO | EHF CUP FEMENINA

Galicia se vuelca con el Guardés en su primera final

Recibe en la ida al Antalya Konyaalti turco, que se presenta como favorito en la EHF Cup en un torneo que domina España en los últimos años

Ana Seabra en el banquillo del Guardés.
Ana Seabra en el banquillo del Guardés.

No hay duda de que el Atlético Guardés goza de poder de convocatoria, pero además en esta primera final europea de su historia tiene a toda Galicia pendiente del equipo, que mañana domingo recibe al Antalya Konyaalti turco en la ida de la EHP Cup (20:00, DAZN y TVGA). Además se anuncian aficionados de Portugal y de otras zonas de España para apoyar al equipo que dirige Ana Seabra, la portuguesa que dirige a una plantilla que con ella de entrenadora principal ha enderezado el camino del plantel.

“Esta puede ser la final de nuestras vidas, porque no sabemos si volveremos a tener una oportunidad parecida. Por eso, lo importante no es jugarla, sino ganarla”, resumía Seabra, que además tiene claro que “al Guardés la final le llega en su mejor momento de la temporada” para seguir con la tradición que consolidaron el Rocasa y el Málaga, que han conquistado tres títulos en los últimos años.

El balonmano turco ha jugado tres finales en las últimas doce temporadas, pero ninguno de sus representantes ha consumado la victoria final. Ahora el Antalya Konyaalti, de la zona sur del Mediterráneo asiático de Turquía, se presenta como favorito para conquistar por fin un título continental gracias a los goles de su primera línea, de la rusa Alena Ikneva (60 goles) y de la macedonia Monika Janeska (59), que son los estiletes de un equipo que marca de media 35 goles por partido.

Para el Guardés “lo importantes es la defensa para viajar con renta a Turquía”, frase que repiten desde la portera Marisol Carratú a las portuguesas Patricia Lima y Sandra Santiago, dos de las goleadoras del equipo. Es posible que la consigna sea cosa de Seabra, que para el choque de este domingo quiere a todo su equipo concentrado y que el Pabellòn A Sangriña sea un auténtico Infierno para los visitantes.