El Caserío de Ciudad Real le roba el protagonismo al Barça

Esta semana está siendo crucial para el balonmano masculino español de élite. En la última jornada de la Liga Asobal el Granollers y el Bidasoa empataron a 30, un punto para cada uno. Sin embargo, el Granollers marcó 29 tantos y el Bidasoa 30, pero el equipo local sumó un tanto más que no vieron los árbitros, y los espectadores de la televisión: sólo Antonio García, que reclamó gol, y el director de mesa, que comunicó a los árbitros que había sido tanto.

Antonio García rectificó y pidió disculpas cuando vio el partido repetido, en una demostración de deportividad del internacional vallesano; el Bidasoa decidió no recurrir “porque los árbitros, como todos, también se equivocan”, con lo cual el cuadro vasco se queda a 10 puntos del Barça con seis jornadas por delante. Eso significa que en el derbi catalán del sábado a las 18:00 (LaLiga y Teledeporte) si el Barça derrota al Granollers en el Palau, haga lo que haga el Bidasoa, será campeón de Liga.

Eso se convertiría en lo más reseñable de la competición nacional en toda la semana de no haber sido por la victoria del Caserío Ciudad Real ante el Puente Genil en la tercera eliminatoria de la Copa del Rey: 28-23. Antes 3.000 aficionados en el Quijote Arena, con homenaje al portero rival De Hita por lo que representa de perseverancia y por manchego, el equipo local hace historia al ser el primero de la División de Plata que se mete en la fase final a ocho, algo que se había rozado, pero que parecía imposible. Ya estaban clasificados en Barça y el Logroño, finalistas el año pasado en Santander, y ahora además del Caserío, la lista se completa con el Granollers, el Bidasoa, el Cuenca, el Torrelavega (se tomó la revancha liguera ante el Nava) y el Cangas, que eliminó al Ademar, en su cuarta victoria consecutiva ante equipos de la Asobal.