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BALONMANO | CAMPEONATO DE EUROPA

Dusseldorf establece hoy un récord que durará hasta Madrid 2028

Más de 50.000 personas asistirán hoy en el Merkur Spiel Arena a los partidos Francia-Macedonia y Alemania-Suiza que darán el pistoletazo de salida al torneo.

Actualizado a
Un campo de fútbol reconvertido en cancha de balonmano.

Aún se estaban rematando ayer los últimos detalles en el Merkur Spiel Arena de Dusseldorf para que se celebre esta tarde la primera jornada del Grupo A, el Francia-Macedonia (18:00) y el Alemania-Suiza (20:45), que más allá del honor de inaugurar el XVI Campeonato de Europa, también entraran en la historia de este deporte por batir el récord de asistentes a un partido de balonmano, porque ya se han vendido más de 50.500 entradas para asistir a los choques en este campo de fútbol, con un techado retráctil que permite adaptar la instalación para las necesidades de otros deportes.

Hasta ahora el récord de aficionados también lo tenía un encuentro en Alemania, el Rhein Neckar Lowen frente al Hamburgo, un choque de la Bundesliga en 2014, en otro escenario versátil, el Commerzbank Arena de Frankfurt que estableció el tope actual: 44.189 aficionados en las gradas. De esta manera los alemanes siguen batiendo la plusmarca danesa, que en 2011, en la Copa de Dinamarca, entre el Copenhague y el Silkeborg tuvo 36.6521 espectadores. El Lemgo-Kiel fue el primero en superar los 30.000 espectadores en la temporada 2004-05. Pero el récord de esta tarde, que tras diez años supera el anterior, tiene cuatro años de vida: en 2028, también en un Europeo, se espera que esa marca se pulverice en la final que se espera disputar en Madrid, en el Santiago Bernabéu.

Todos estos números sólo son una referencia para destacar la organización alemana, que se ha tomado a pecho dar una imagen de capacidad en la primera ocasión que organizan un Campeonato de Europa, con canchas por encima de los 10.000 espectadores en todas las sedes: Dusseldorf, Múnich, Berlín, Hamburgo, Mannheim y Colonia, con el fabuloso Lanxess Arena con capacidad de 20.000 espectadores, como el Dome de Budapest y el Kombank Arena de Belgrado, otras sedes de los partidos por las medallas.

Sólo tres países han estado en todas las ediciones, Francia, Croacia y España (Dinamarca, Alemania y Suecia han faltado en una edición), y los Hispanos, que han conquistado medallas de todos los colores, son los que más veces han subido al podio. Eso sí, Suecia, vigente campeona, es la única que ha ganado el título en tres ediciones seguidas de los cinco oros que tiene: evitó hace dos años que España le igualase por tres seguidos, y se quedan en dos oros y dos platas en los últimos ocho años.

España, esa selección “que nunca aparece en los pronósticos, pero siempre compite” dice el seleccionador Jordi Ribera, tal vez esté carente de marketing mediático, pero no hay duda de que es un soporte fundamental. Otra prueba fundamental es que en una competición con 24 selecciones, además de España (Ribera), otras tres selecciones tienen técnicos españoles en sus banquillos: Hungría (Chema Rodríguez), Rumanía (Xavi Fernández) y Serbia (Toni Gerona).

Pascual ha logrado llevar a Rumanía a una fase final de Eurocopa tras 28 años de ausencia, lo cual es un éxito para el país, al que casi tratan de debutante, aunque los nuevos en este nivel son Georgia e Islas Feroe, que tiene el honor de ser el país con menos habitantes de cuantos compiten: 50.000.

En realidad las Islas Feroe tienen el mismo estatus que Groenlandia en los Mundiales, que siguen dependiendo en Dinamarca. Las Islas, 18 de las que sólo 17 están habitadas, también tienen un toque español, porque Dani Gordo (actual entrenador del Ademar y nuevo seleccionador de Turquía) estuvo trabajando allí. No se espera que su debut sea testimonial, porque están destacando en las categorías inferiores, con Oli Mittun (18) compitiendo por ser el jugador revelación, y que dice que la selección es una familia; no le falta razón porque con él juega su hermano Pauliy y sus primos Elias y Roi Ellefsen.

Este Campeonato, además de la gloria para el campeón, tiene un premio extra: la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024, para los que están clasificados Dinamarca (campeón del Mundo) y Francia (organizador). Si ambos países jugasen la final, el que logre el bronce también va a París.

España, la única selección que ha disputado las cuatro últimas finales, y que debuta el viernes ante Croacia (20:30) a la que derrotó por el oro en 2020, tiene asegurado por lo menos su presencia en los preolímpicos por su tercer puesto en el pasado Mundial, pero el seleccionador no se cansa de repetir que el premio que tiene el oro “es tan apetitoso que será una competición intensa”. ¿Favoritos? Lo de siempre: Dinamarca (se le atraganta el Europeo pese a su dominio Mundial), Francia (la única selección que ha sido campeona olímpica, mundial y europea al mismo tiempo), Alemania (como país organizador), Noruega (salvo que se cruce España en su camino), Suecia (vigente campeón y plata mundial), y, por supuesto, España. Y hay un grupo de equipos a tener en cuenta: Hungría, tras el fracaso de hace dos años en casa; Croacia, siempre es un equipo de nivel; Eslovenia, y la emergente Portugal de los hermanos Costa.