Alcobendas mantiene viva la llama del balonmano en Madrid

Descontada la aparición ocasional del Atlético de Madrid en la década pasada, en los últimos veinte años, el balonmano madrileño de élite sobrevive en Alcobendas, llegó a tener tanto al equipo masculino como al femenino en la cima (único club con el Granollers) y que, tras un tiempo complicado, trata de volver por sus fueros con Ángel Castaño de presidente, un extremo que creció en el club. Fue jugador en la Asobal, pasó a los banquillos “y ahora hago de todo porque hay mucho trabajo cada día, la cantera, la burocracia...” asegura.

Tras perder la categoría en la Asobal en 2019 y renunciar a que su equipo femenino mantuviese el poder que tenía (Silvia Arderíus y Marta López, internacionales de las Guerreras, pasaron por sus filas) el club inició una refundación interna. “Podemos decir que no tenemos deudas, que nuestra economía está al día, pero el presupuesto que barajamos es de supervivencia; mientras no tengamos un patrocinador principal que nos duplique las posibilidades económicas, no podemos pensar en el ascenso deportivo”, sostiene Castaño, que mantiene al equipo masculino en la segunda categoría del balonmano español.

Prácticamente, el equipo es de casa, y salvo el portero cordobés Ramón Fuertes, del Ars, que llegó a Madrid por motivos laborales, todos han pasado por la cantera. El entrenador es Javi Suárez, que fuera central del plantel en los mejores años del equipo masculino, y Ángel de la Rubia su extensión en la pista, otro veterano de unos años más prósperos.

Desaparecido el IKASA, el Alcobendas es el equipo masculino que mantiene viva la llama del balonmano madrileño. Es el único representante en la Plata, que pelea por la zona templada de la categoría a la espera de un futuro más halagüeño y sin laterales zurdos (Nevado voló al Nava) lo que obliga a recomponer el juego tradicional.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.