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PATINAJE

Superjavi lleva la magia al hielo

El patinador llenó el Palacio de Vistalegre (13.500 personas) con Revolution on Ice. Este domingo realizará otra función en la capital.

MadridActualizado a
Javier Fernández y su espectáculo 'Revolution on ice' en Vistalegre.
PEPE ANDRESDIARIO AS

La megafonía del Palacio de Vistalegre brama: “Siete veces campeón de Europa, doble oro mundial, bronce olímpico… Con ustedes: ¡Javier Fernández!”. Los 13.500 espectadores que llenan a rebosar el recinto aplauden, chillan, se emocionan... Así comenzaba Revolution on Ice, “la continuación del sueño de Superjavi”, su vida más allá de la competición. El prodigio ahora es un showman metido de lleno en mostrar la belleza del patinaje al gran público con exhibiciones así. Javi se entrega al público, pero también lo hacen sus invitados, patinadores con medallas mundiales, cantantes reconocidos, acróbatas, luces, sonido…

Revolution on Ice dio sus primeros pasos en el palacio de Hortaleza como un espectáculo que montaba el patinador junto a su familia, patinadores locales y poco más. Ahora se ha transformado en uno de los mejores shows de patinaje del planeta. Un espectáculo de nivel mundial. Cada año con un formato. El elegido esta vez es el relato de superación de una chica, Celia Robledo, que se enfrenta a un bosque guiada por la música de Belén Aguilera y la narración de Beatriz Salido. “Podría ser mi historia, pero también la de mucha gente”, dice Javi, que sigue fiel a sus principios. Una amiga de siempre como Celia, protagonista.

Y en torno a esa “historia”, con Carlos Jean en la dirección musical, saltaron al hielo campeones mundiales como el canadiense Jeffrey Buttle. Adriá Díaz y Olivia Smart, pareja española de danza, se deslizaban con sincronía al ritmo de Kaiserlautern, un tema de Taburete. El mismo dúo luego se convertiría en Travolta y Olivia Newton John en Grease. Actuaciones dinámicas, de transiciones rápidas, pero emocionales… Como la de Ashley Wagner o la química entre Javier Raya, que se atrevió a un salto triple al son de Blas Cantó, representante español en Eurovisión. Llegaron las acrobacias imposibles de Annette y Yannick. Piel de gallina. Y antes del intermedio, Javier Fernández danzó Black Betty, el programa que le elevó a la cima deportiva en repetidas ocasiones. Ahora le corona a nivel de espectáculo, con guitarras eléctricas en vivo. Ovación atronadora.

“Estamos alucinadas, supera nuestras expectativas”, decían al descanso un grupo de aficionadas, que veían por primera vez el espectáculo. Refrescos, cervezas, palomitas… había que reponer fuerzas. Vuelta al hielo, renovado por la ‘zamboni’. Noa Pérez, la más joven de la noche, tiró de lo vintage y fue chica Yé-Yé. Un reingreso animado que siguió con dosis de electrónica de Carlos Jean, Blas Cantó levantó a la grada, Belén Aguilera se puso al piano  y se desembarcó en una actuación colectiva con Birds. De ahí, a Superjavi y Robledo como dúo, con Señorita. Dos amigos, juntos en el hielo. Emotividad, que pronto se transformó en adrenalina y tensión con las acrobacias de Annette y Yannick. Después, la finura en el aire de David y Max...

Porque Revolution on Ice tiene en cuenta las emociones, que se volvieron a flor de piel con Claire de Lune de Anna Capellini y Luca Lanotte y se llegó al apogeo. Taburete en el escenario, Javier Fernández en el hielo: “Son mariposas que sólo se posan, que no quieren volar...”. El resto del equipo acompañaba a Superjavi, aclamado igual que lo fue en Boston o en China, cuando se colgó el oro mundial. Ahora, a los 28 años, cubre otra etapa, la de llevar un espectáculo de patinaje a su país. Otro hito como sus títulos: meter 13.500 personas en un recinto para ver su deporte. Ah… y este domingo tiene la segunda función. Superjavi sigue su sueño.