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BOXEO

Navarrete no defrauda ante De Vaca: lo arrolla en tres asaltos

Emanuel Navarrete retuvo el Mundial WBO del peso supergallo al ganar por TKO en el tercer asalto a Francisco de Vaca. Dominó a placer y ganó cuando quiso.

Actualizado a
Emanuel Navarrete golpea a Francisco De Vaca durante su combate en Los Ángeles.
AFP

La sonrisa de Emanuel Navarrete no podía ser más grande. En el Banc of California Stadium de Los Ángeles, en su primer estelar en Estados Unidos, maravilló, encendió al público y recibió la felicitación en persona de su promotor, Bob Arum (Top Rank tiene copromoción junto con Zanfer), a los pocos segundos de ganar. Franciso De Vaca estaba invitado a su fiesta, le puso arrojo... pero pronto sucumbió ante la pegada del mexicano. Duró tres asaltos, los que quiso Navarrete, que sumó así su tercer Mundial WBO del peso supergallo. Después, el púgil reveló el motivo que le hacía estar más feliz aun. "Volveré el 14 de septiembre en la velada de Tyson Fury, me lo ha dicho ahora mi equipo", apuntó. "El mejor boxeador mexicano tiene que estar en el fin de semana de la Independencia mexicana", añadió Arum. Halagos no le faltaron.

No era para menos. Navarrete controló su combate ante De Vaca cómo quiso. En el primer asalto dejó que su rival mostrase lo que traía. El estadounidense (aunque nació en México), sacó mucho ritmo y el campeón aceptó. Se cubrió, contragolpeó y vio los huecos que quedaban. Ahí atacó. Con el upper hizo daño y fue el camino que siguió en el segundo asalto. Cuando Navarrete pega en distancia es letal y cuándo entra con sus upper, más. Así, tras tres consecutivos, De Vaca se fue al suelo. Se rehizo y resistió, pero era cuestión de tiempo.

El campeón quería acabar pronto y salió a tirar manos con toda su fuerza. En ese momento dejó ver sus carencias. Si se vuelve loco, arriesga mucho. Tiene demasiado arrojo, pero es letal. Comenzó a conectar manos y cada vez De Vaca podía sacar menos golpes. El aspirante fue retrocediendo hacia las cuerdas y la tormenta ya estaba encima. Era previsible que el árbitro parase la pelea, y lo hizo cuando quedaban 1'06" para acabar el round. El campeón tenía una responsabilidad enorme en California, cumplió sobre el ring, falló en la taquilla (hubo una entrada floja), pero con 24 años y su calidad tiene tiempo de crecer. Exhibiciones como la de este sábado le catapultarán.