Previas 6 Naciones 2019: el Olimpo espera a Irlanda

A Irlanda nunca se le había exigido tanto como tendrá que soportar en este 2019. Es el precio de codearse con el Olimpo oval, de ser el único combinado que en los últimos doce meses haya logrado un Grand Slam en el VI Naciones y en ese mismo curso derrotar a los All Blacks. Su condición de aspirante al título Mundial no es una casualidad, pero todo el camino andado estos años no puede tirarse por tierra así como así. El Trébol es un rodillo, una máquina de demoler a sus rivales. Tiene envergadura delante y su engranaje es perfecto. Atrás, madurez y calidad en los medios y mucho derroche físico en los tres cuartos. Irlanda sabe que los focos le apuntan a la cara y los hombres de Joe Schmidt quieren hacer historia.

El destino quiso que arrancara el torneo en Dublín ante Inglaterra. Partido trampa. Porque la presión, esta vez, es toda para el Trébol. Pero jugar en el Aviva Stadium da siempre un ensayo de ventaja al conjunto de Schmidt. Después tendrá una visita a Murrayfield, que junto con el cierre en el Principality de Cardiff se antojan como verdaderas pruebas de fuego. Irlanda quiere repetir hazaña y levantar otro Grand Slam, ganar su cuarto VI Naciones en apenas seis años. La marcha de sus provincias, con tres de ellas en los cuartos de final de Champions, es el mejor ejemplo del buen momento de forma. Irlanda suele llegar menos exigida que el resto, con las rotaciones habituales en Leinster, Munster, Ulster y un Connacht que cada vez aporta más jugadores interesantes. El Trébol va a por todas.

Delantera

Healy-Best-Furlong. La primera línea del Trébol se recita de carrerilla. Mucha veteranía, especialmente con el capitán de Ulster, y un pilar derecho con mucho recorrido por delante pero que ya está reconocido a primer nivel mundial. Si solvente es su primera línea, no menos es la tercera. El retiro de Heaslip tuvo rápido recambio con CJ Stander, un especialista ofensivo, que se compenetra a las mil maravillas con O'Mahony, un maestro en el arte de la pesca del oval en el ruck. Sólo en el flanker abierto, por las lesiones recurrentes de Sean O'Brien, se puede abrir un hueco para que Van der Flier, Murphy, Ruddock o en su momento el lesionado Leavy tuvieran su oportunidad. Y en la segunda, James Ryan. El joven jugador de Leinster, lejos de los focos, se ha consolidado como uno de los mejores de Europa en su posición, y también del Mundo. Junto a él, el veterano Toner, el polivalente Henderson o incluso Beirne, de vuelta en el país tras brillar en Scarlets (aunque arranca el torneo fuera por problemas físicos). Dominan la melé, el juego de touch e incluso el cerrado. No es casualidad que Irlanda sea, hoy día, el gran candidato a todo. Falta por ver si las lesiones respetan a la baqueteada delantera del Trébol.

Si portentosa es la delantera, el virtuosismo del 9 al 15 está garantizado. Aunque nunca compartieron club, la dupla Murray-Sexton se entiende a las mil maravillas en los medios. El de Munster sale de una lesión importante, pero lleva ya semanas suficientes a buen nivel con su club. A su lado, el recientemente elegido MVP de 2018. El apertura de Leinster salvó el torneo el pasado año para Irlanda con un drop inesperado con el tiempo cumplido para salvar el partido en París. De ahí en adelante, el cuadro de Schmidt fue arrollando y casi siempre con Sexton a gran nivel. En los centros, el nacionalizado Aki lleva dos cursos aferrado al 12 y no parece que vaya a soltarlo y con él mucho donde elegir: Ringrose, Henshaw, Earls (aunque lo lógico es que arranque en el ala). La ecuación la solventará de primeras Schmidt con un invento: Henshaw irá al zaguero por un Kearney que aún necesita algo más con Leinster para estar a tope. Y en el 11, Stockdale, un cohete al que ya todos conocen. Pero, por si fuera poco, el fondo de armario es también notable: Carbery espera su oportunidad para relegar a Sexton, como ya hizo el propio apertura de Leinster con O'Gara años atrás, y Larmour también está preparado en el 'back-three'. Mucho y bueno.

El As a seguir: Jacob Stockdale

Doce ensayos en apenas 14 tests con el Trébol son guarismos que hablan por sí mismos. Con apenas 22 años es uno de los alas más reconocidos del panorama Mundial. En el último VI Naciones explotó encadenando cuatro partidos haciendo al menos un ensayo. También es pieza fundamental en su club, Ulster, al que ha ayudado a meter en los cuartos de final de la Champions Cup. Con sus 1,95 metros de altura y su potencia es muy difícil de detener en carrera y ha sabido compenetrarse dentro de una línea en la que militan jugadores distintos de las cuatro franquicias irlandesas. El futuro del Trébol pasa, en buena medida, por jugadores como él o James Ryan. Ha demostrado que no le puede la presión y es un indiscutible para Joe Schmidt. En Europa, no hay un ala de sus características, recordando a la mejor versión del galés North hace más de un lustro.

El entrenador: Joe Schmidt

El neozelandés quiere despedirse del 6 Naciones a lo grande, repitiendo el último Grand Slam. El entrenador, que incluso llegó a entrar en las quinielas para suplir a Steve Hansen en los All Blacks tras el Mundial, tuvo que confirmar personalmente que se retira después de la cita de Japón pese a tener apenas 53 años. Su currículum es excelso, ganador del Top14 como asistente en Clermont (2010) y vencedor de la Heineken Cup en 2011 y 2012 ya con Leinster. Antes de coger las riendas del Trébol incluso levantó una Challenge y ganó el entonces Pro12 en 2013 con la franquicia dublinesa. Su salto al banquillo nacional tuvo efecto inmediato y ganó el 6 Naciones de 2014 y 2015. En 2018 repitió con Grand Slam incluído. World Rugby le designó mejor entrenador de 2018. Ha logrado armar con el paso de los años un bloque bien sincronizado gracias a su trabajo coordinado con las franquicias. Su reto es doble, repetir el Grand Slam y ser el primer entrenador que cuele a Irlanda en las semifinales de un Mundial.