Blanco: “Es un premio para los que nos hacen felices”

Desde la base hasta la cúspide, la pirámide deportiva española, con sus protagonistas, los atletas, a la cabeza, fue reconocida en la XIII Gala del Comité Olímpico Español (COE).

Deportistas de éxito como Mireia Belmonte, que reconocía “un sabor especial” en este galardón por llegar en un año complicado para ella y apuntaba a los Mundiales de 2019 y a los Juegos de 2020 como redención. O como Saúl Craviotto, que no supo decir si “es más particular” una medalla olímpica o el cumpleaños de su hija, que cumplía un año ayer. Como Sandra Sánchez, Ruth Beitia, Laia Sanz y David Cal, que dejó el momento gracioso de la velada cuando pidió a Craviotto que ganase una quinta medalla en Tokio, pero que no le superase. Como Lydia Valentín, Javier Fernández, Regino Hernández (apareció con chupa de cuero y deportivas, en su estilo motero) y Juan Carlos Navarro, que confesó que echa de menos competir. Todos referentes en sus disciplinas, muchos elevados ya a la categoría de leyendas.

También se homenajeó a “federaciones y dirigentes modélicos”, en palabras de Alejandro Blanco, empresas que apuestan por el deporte, figuras clave en la historia del COE como Josep Lluis Vilaseca, clubes centenarios como el Reus Ploms o el Tenis Pamplona, “la base” que le gusta decir a Blanco, y medios de comunicación como Marca o RTVE.

Todos tuvieron su momento. El más emotivo, dedicado a la difunta Celia Barquín, acreedora de una Mención Especial a Título Póstumo. Recogió el premio su padre, Marcos, compungido cuando el auditorio Goyeneche, en pie, le dedicó una tremenda ovación. “Va por ti, campeona”, cerró Craviotto su intervención, en la que aseguró que “estos premios son una inyección de energía positiva para afrontar todo lo que toque”.

“Ningún comité olímpico del mundo tiene una foto como la nuestra”, afirmó Blanco, acompañado en el acto por la secretaria de Estado para el Deporte, María José Rienda, o el vicepresidente del COI, Juan Antonio Samaranch hijo, entre otros. Y la verdad es que no se juntan 18 medallistas olímpicos así como así. Blanco describió a los deportistas con orgullo: “Son las personas que nos motivan y sacan lo mejor de nosotros”. “Y por eso es nuestra obligación, y la asumimos con devoción, premiarles”, acompañó. No quiso irse sin dedicar unas palabras a los Juegos Mediterráneos de Tarragona, “un legado insuperable”. Fue un día “de alegría, reconocimiento y aplauso”. “Por los que nos hacen felices”.