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RUGBY

Guillaume: "Si esto lo juzga el TAS, le da la razón a España"

Protagonista en el polémico Bélgica-España de marzo, Lucas Guillaume fue sancionado por su conducta tras el partido. Ahora habla en As de todo lo que ha sucedido en los últimos ocho meses.

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Guillaume: "Si esto lo juzga el TAS, le da la razón a España"
Emilio CobosDIARIO AS

Nació en Francia (1991) pero juega al rugby en España y para España. Protagonista en el polémico partido ante Bélgica del pasado marzo, que les costó el Mundial a los Leones, fue  sancionado con 14 semanas por su actitud hacia el árbitro al término del encuentro. La consecuencia fue el despido de su club, el Narbonne de Pro D2 (el segundo nivel en Francia), que le ha traído a la División de Honor, a las filas del Alcobendas, líder de la competición. Ahora Lucas Guillaume charla con As de estos convulsos ocho meses.

¿Qué se ha encontrado a su llegada a España, al Alcobendas?

Es mucho más intenso todo que en Francia. Un poco loco, muchas veces falta organización, pero también se juega mucho más rápido que allí. Los golpes y los placajes, eso sí, son menos fuertes.

¿Cómo vivió aquel 18 de marzo en Bruselas?

Para mí fue el punto más bajo de mi carrera profesional. Teníamos el sueño de ir al Mundial y nos lo robó el árbitro. Fue muy difícil porque trabajamos muy duro durante dos años y estábamos muy cerca, lo tocábamos ya. Si hablamos sólo de rugby, merecíamos clasificarnos. Después vino todo lo de las sanciones, la elegibilidad…Pero eso no ha sido rugby, ha sido política. No podemos hacer nada contra eso. Al principio fui inocente. Yo y todos. Pensábamos que todo iba a salir bien, que no nos iban a sancionar e íbamos a ir al Mundial. Luego entendí que todo lo que pasó fue político y que la Federación Española es muy pequeña y no tiene el poder para hacer frente a los rumanos, la Federación Francesa y World Rugby.

¿Insinúa que lo de Bruselas fue algo orquestado para que Rumanía fuera al Mundial?

Antes del partido no lo pensaba porque somos profesionales. Y cuando eres profesional se supone que no pasan estas cosas. Antes del partido nos tomábamos lo del árbitro más como una broma que como algo que nos pudiera perjudicar.

Yo creo que esa inocencia de la que habla es la misma con la que nos tomamos todos la designación en su momento. Todos pensamos ‘bah, en rugby no pasan estas cosas’…

Claro. Es rugby profesional y hay televisión, había medios allí, se jugaba la clasificación para el Mundial… En teoría era algo que no podía ocurrir.

No sé si la parte más dolorosa de lo que pasó allí fue quedar fuera del Mundial o las imágenes que se vieron al final del partido.

Llevamos siete meses luchando contra Rugby Europa y las sanciones que nos impusieron, que no son justas. Todo el mundo vio lo que pasó. No se golpeó al árbitro. Fue muy duro mantener la calma y no protestar durante todo el partido ante lo que estaba haciendo, que era muy obvio... ¿y encima no podemos decir nada después? Nosotros sólo queríamos explicaciones, no insultarle. Queda claro en las imágenes que no hacemos nada muy malo. Aun así sé que no podemos hacer eso porque hay niños viendo los partidos. Lo entiendo. Pedro hay que entender también que durante siete meses la prensa y la conciencia colectiva nos ha puesto a nosotros como los malos y al árbitro como una víctima. No es una víctima. Hablaré de mi caso. Al final del partido sólo le pregunto por qué lo había hecho y me sancionaron catorce partidos como si le hubiera golpeado o amenazado. Sin pruebas, sin imágenes y sin estar en el acta del árbitro, en la de los líneas ni en la del delegado. Luego en apelación lo dejan en de 4 a 6 semanas y, en la última vista, me quitan la sanción. Pero el periodo de fichajes en Francia ya estaba cerrado y me había quedado sin club. Es un castigo cuádruple: me dejaron sin Mundial, sin jugar varios partidos, sin club y sin poder buscar un nuevo. Y además con el estigma de haber sido uno de los malos. No puedo aceptar eso.

Entonces, usted no es que crea que crea que la sanción es desproporcionada, es que cree que no merecía ninguna.

Para mí, mi conducta no fue sancionable. Es legítimo preguntar al árbitro después del partido por qué ha pitado así. Creo que nuestra actitud, en general, no fue agresiva pese a que las imágenes son feas. Aun así, en mi caso, estoy seguro de que no hice nada mal. No entiendo por qué tengo esa sanción. No es justa.

Todo el proceso que se siguió después con las apelaciones, ese juicio… ¿Cómo fue?

No fue un juicio justo. El problema era que los que lo dirigían, Rugby Europe, eran los mismos que habían designado al árbitro. No se puede ser juez y parte del problema. Tiene que haber independencia.

¿Cómo valoras la actuación de la Federación Española en todo lo que ha pasado? Desde la designación del árbitro hasta el asunto de los jugadores nacionalizados.

Como he dicho al principio, creo que hemos sido inocentes pensando que todo iba a salir bien. Que sólo contaba lo que hacíamos en el campo. La FER no es pequeña, pero si comparamos con Rumanía o Georgia, tienen mucho más dinero y experiencia. No es malo eso, es parte de nuestra fuerza porque es muy familiar, pero en estos casos pasa lo que ha pasado.

Volviendo al partido. Más allá del árbitro, no fue el mejor día del equipo. 

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Emilio CobosDIARIO AS

Pero es que no podíamos. En nuestra primera fase ofensiva ya pitó una pantalla que no existió. A los 15 minutos estábamos fuera mentalmente. En condiciones normales, Bélgica se podría haber tirado 200 minutos atacando sin conseguir un ensayo, pero con este árbitro cada vez que pisaban nuestro campo era golpe de castigo enfrente de los palos. Hay una encuesta entre árbitros internacionales hecha después del partido que dice que pitó 26 veces contra España o a favor de Bélgica. No puede ser. Por eso es difícil para mí decir que no jugamos bien. Para jugar un buen partido tiene que haber dos buenos equipos y un buen árbitro. Y en esta ocasión faltaba el buen árbitro.

¿Le sorprendió la agresividad de Bélgica, que no se jugaba nada más allá de la honra?

Tengo amigos en el equipo de Bélgica. Conozco muy bien a algunos. Se vio mucho que ellos entendieron pronto lo que estaba pasando. A ellos no se les puede culpar de nada, juegan su partido. Pero fue muy claro que ellos podían hacer lo que quisieran en el campo. Eso no sé que será, pero no es rugby.

No. Y la consecuencia de todo ello es que usted se queda sin Mundial y sin equipo. ¿Cómo fue todo el proceso con Narbonne desde que le sancionan hasta el despido?

Después de lo de Bruselas, Sebastien (Rouet) y yo volvemos a Narbonne porque nos quedaban dos partidos allí. Fue una temporada muy dura, con problemas de dinero y deportivos. Fuimos últimos de Pro D2. Por eso toda mi fe estaba en España el año pasado, porque allí desde febrero éramos carne de descenso. Cuando vuelvo, juego los dos partidos y estuve bien. De hecho fui capitán en uno de ellos. Al final de la temporada hubo reuniones y un día nos llamaron a Sebastien y a mí para hablar de lo de las sanciones. Poco después recibimos una carta de despido. Después la Federación nos baja la sanción pero ya no se podía cambiar nada.

Pero, una vez reducida la sanción, ¿Narbonne quería volver a contratarles?

No, la sanción fue la excusa. Nos echaron por dinero. Ahora tenemos un juicio porque está muy claro que la sanción ha tenido poco que ver. Ha sido duro porque nuestro equipo no nos ha ayudado para nada y ahora están en bancarrota. Todo lo que han hecho ha sido para nada.

Para que la gente se haga una idea. ¿Cuál es la diferencia entre lo que usted ganaba en Narbonne y lo que gana aquí? De media, un jugador a ese nivel en Francia cobra cuatro veces más que aquí.

El salario medio en Francia, en Pro D2, está en unos 5.000 euros al mes. Aquí tengo una casa muy buena (ríe). Es que no quiero hablar de cantidades. 

La situación de Sebastien Rouet es incluso peor que la suya. Un jugador muy veterano y con una sanción más larga que ha impedido que Alcobendas hiciera lo mismo que con usted. ¿Cómo está?

Es muy duro para Sebastien porque lo ha perdido todo. Él tenía dos años más de contrato con Narbonne, para acabar a los 35. Seguramente habrían sido sus últimos años buenos de rugby profesional en Francia y se los han quitado. Ahora tiene una ficha con un equipo pequeño de cerca de Narbonne que juega en Federale 2, como tercera división. Para él, que ha jugado en primera, es muy duro. Todavía está cumpliendo sanción, hasta el 27 de noviembre. Y yo igual, hasta el otro día que debuté contra Cisneros, llevaba siete meses sin jugar. Eso, a los 27 años, que se supone que es el mejor momento de tu carrera, es una putada.

¿Cómo ha sucedido todo con la Federación y después Alcobendas?

Lo primero quiero dar gracias a la Federación, mil veces gracias. Es una Federación pequeña, pero una gran familia. Cuidan a sus jugadores como padres. Respecto a Alcobendas, ya recibí una llamada de ellos en verano. Me llamó Tiki (Inchausti, entrenador de Alcobendas), pero todavía tenía la sanción y estaba buscando algo en Francia. Él lo entendió. Cuando empezó la temporada y yo no había encontrado nada, la Federación me llama para hacer dos concentraciones en Sant Cugat y todo el staff me recomendó que si tenía una oportunidad para jugar en España, la aprovechara. Tiki me llamó otra vez en octubre y le dije que sí. Tenía otras ofertas en España, pero él fue el primero.

¿Cómo ves el club?

Claro, no es un club profesional. Es un club pequeño, con algunos jugadores profesionales, que utiliza sus armas y se defiende muy bien. Este año estamos primeros frente a equipos más profesionales como VRAC o El Salvador. Es una oportunidad interesante para mí y creo que puedo ayudar a Tiki y a los jóvenes valores del club. Me gusta además que España no sea una tierra de rugby, por la energía que ponen algunos equipos en mejorar. En Francia, que sí es una tierra de rugby, eso muchas veces no se ve. Cuando veo a todos los niños, todos los días de la semana, entrenando con la camiseta del club, con entrenadores que no ganan dinero pero lo hacen por ayudar, para mí es emocionante y quiero ayudarles a mejorar y a España para ir al próximo Mundial.

Entonces, ¿piensa completar el siguiente ciclo mundialista?

Voy a decir algo. Si hoy en día estoy jugando en España, en un club amateur, es para seguir jugando con la Selección. Para mí es un sueño ir a un Mundial con España.

Después de Bruselas es todo un jaleo, con las sanciones por un lado, las denuncias por alineaciones indebidas por otro... Usted que ha jugado en categorías inferiores con Francia, ¿qué opina de este asunto de la elegibilidad?

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Emilio CobosDIARIO AS

Para mí lo que pasó con Belie y Fuster son tonterías. Conozco bien el proceso y España no cometió ninguna irregularidad. De hecho Mathieu (Belie) va a llevar su caso al TAS y, si le dan la razón de que podía jugar con España, ¿qué pasa?. Yo estoy seguro de que le van a dar la razón. Es que además sus abogados le han preguntado a la Federación Francesa si podría jugar con Francia en caso de que no pueda hacerlo con España y le han dicho que no. Tiene que poder jugar con algún equipo. Y estoy seguro de que va a ser España otra vez.

La normativa de World Rugby es muy clara. Dice que, una vez establecido un equipo de categorías inferiores de un país como su equipo nacional B, tiene que mantener ese estatus por un periodo de cuatro años. Y Francia, en las épocas en las que jugaron Belie y Fuster, lo cambiaba prácticamente cada año.

Exacto.

Pero los jueces de World Rugby, en su resolución sobre el caso, aducen que España ha interpretado la norma de manera demasiado literal. Da la sensación de que se lavan las manos.

Es que World Rugby no es independiente. En World Rugby hay francesas y hay rumanos. Si esto lo juzga el TAS, le dan la razón a España. World Rugby son políticos y la Federación Francesa debería haber hecho más por demostrar que Mathieu (Belie) y Bastien (Fuster) podían jugar con España. Porque no han hecho nada. Y tenemos emails de los responsables de las fichas de la Federación que dicen que Mathieu no puede jugar con Francia y sí puede jugar con España. Además está lo que hemos dicho antes, que Francia cambió varias veces su equipo B en ese periodo. Pero la Federación Francesa no dice nada porque habrá otras cosas que no sabemos y no interesa. Por eso todo esto es muy duro de aceptar. Y dentro de un año, cuando empiece el Mundial y Rusia juegue el partido inaugural contra Japón en nuestro lugar, lo será más.

Es que, pasando al tema deportivo, hicieron una fase de clasificación inmaculada. Se ha hablado de las victorias ante Rusia, Rumanía y Alemania, pero es que casi le ganan a Georgia con suplentes.

Fue todo perfecto. En mi vida he visto muchos entrenadores, pero nunca un staff como el de la Selección. Cómo trabajaron para cumplir un sueño. Todos los aspectos del juego estaban controlados mucho antes de que el torneo empezará. Había un plan para ir al Mundial. El trabajo que han hecho, viendo horas y horas de vídeo... No fue fácil, pero nos dieron las mejores oportunidades posibles para conseguir el objetivo. Incluso trabajamos con un escenario parecido al de Bruselas cuando supimos que el árbitro era Rumano. Santi (Santos, el seleccionador), nos ponía a jugar partidillos y nos pitada todo el rato en contra para que aprendiéramos a mantener la calma en una situación así. Todas las posibilidades, todo lo que podía ocurrir en el campo, estaba bajo control. Ni en Francia, en segunda, hay ese nivel.

¿Cómo te tomas este año, mucho menos interesante que el anterior?

Es un año para los jóvenes pero tenemos que hacer las cosas bien. Demostrar que nuestro nivel de rugby es de Mundial. En noviembre jugamos contra dos equipos mundialistas, Namibia y Samoa, y hay que ganarles. Hay que mostrar al mundo que España tiene nivel para jugar un Mundial.

El más factible es ante Namibia.

Sí, pero con toda la frustración que tenemos, con jugadores que ya no van a ir al próximo Mundial como Marco Pinto, Sebastien Rouet... Es muy importante para ellos volver a jugar con España y terminar bien. Su último partido no puede ser el de Bruselas.

Volviendo al plano administrativo ¿Cree que la FER tendría que haber ido al TAS?

Para construir el futuro, creo que es mejor acabar con toda esta mierda. Pero por otro lado pienso que no es posible hacerlo. Creo que tendríamos que ir. Pero no está en mis manos. Es política y no me compete. Para eso hay personas que saben más que yo, aunque piense que soy inocente y que lo normal sería acudir al TAS.

¿Se ha desenamorado un poco del rugby con todo esto?

Sí. Pero no del rugby español, porque es diferente. Es joven y fuerte. Quiero que crezca. Y con estas cosas es difícil soñar, pero la ilusión está, se ve en los niños, que son los que van a llevar a España a los próximos Mundiales. El rugby español tiene que seguir soñando. World Rugby sólo son unos viejos personajes que quieren poder. Pero no son el futuro del rugby. El futuro del rugby es España.

¿Qué nos falta?

Un campeonato profesional, empresas que pongan dinero y televisiones. Sin eso ya casi conseguimos llegar al Mundial, así que imagínate si lo tuviéramos. Aquí se hacen muy bien las cosas sin mucho dinero, y eso es lo más importante. Con esta actitud, si llegan las inversiones, habrá diferencias en el futuro.

Vuelve con España ante Namibia

Ocho meses después del fatídico 18 de marzo, España volverá a disputar un partido oficial este sábado, en un amistoso ante Namibia a las 15:45 en el Central de Madrid. Vencida ya su sanción, Lucas Guillaume forma parte de la prelista de 29 jugadores que ha dado Santi Santos esta semana y que se quedará en 23 para el partido. La ventana de noviembre terminará para los Leones el sábado 24 ante Samoa, también en la capital.