NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

PRINCESA DE ASTURIAS

Krzysztof Wielicki o el valor del equipo en el deporte

“Los éxitos hay que compartirlos”, asegura el montañero Krzysztof Wielicki, premio Princesa de los Deportes, a su llegada a Asturias.

Actualizado a
Krzysztof Wielicki o el valor del equipo en el deporte

Krzysztof Wielicki es apodado el Guerrero de Hielo por su carácter, un importante punto de apoyo cuando uno se enfrenta a retos extremos en la montaña. Es un pionero en lo suyo desde que en 1980 se convirtiera en el primer hombre que subió el Everest en temporada invernal. A sus 68 años, sin embargo, ese carácter gélido se relaja cuando ve lo que los alumnos del colegio Paula Frassinetti de Avilés han creado en las últimas semanas: un museo sobre los ganadores de los diversos Princesa de los Deportes. El momento más emotivo llega cuando el alpinista ve la reproducción hecha por los pequeños de la montaña de Tatra, en Polonia. El propio Wielicki y Reinhold Messner recogerán este viernes el galardón de esta edición en el Teatro Campoamor de Oviedo.

El montañero polaco ha sido el primero en llegar a Asturias. Y le ha tocado inaugurar el capítulo de actos con la visita al colegio avilesino, en una charla en la que recorrió su ascenso a los catorce ochomiles que le han situado en la élite del alpinismo en la historia. En su intervención, el polaco abogó por el espíritu de equipo que acompañan sus gestas. “Los éxitos hay que compartirlos. Los alpinistas siempre necesitamos a alguien que nos acompañe”, expresó, antes de subrayar la importancia de la pasión en toda actividad que se lleve a cabo: “La pasión es un aspecto que no puedes comprar, ni heredar, sino que te llega por casualidad. Una persona puede cambiar de aficiones pero la pasión no. Es para toda la vida”.

En el repaso por su amplia trayectoria deportiva, Wielicki hizo hincapié en su primera gran gesta, aquel Everest en las peores condiciones atmosféricas. El alpinista reconoció a los alumnos que ese ascenso, 1980, se había llevado a cabo sin la ropa de invierno más apropiada. A pesar de ello, alcanzó la cima abriendo el camino a nuevos retos que le han llevado a recibir al galardón.