Peaty, león enjaulado: rebajó su récord mundial de 100 braza
El británico se queda a un paso de bajar de 57 segundos (57.00) y se cuelga el oro. El ruso Kolesnikov, de 18 años, baté el récord mundial del 50 espalda (24.00).
Adam Peaty no es humano, es un animal que no entiende de racionalidad cuando se lanza a una piscina. Persigue siempre el récord del mundo como si fuera una presa, hambriento como si hubiera estado encerrado en una jaula una eternidad, y no hay competición que se le resista. Le dio igual la poca competencia que había en los 100 braza en este Europeo de Glasgow, muy lejos sus perseguidores de las marcas del británico. Nadó como nunca antes lo había hecho y estuvo a punto de rebajar la barrera de los 57 segundos (57.00). Su anterior plusmarca, obtenida en los Juegos de Río de 2016, estaba fijada en 57.13. A sus 23 años, cumple 24 el día de los Santos Inocentes, tienen aún mucho que dar a la natación mundial.
El nadador ya había avisado en las eliminatorias bajando de 58 segundos y en las semifinales bordeando ese guarismo (58.04), pero lo mejor estaba por llegar en la final. La poblada grada de la piscina Tollcross de Glasgow aumentó la sonoridad cuando Peaty, ese gigante con alma de marine, asomó por la cámara de salida y las llamas que daban la bienvenida a los nadadores le recibieron. Lo suyo también fue fuego en el agua. Ya en el viraje, con 26.65, el nadador de Uttoxeter marcó un camino al récord que aún despobló en los siguientes 100. Un gigante rompiendo las barreras de la braza, el estilo más técnico. Le acompañaron en el podio el británico James Wilby (58.54) y el ruso Anton Chupkov (58.96).
El récord del mundo de Peaty es el primero que se bate en Glasgow y para entender su magnitud hay que poner en contexto que, el segundo nadador más rápido de la historia, el sudafricano Cameron van der Brough, tiene una marca de 58.46. Su victoria fue acompañada por la de otra estrella, también consolidada y que alumbra la velocidad, como Sarah Sjöstrom, la más rápida en los 100 mariposa, con un tiempo de 56.13. No pudo en esta ocasión acercarse al récord del mundo que ella posee de 55.48, pero le sacó dos planetas a sus rivales. La rusa Svetlana Chimrova logró la plata (57.30) y la italiana Elena Di Liddo fue bronce (57.58).
La sueca hizo lo propio una hora después en los 50 libre. Infalible. Ganó por una centésima (23.74) a la danesa Pernille Blume (23.75). El bronce fue para la también combativa Ranomi Kromowidjojo (24.21). La marca de Sjöstrom fue récord de los Campeonatos.
Pero la otra final esperada llegó en los 50 espalda masculinos. Y el joven ruso, de apenas 18 años, Kliment Kolesnikov, no defraudó. Rompió el récord mundial que estaba en manos del británico Liam Tancock desde el Mundial de Roma 2009 (24.04) y lo dejó en 24.00. Una marca fronteriza en lo humano y lo extrarreste, como Peaty, aunque esta modalidad no es olímpica. La plata fue para el rumano Robert Glinta (24.55) y el bronce para el irlandés Shane Ryan (24.64).
En la última final de la jornada, el relevo 4x200 libre mixto, Alemania se impuso en un apretado final, remontando a Gran Bretaña, que había liderado la prueba desde el comienzo. Sus 7:28.43 suponen el récord de los Campeonatos. Rusia también logró superar al equipo inglés (7:29.37), que se conformó con el bronce (7:29.72).