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BOXEO

La segunda vida de 'El Chato': "Es un milagro seguir aquí"

Hace casi dos meses tuvo que ser operado del cerebro tras su derrota ante 'El Rey Chatarrero'. Descansa con su familia en Marbella. Debe abandonar el boxeo.

La segunda vida de 'El Chato': "Es un milagro seguir aquí"

El 12 de noviembre de 2016 difícilmente será olvidado por Antonio ‘El Chato’ Benítez. Se subía al ring del BEC, en Barakaldo, en la despedida de Javier García Roche, el polémico ‘Rey Chatarrero’. Ponía en liza el Campeonato de España superwelter con sus diez victorias, tres por la vía del cloroformo. Empezó dominando y daba la sensación de que abatiría al catalán en menos dos. “Pero en el segundo asalto me rompí la mano, la buena, y cometí el error de no abandonar”, rememora ahora para AS desde su Marbella natal.

El combate se fue ensuciando. ‘El Chatarras’ metía la cabeza en el pecho de Benítez y éste no encontraba distancia. Le fue minando la moral y en el décimo, cerca del repique final, una serie de derechazos con remate de zurda de Javier reventaron al campeón, que fue cayendo de espaldas como un saco. Tras instantes de dramatismo, fue evacuado y acabó en el hospital con un hematoma craneal. Permaneció en coma varios días y tuvo que ser operado en el cerebro.

Casi dos meses después, ‘El Chato’ descansa en casa sin ser plenamente consciente de que rozó la tragedia. “Yo sólo me acuerdo de cómo me rompí la mano, de lo que sufrí para aguantar, que iba por delante y pensaba que aguantaría, pero lo que pasó tras el KO está borrado de mi mente. He visto las imágenes, no hay problema, tengo que soportarlo, es duro, pero si eliges este deporte sabes que te expones a algo así”, admite.

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En el frontón de Miribilla de Bilbao, el Club de Fans de Gago desplegó una pancarta de ánimo al púgil andaluz, durante la velada de Kerman Lejarraga por el título AMB. “Es increíble, se lo agradezco. Había estado sólo dos veces allí, aquella era la tercera... pero dejar huella así en la gente es lo que más te llena”, se emociona.

Los doctores le comunicaron que debe dejar el boxeo. “Un duro mazazo”, zanja. “La operación fue muy delicada y ante algo parecido, abrir el cráneo de nuevo sería fatídico”, resume. “Ahora estoy bien. Hago una vida normal. El médico me dijo que era un milagro estar con vida. Lo normal es que no lo hubiese podido contar, así que he vuelto a nacer”.

Mientras estaba convaleciente le visitó parte del entorno del ‘Chatarrero’, pero no lo hizo el boxeador que le mandó a la lona. “No le guardo rencor, él es como es y ya está, aunque desde luego no somos amigos”. El futuro aún está más difuso que aquella fría noche de noviembre. “Quiero estar dos meses sin estrés, planteándome qué haré. El boxeo es mi vida y ojalá pueda ser entrenador”.