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NEW ENGLAND PATRIOTS 30 - NEW YORK JETS 23

Los Patriots roban el alma a la AFC Este ante unos duros Jets

Nada parece capaz de interponerse ante el equipo de New England, que ganó a pesar de que los de Todd Bowles lo dieron todo... y aún así fue poco.

Actualizado a
Danny Amendola completó un magnífico partido contra los Jets.
CJ GUNTHEREFE

Pongamos por caso que un equipo es capaz de anular la carrera a sus rivales. Que limita las big plays de pase al mínimo absoluto. Que, en defensa, imprime una cantidad de presión al QB rival de forma digna. Además, en ataque encuentra las costuras entre la secundaria y el cuerpo de linebackers del enemigo. Y, para sumar una guinda al pastel, ese equipo recibe el regalo de una decena de drops, de pases caídos, en momentos y situaciones claves. Ese equipo habrá ganado ¿verdad? Bueno, es que no os he dicho que los rivales son los New England Patriots.

El equipo de Bill Belichick le robó el poco alma que le quedaba a la AFC Este con una victoria descorazonadora sobre los New York Jets por 30-23. Porque los pobres Jets no pueden hacer más, no se les puede exigir más, para ganar a su gran rival y, aún así, el resultado es el de siempre: los Patriots pensando en enero ya desde octubre.

La clave fueron la inmensa cantidad de jugadas en terceros downs que consiguieron las estrellas de los Pats. Empezando por un Tom Brady imperial, sencillamente imperial, pero continuando por esfuerzos más que notables de Rob Gronkowski, Julian Edelman y Danny Amendola. Todos ellos tuvieron momentos de mandar a hacer gárgaras al playbook. Ser coordinador defensivo contra ellos ha de ser de sollozo continuo. Porque los tienes contra las cuerdas y no sólo reciben balones imposibles sino que avanzan hasta donde las cadenas marcan el primer down como por arte de magia, esquivando placajes y tropezones.

Asusta pensar en lo que será capaz de mover este equipo con un juego de carrera digno de tal nombre, imposible contra la gran defensa de los Jets y con Dion Lewis ausente, y con un Brandon LaFell que no se dedique a regalar balones al suelo. En justicia, el bueno de LaFell volvía tras mucho tiempo sin jugar y eso siempre se nota.

Los Jets consiguieron ponerse por delante en el último cuarto. Lo que puede considerarse toda una heroicidad. Sobre todo si tenemos en cuenta que Chris Ivory jugó limitado, algo muy evidente en su velocidad pero no tanto en su potencia y capacidad de sufrimiento: en la segunda parte arrancó yardas acompañado de la mitad de la defensa de los Patriots pegándole por todos los costados.

Para hablar de la defensa de New England es bueno señalar que sufrió lo suyo. Ryan Fitzpatrick conectó, sobre todo en la primera parte, en abundancia con Brandon Marshall y Eric Decker. En la segunda parte los ajustes de Matt Patricia, coordinador defensivo de los Patriots, consiguieron limitar esas yardas a cambio de conceder más por tierra, algo que no les preocupó viendo como iba el partido. Los ajustes en el lado ofensivo, por cierto, también evitaron que el pass rush de los Jets siguiese llegando hasta Brady. Y, siendo así, game over amigos.

El caso es que, y aún con un onside kick final que no permitió el hail mary debido a una falta de colocación de Brandon Marshall, los Pats vivieron con cierta normalidad y tranquilidad el desenlace de un partido durísimo que solventaron como un día más en la oficina. Unos ajustes por aquí, unos terceros downs por allá, un par de pases magistrales de Brady y, venga, 6-0 en la clasificación con la AFC Este a sus pies. Lo de todos los años.