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ECOS DEL DEFLATEGATE

Los Pats actúan como máquinas, pero son humanos

En Foxboro tratarán el duelo ante Indianápolis como uno más en su calendario, pero el sentimiento de venganza está, inevitablemente, en su mente.

Actualizado a
El año pasado, Colts y Patriots se vieron las caras en playoffs en un partido que ha pasado a la historia por el caso deflategate.
Stew MilneUSA TODAY Sports

El discurso en Foxboro previo a cualquier partido, trátese de pretemporada, temporada regular, Playoffs y hasta el Súper Tazón es directo simple: "business as usual".

Rostros serios, halagos políticamente correctos al equipo rival y reflexiones a cuentagotas sobre la preparación y estado mental del equipo son la norma en el campamento de los Patriotas de Nueva Inglaterra.

A todo hay que añadirle un ingrediente extra presente en la mente de cada miembro de esta organización, particularmente en la de Tom Brady y el coach Bill Belichick: un profundo sentimiento de venganza.

Unos dirán "revancha", pero ese término se queda lejos del sentimiento real que los Potros de Indianápolis despertaron en Nueva Inglaterra al acusar a Brady, y por ende embarrar a los Patriotas, al denunciar la falta de presión en varios balones usados en la Final de la AFC de enero pasado.

Los Potros nunca imaginaron que tras ser superados en ese juego con relativa facilidad y exponer la falta de aire en los balones como excusa --porque al final lo es-- harían enojar a un monstruo.

La contundencia y actitud aún más precavida que han adoptado los Patriotas en 2015 es muy similar a la que mostraron en 2007, luego de ser acusados y encontrados culpables de videograbar a sus rivales.

La temporada regular perfecta ese año no fue obra de la casualidad. Talento para lograrlo había. Haber sido expuestos sólo exacerbó la conducta de un equipo que violó las reglas sin necesidad de hacerlo.

Lo mismo sucedió en enero pasado. La superioridad de los Patriotas fue evidente de principio a fin y por la forma en que han arrancado la actual temporada, resulta aún más inconcebible comprender por qué recurrieron a semejante ridiculez.

Sin duda, el duelo ante Indianápolis de este domingo por la noche es el juego anual del morbo, aunque la irregularidad de los Potros y de su quarterback titular, Andrew Luck, le quita algo de brillo.

Esto quizá no le siente muy bien a Belichick y compañía. Unos Potros con rostro de contendientes en 2015 serían el oponente ideal para demostrar que pueden vencerlo, de nueva cuenta, incluso con balones ajenos.

Pero estos son los Patriotas y no importa cómo esté el rival en turno. Enfrentarán el duelo con la seriedad con la que enfrentan cada compromiso.

El problema es que, como Brady lo dijo al ser cuestionado sobre si había alguna motivación extra por enfrentar a los Potros, los Patriotas son, al final, seres humanos y encontrarán la manera de humillar a su rival en turno y hacerles ver que se metieron con el equipo equivocado.