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Las lesiones de los QB pueden marcar toda una temporada

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Está claro que los aficionados del Barça están enormemente preocupados por la rodilla de Messi, pero aún lo están más los de los Cowboys por la clavícula de Tony Romo o los de los Steelers por la rodilla de “Big Ben”. Y es que en ningún deporte las lesiones afectan tanto a un equipo como en el fútbol americano. Son solo dieciséis jornadas de temporada regular -comparadas con 38 enla LFP(fútbol), 82 enla NBA(baloncesto) o 162 en la MLB(béisbol)-, con lo que cada partido tiene una importancia capital. Si perder a un jugador una o dos semanas puede dar al traste con las aspiraciones de un equipo, imaginaros lo que puede ocurrir si ese jugador es el quarterback y si el pronóstico indica que no se podrá contar con él por más de la mitad de la campaña. De hecho, siempre, al hacer las previsiones de una temporada se suele decir “estos o aquellos son claros favoritos, si las lesiones los respetan”.

La historia del fútbol americano profesional está plagada de capítulos en los que las lesiones jugaron un papel determinante, o para hundir a un equipo o para encumbrar a un suplente que se convirtió en héroe por un día (o por un año), protagonista del American Dream. Kurt Warner no hubiera cambiado los estantes de un supermercado por el trofeo Vince Lombardi de no ser por la lesión de Trent Green. Tom Brady no sería ahora uno de los únicos cuatro jugadores de la historia dela NFLque han pasado para 400 o más touchdowns de no haber caído lesionado Drew Bledsoe…

Brandon Weeden, QB Dallas Cowboys.
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Brandon Weeden, QB Dallas Cowboys.Matthew EmmonsUSA Today Sports

Solo llevamos tres jornadas de competición, pero las lesiones ya se han hecho presentes y de qué manera. ¿Brandon Weeden puede sustituir a Romo con garantías? Creo que sí. Jamás jugará como el titular, pero sí que puede mantener a Dallas a la cabeza de la división. El problema grave de Weeden y de los suplentes en general no es solo el no estar capacitados técnicamente, sino que carecen de la confianza de sus propios entrenadores. Así, vimos a Weeden lanzar pases excesivamente cortos contra los Falcons, situación que aprovechó la defensa de Atlanta en la segunda mitad para adelantarse y merendarse completamente al ataque de los Cowboys.

¿Puede Michael Vick sustituir a “Big Ben”? Yo creo que también. El jueves por la noche lo veremos. Es importante que los Steelers no quieran hacer de Vick otro Roethlisberger, sino que aprovechen sus cualidades y, sobre todo, que no tengan miedo a explotar el juego largo. Total, delante tendrán a unos Ravens también enormemente afectados por la baja de su icono defensivo, el linebacker Terrell Suggs.

Cinco cosas que pienso:

1. Pienso que, cuando repasen la historia de la NFLdentro de 50 años aquellos que comiencen a adentrarse en nuestro deporte, serán incapaces de comprender cómo un equipo (Kansas City) estuvo 18 partidos sin poder conectar un pase de touchdown con uno de sus wide receivers. Menos mal para los aficionados de los Chiefs que Jeremy Maclin rompió el maleficio anoche en Green Bay.

2. Pienso que Jack Del Rio ha conseguido que los Raiders no parezcan los Raiders, o al menos que no parezcan los Raiders de los últimos años. Oakland está segundo en su división, a solo un partido de Denver, después del clinic atacante dirigido en Cleveland por el joven quarterback Derek Carr.

3. Pienso que todo quarterback aprecia enormemente tener un receptor de gran estatura al que pueda encontrar en la red zone… Pienso que el tándem de rookies formado por Marcus Mariota y Dorial Green-Beckham dará a los Titans muchos más touchdowns esta temporada.

4. Pienso que Andrew Luck y los Colts ganaron el partido más importante de la temporada, remontando a los Titans el domingo en Tennessee. De haber estado 0-3, Indianapolis pasó a ser líder de una división en que ningún equipo ha sido capaz de obtener dos victorias.

Pienso que los Dolphins despertarán el domingo en Londres en el primer partido de la temporada de los tres que albergará Wembley este año. El letargo defensivo de Miami tiene que tocar fin antes de que sea demasiado tarde para un equipo del que se esperaba mucho más.