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Un jugador polémico

Johnny Manziel concluye su proceso de rehabilitación

El QB de los Cleveland Browns se ha pasado más de dos meses luchando contra la adicción al alcohol y está listo para volver con su equipo.

Johnny Manziel con su famoso gesto del dinero.
Tom SzczerbowskiGetty Images

Johnny Manziel ha concluido el proceso de rehabilitación de su adicción al alcohol y estará disponible para su equipo, los Cleveland Browns, la semana que viene cuando comiencen los entrenamientos voluntarios de la temporada 2015.

Manziel ingresó en una clínica de desintoxicación a finales de enero. Tras meses de dar que hablar por sus juergas aceptó el consejo de sus personas más cercanas y decidió asumir que tenía un problema con la bebida. Aunque nunca quedó claro si lo hizo por convencimiento o por tratar de salvar su carrera.

Justo antes del último partido de la temporada regular, en diciembre de año pasado, estuvo implicado en una fiesta con sus compañeros Justin Gilbert y Josh Gordon. Los tres llegaron tarde los entrenamientos, lo que supuso la gota que colmó el vaso para los dirigentes de la franquicia. Desde entonces el coordinador ofensivo, Kyle Shanahan, pidió dejar todo ese lío atrás y fichó por los Atlanta Falcons; Josh Gordon ha sido sancionado durante todo el año por ser reincidente en el abuso de drogas y alcohol; Jordan Cameron, ansioso por dejar ese ambiente, ha fichado por los Miami Dolphins. Y Joe Thomas, sin duda el hombre más importante de este equipo, dejó claro que Manziel tendría que ganarse de nuevo a sus compañeros tras un primer año en la liga en el que fue de todo menos un profesional.

Manziel, conocido como "Johnny Football" entre los seguidores de su universidad, Texas A&M, lo que evidencia el talento que tiene, se ha comportado siempre como un niño malcriado. Ya en su periplo colegial vivió entre polémicas, con beneficios ilegales obtenidos de firmar autógrafos, suspensiones de su propio equipo, desprecios a los rivales y el mostrar un nivel de vida muy alejado del de cualquier estudiante. 

Ya en la NFL, convertido en la cara de los Browns, algo inherente a ser un QB y que una franquicia te elija en primera ronda del draft, se ha dejado ver en todo tipo de fiestas, en borracheras en Las Vegas, en conciertos y en jaleos de discoteca a altas horas de la madrugada. Su actitud no gustó ni a la dirección del equipo ni a sus compañeros, y menos al ser evidente que fue una elección mediática, propia de un dueño de equipo como Jimmy Haslam, ávido de titulares, más que una decisión deportiva.

Manziel volverá la semana que viene a la NFL. Está ante su segunda, y probablemente última, oportunidad de recuperar la confianza de sus compañeros, de sus entrenadores, y comenzar de una vez con su carrera profesional como, eso, un profesional.