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OPERACIÓN PUERTO

Marta, sin respuestas en el anonimato del Senado

Con la pelea política centrada en la corrupción, el dopaje parece un tema menor para sus señorías. "Como senadora, no tenemos que decir nada de ella -explica Emilio Álvarez-.

EN SU ESCAÑO. Marta aplaude la intervención de la ministra de Sanidad y Servicios Sociales Ana Mato, con el exatleta Abel Antón detrás.
Jesús Rubio

El relato de Tyler Hamilton sobre transfusiones o las historias de planes de dopaje de deportistas que van saliendo de los folios de la Operación Puerto, no traspasan los muros del Senado. Allí donde Marta Domínguez ocupa un escaño por Palencia desde hace 14 meses.

Entre alusiones a Bárcenas, broncas por los cumpleaños de los hijos de Ana Mato y preguntas a los ocho ministros del Gobierno que pasaron ayer por el Pleno, la campeona del mundo de 3.000 obstáculos en 2009 es sólo una discreta senadora de provincias. A nadie parece importarle que entre los papeles de Asterix se encuentren supuestos planes de dopaje para ella, entre 1997 y al menos 2005. "Nada tiene que ver con su actividad parlamentaria", es la frase que repiten sus colegas.

¿Y ella? Abordada en los pasillos por el periodista para pedirle su versión, simplemente niega con la cabeza. Veloz camino de los despachos del PP. Ni mu. Como cuando acabó 12ª en los Juegos de Londres y evitó a la prensa.

Con la pelea política centrada en la corrupción, el dopaje parece un tema menor para sus señorías. "Como senadora, no tenemos que decir nada de ella -explica Emilio Álvarez Villazán, portavoz de Deportes del PSOE en la cámara-. Como deportista, parece que se le vincula con lo que investigan los tribunales, que vuelve a estar en el ojo del huracán. Pero hay que ser respetuosos con la justicia. Eso sí, CSD y Agencia Antidopaje deben tomar las decisiones que sean más contundentes para aclarar esta trama que tanto está dañando a nuestro deporte".

Ayer, Marta entró al Pleno a las 16:00 y salió dos horas y media después. Sentada en el escaño 171, con José Antonio Rubio y Ángeles Armisén, compañeros de Palencia, flanqueándola, fue aplaudiendo las intervenciones de todos los ministros. Sin que casi nadie cruzara palabra con ella. Tenaz mientras sus dos paisanos entraban y salían. Sobre su mesa, sólo el orden del día. Ni el portátil ni el Ipad que le corresponde y en el que muchos de sus compañeros seguían las noticias sobre los pagos de la red Gürtel a Jesús Sepúlveda, el marido de Ana Mato a la que, a ella sí, todos acudían a arropar.

Marta, ya fuera de las pistas, cobra 5.681 euros brutos al mes como senadora, más lo que obtiene por pruebas urbanas y de cross (unos 5.000 de fijo). Tranquila en el anonimato de la cámara. Ajenos todos a la Operación Puerto. Al dopaje. Por el momento.