Estadio Letzigrund de Zúrich. 21 de junio de 1960. El alemán federal Armin Hary corre los 100 metros en diez segundos justos con cronometraje manual, equivalentes a 10.24 con los sistemas automáticos de medición actuales. Un acontecimiento en la historia del atletismo. Sesudos expertos dijeron entonces que esa era la barrera natural del ser humano. Correr diez metros por cada segundo era el límite de la velocidad.
Estadio Letzigrund de Zúrich. Ayer. Cuarenta y seis años después. El jamaicano Asafa Powell corrió los 100 en 9.77. ¡Ay, si Armin Hary levantase la cabeza! Récord igualado, por tres veces, y protagonizadas las tres por el hijo del pastor protestante. ¿Y qué se puede decir de alguien que es capaz de hacer algo así no sólo una vez, ni dos, sino en tres ocasiones, dos de ellas en este mismo año? Se puede decir que es el velocista perfecto. Es una obviedad. Se puede decir que ayer hizo una carrera perfecta. Otra obviedad. Se puede decir, también, que tiene una puesta en acción espléndida y que mantiene un gran final. Es decir, que decelera menos rápidamente que otros, porque aunque parezca lo contrario, a partir de los 70 metros se corre levemente más lento. Y que camina hacia el millón de dólares, igual que Wariner, Richards y Dibaba, que también ganaron.
Ayer, Powell ganó en la mejor carrera del año, con otros tres atletas por bajo de 10.00: los estadounidenses Gay (9.84), Scott (9.97) y Brunson (9.99). Obikwelu salió muy mal y luego se abandonó hasta acabar último. ¿Y para cuando Powell en algo menos de esos 9.77? ¿Quizá el viernes, en Bruselas? Quizá.
Ruth Beitia fue cuarta en altura y Marta cedió ante las africanas
El mejor resultado entre los españoles que ayer actuaron en Zúrich lo consiguió Ruth Beitia en altura, con la cuarta plaza. Saltó 1,97 a la tercera y falló sobre los dos metros con que hubiese igualado su récord español. La victoria fue para la búlgara Veneva (2,04, marca personal), que se permitió intentar el récord mundial (está en 2,09 y puso el listón en 2,11), del que está muy lejos: casi tiró el saltómetro. En cuanto a Marta Domínguez, acabó en la novena posición, lejos de las africanas y del récord de Julia Vaquero, pero fue de nuevo la mejor europea. Jesús España, otro campeón continental en Gotemburgo, fue undécimo, y también el mejor europeo, pero no hizo buena marca. Tras Ruth Beitia, el mejor clasificado fue Mario Pestano, sexto en el disco.
