"El doblete fue histórico y único"

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"El doblete fue histórico y único"

"El doblete fue histórico y único"

chema díaz

El Centenario se acerca a su fecha más señalada, el 26 de abril, y AS quiso rendir homenaje a aquel equipo que logró el doblete (Liga y Copa) en una temporada histórica. Kiko, Pantic, Toni Muñoz y Santi protagonizaron un encuentro en el Asador Donostiarra que sirvió para refrescar una de las páginas más brillantes de la historia del Atlético.

El doblete es histórico, algo muy difícil de conseguir y con el paso del tiempo te acabas dando cuenta de que fue único". Santi Denia hizo esta reflexión al rememorar el logro del Atlético en una temporada que resultó histórica. La campaña 95-96 está escrita con letras de oro en los cien años de vida que ahora celebra el club madrileño. AS quiso homenajear a aquel Atlético que acabó paseando en calesa por las calles de Madrid con una afición volcada con los suyos.

El Foro rojiblanco, en el Asador Donostiarra, reunió ayer a cuatro representantes de aquel legendario equipo que ganó la Liga y después la Copa del Rey poniendo al Atlético en lo más alto. Toni Muñoz, ahora director deportivo del Atlético, Milinko Pantic y Kiko Narváez, nuevos fichajes para el equipo de veteranos, y el mencionado Santi Denia, miembro de la actual plantilla, rememoraron aquellos momentos que engrandecieron aún más la historia de un club centenario.

"Fue un año redondo y ese equipo logró disfrutar jugando al fútbol. El nivel futbolístico fue altísimo y casi toda la temporada jugó el mismo once a un gran nivel", relata Toni Muñoz. El ex jugador, ahora metido en el difícil reto de asumir la dirección deportiva del club, disfruta de estos encuentros que prodiga siempre que puede. Ahora la agenda es mucho más apretada. Pero echa la vista atrás y recuerda que el doblete fue la prolongación de una pretemporada que anunciaba algo bueno: "Ganamos todos los partidos de pretemporada y esa inercia nos llevó a completar una gran temporada".

"El ambiente de aquel grupo denotaba que se podía lograr algo grande, aunque tampoco pensábamos que íbamos a hacer lo que luego hicimos", explica Santi, que junto a Solozábal formaba la pareja de centrales que defendían la portería de Molina. Uno de los detalles que no olvida fue lo rentable de aquel equipo. "Aquel equipo se hizo y no costó mucho dinero", asegura el veterano jugador y así lo suscribe Pantic, que llegó desde Grecia a precio módico (70 millones de pesetas) y luego fue santo y seña del doblete. Pero Santi no olvida, además, que parte del mérito se lo deben a Antic. "Tuvo su parte de culpa, logró que jugáramos bien al fútbol, al ataque y creara muchas ocasiones de gol", apunta el defensa.

A Pantic sólo le brotan palabras de agradecimiento hacia el Atlético y, sobre todo, a esa afición que le reconoció siempre su entrega. Milinko dejó poso, huella, y ese ramo de flores en el córner del campo cada partido se lo recuerda: "No se me olvida, no. Lo pone allí Margarita cada partido y para mí eso es un privilegio".

Kiko mete baza y bromea con su ahora compañero en los veteranos del Atlético. "No sé cómo ganamos el doblete si éste no sabía ni darle al balón". Pantic se ríe, porque a día de hoy no se le ha olvidado cómo y dónde ponerle el balón a Kiko. Los veteranos ahora son intocables.

Pero Pantic, con sus goles (17 sumó entre Liga y Copa) y su juego, se convirtió en uno de los pesos pesados de aquel Atlético. El héroe de la Copa del Rey recuerda el choque de Zaragoza ante el Barcelona: "Fue el momento más feliz. Hay que vivir un partido así, para saber qué se siente; y si encima marcas el gol del triunfo, no te digo más". El yugoslavo a día de hoy reconoce que "fue un privilegio jugar junto a Penev, Kiko, Caminero, Simeone...", porque en aquel equipo el lema de los tres mosqueteros servía: "Éramos todos para uno y uno para todos".

Kiko Narváez impregna su gracia peculiar para recordar aquellos días de los que él fue también protagonista. "En la pretemporada lo bordamos, hicimos luego una primera vuelta de cine. Todo era maravilloso y disfrute, con comidas y cenas. Nos divertíamos jugando. Era un gustazo", explica el jerezano, que no olvida en sus palabras el gozo de una afición que había sufrido viendo al equipo a punto de descender.

Según Kiko no hubo una figura que brillara por encima de las demás en aquel equipo que logró el doblete. "Molina fue fundamental, pero Solozábal era el que achicaba y Santi aprendió mucho a su lado. Luego estaba el Cholo, que no veas lo que contagiaba. No te dejaba ni dormir la siesta. Estaba todo el día animando y diciéndote ¡venga, vamos! Era increíble". El entonces delantero rescata el esquema de aquel Atlético que no tiene nada que ver cómo se juega ahora. "Disfrutábamos en todos los partidos. La mentalidad de achique, la presión arriba con Vizcaíno, Caminero, Pantic, Penev y yo. No es como ahora", explica.

Kiko recuerda que le costó hacerse hueco en aquel equipo, porque llegó con sobrepeso de las vacaciones. "No fui a los primeros torneos. Pero en Liga estuve mejor, aunque he de reconocer que me aproveché del trabajo de Penev. Él hacía todo el sacrificio. Y lo mismo me ocurrió con Pantic, sus buenos pases me hicieron mejor. Fueron dos tíos importantísimos en lo personal y en lo general".

Kiko no olvida tampoco los fastos como consecuencia del doblete: "Cuando me enteré que íbamos a ir en carreta, me daba vergüenza y pensé que sería un rollo, porque no habría gente en la calle. Pero luego, ya metido en el lío, me di cuenta de que no. Me lo pasé fenomenal y la afición nos arropó de forma increíble". El jerezano se incorporó a la concentración con la Selección en Puente Viesgo y Clemente le dijo que cómo llegaba en esas condiciones: "Yo no podía ni hablar".

Aquel doblete todavía está fresco en la memoria colectiva de los rojiblancos. Ellos, Kiko, Pantic, Santi y Toni, y el resto lo recordarán dentro de dos semanas. En su Centenario.