España doma la ola asesina: Erostarbe, a cuartos en Tahití

La espera se hizo larga. “La competición se suspenderá por el día al final de la ronda 3 masculina, serie 8, debido al deterioro de las condiciones”, anunciaba el martes la Asociación Internacional de Surf. El miércoles, tampoco fue posible. Este jueves, por fin, la meteorología dio tregua y Nadia Erostrarbe, que había estado conteniéndose, impaciente, pudo sacar lo que llevaba dentro: como mínimo, será el primer diploma olímpico en surf de la historia de España. Para ello, como ha hecho toda su vida, de familia surfera, domó la ola asesina de Teahupo’o, otra vez, y superó en su duelo de octavos a la japonesa Matsuda Shino. La próxima madruga (desde las 3:24), la vasca se medirá con la número siete del mundo, la brasileña Tatiana de Weston-Webb, por un puesto en las semifinales de los Juegos.

Un hito. Una barrera rota que, una vez en territorio desconocido, no se sabe hasta dónde puede llevar. Desde que empezó la competición, en la que ya no queda en pie ninguno de los otros representantes nacionales (Janire González y Andy Criere), Erostarbe se ha mostrado en estado de gracia. Este jueves, su puntuación total fue de 8.34, muy por encima de la japonesa (5.84), aunque lejos de lo que tiene por delante. En su tercera ronda, Weston-Webb alcanzó unos imponentes 12.34 puntos. “Hay favoritas como Vahine Fierro (nacida en la Polinesia francesa), que hace dos meses ganó un evento aquí, o Carissa Moore (la estadounidense, vigente campeona olímpica), pero nosotras estamos dentro también”, decía la española antes de entrar en acción. Y lo está demostrando.

Para seguir poniendo en contexto su nivel, y partiendo de sus propias palabras, Fierro, una de esas candidatas que nombraba la española, ya ha sido eliminada. Erostarbe, por su parte, sigue en pie en busca de una medalla que, de forma impensable, se va acercando a más de 15.000 kilómetros de París, donde los surfistas viven en una Villa Olímpica que es un barco y desafían a las leyes de la física. Lo hacen surfeando cinco olas que son puntuadas por un total de cinco jueces. Cada uno asigna un valor del 0 al 5 a cada rutina, de lo que sale una media. La puntuación final es el resultado de la suma de las dos mejores medias de las cinco. Las olas buenas de la española, esta vez, fueron la tercera (4.77) y la quinta (3.57). Son las que, de momento, conducen hasta unos cuartos de final inéditos.