Los Juegos comienzan el martes 24 y terminarán el domingo 5 de septiembre. Días en los que 4.400 deportistas de 162 países lucharán por los 539 oros en juego. Entre ellos España, que viaja con 142 deportistas: 127 con discapacidad y 15 de apoyo. Una cifra superior a la de Río.
Adaptarse es la mejor manera de vivir. Adaptarse es el motor de los deportistas paralímpicos y los Juegos de Tokio han bebido de ese espíritu para salir adelante. La pandemia de coronavirus pospuso un año esta cita y ahora condicionará, como ya sucediese en los Olímpicos, su forma de vivirla. Los Juegos Paralímpicos, que se celebrarán entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre, tampoco contarán con público en sus sedes. Es más, los organizadores insistieron a la población en que no se acercase a emplazamientos próximos para ver la competición, una práctica sucedida hace semanas en los Olímpicos. De hecho, el aumento de contagios ha llevado al Gobierno de Japón a extender el estado de emergencia hasta el próximo 12 de septiembre.
Al margen de ese importante condicionante sanitario, los Juegos Paralímpicos volverán a poner el foco en las historias de superación de estos 4.400 deportistas con discapacidad física, intelectual, visual o parálisis cerebral, procedentes de 162 países, que competirán por los 539 oros —272 eventos masculinos, 227 femeninos y 40 mixtos— en juego de las 22 disciplinas contempladas. Entre ellas estarán por primera vez el bádminton y el taekwondo. El deporte salpicará las 21 sedes, repartidas en dos zonas de la ciudad: Heritage —la más tradicional, puesto que contiene algunas de las instalaciones usadas en Tokio 1964— y la Bahía —la más cosmopolita y vanguardista—. Algunas disciplinas superarán esos límites: el tiro se ubicará en el Campo de Tiro de Asaka, el ciclismo en carretera rodará en el Circuito Internacional de Fuji y el de pista, en el Velódromo de Izu.
Si por algo se caracteriza Japón es por su apuesta por la tecnología. De ahí que la mascota de los Juegos Paralímpicos, Someity —diseñada por el artista y arquitecto Asao Tokolo—, tenga su propia cuenta de Instagram con más de 12.000 seguidores. Su color rosado lo toma de la flor del cerezo —denominada Someiyoshino— y colecciona superpoderes. Más allá de su capacidad telepática para comunicarse con los elementos naturales, puede mover objetos y volar, demostrando una enorme fortaleza tanto mental como física. Un rasgo que comparte con los deportistas paralímpicos a quienes representan, capaces de superar los obstáculos y borrar de un plumazo palabras como imposible. Por eso su nombre también se inspira en la expresión inglesa So Mighty, que significa muy poderoso.
No es la primera vez que Tokio acoge unos Juegos Paralímpicos. Ya fue su hogar durante cinco días, del 8 al 12 de noviembre, en 1964. Por aquel entonces sólo participaron 378 deportistas —todos ellos con lesiones medulares— de 21 países en nueve disciplinas: atletismo, baloncesto en silla, dardos, esgrima, halterofilia, natación, billar, tenis de mesa y tiro con arco. Estados Unidos encabezó el medallero de un evento llamado oficialmente 'XIII Juegos Internacionales de Stoke Mandeville', aunque en realidad se trataba de la segunda edición de los Juegos Paralímpicos tras su estreno en Roma 1960. España no estuvo presente y Argentina se convirtió en la única representante hispanohablante.
Han cambiado los tiempos, pero no el espíritu con el que su padre Sir Ludwig Guttmann los creó. El trabajo, el esfuerzo, la superación, la resiliencia... son características de ayer y hoy. A pesar de que el deporte de las personas con discapacidad ha existido siempre, no se impulsó hasta después de la Segunda Guerra Mundial. El neurólogo británico puso en marcha la 'Unidad Espinal' en el hospital de Stoke Mandeville y decidió introducir el deporte como herramienta para la recuperación de sus pacientes a todos los niveles. Eso le animó a organizar una competición con otros centros de ámbito nacional el 29 de julio de 1948 y ya en 1952 se incorporaron algunos veteranos de guerra neerlandeses. Hasta que en 1960 y, seis días después de los Olímpicos, se celebró la primera edición de los Juegos Paralímpicos tal y como los entendemos en la actualidad. Seúl 1988 y Albertville 1992 resultaron un punto de inflexión, puesto que tras muchas idas y venidas se establecía que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (de verano e invierno) se celebrasen en las mismas ciudades e instalaciones. No sólo en los mismos años. Acuerdo que se rubricó en 2001.
Daniel Dias
Este nadador brasileño, de 33 años, tiene un palmarés encomiable. Ha conseguido 24 medallas (14 oros, 7 platas y 3 bronces) entre Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, por lo que su presencia en el podio de Tokio parece asegurada. Además, esta cita cobra especial relevancia después de anunciar que estos serán sus últimos Juegos. Daniel nació con una malformación congénita en los brazos y en la pierna derecha y comenzó a nadar con 16 años en Sao Paulo. Su ídolo es Michael Phelps y le va a la zaga, de hecho, le apodan 'el Phelps paralímpico'. Ha ganado tres veces el premio Laureus al deportista del año con discapacidad (2009, 2013 y 2016) y ha sido escogido como el mejor deportista paralímpico del año en seis ocasiones (2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2013). También es ingeniero en mecatrónica y ha estudiado Educación Física en la Universidad de San Francisco.
Jessica Long
La nadadora estadounidense, de 29 años, pensó en retirarse en Río 2016, pero finalmente estará en Tokio. Desde su primera experiencia en Atenas 2004 se ha colgado 23 preseas: 13 de oro, 6 de plata y 4 de bronce. Su historia llegó a todos los rincones del mundo gracias a un anuncio de Toyota —marca patrocinadora de estos Juegos— emitido en la última edición de la Superbowl. Nació en la ciudad rusa de Irkutsk con el nombre de Tatiana y una hemimelia peronea. Una deficiencia congénita en los huesos que hizo que sus padres, una pareja de adolescentes, se asustara y decidiera darla en adopción. Así, con trece meses, comenzó una nueva vida en Baltimore, donde finalmente tuvieron que amputarle ambas piernas. Jessica probó todo tipo de deportes (gimnasia, patinaje sobre hielo, escalada...) hasta forjarse como una gran campeona en la piscina. En 2013 conoció a sus padres biológicos (Oleg y Natalia Valtyshev), momento recogido en el documental 'Largo camino a casa'. También llegó a entrenar con Michael Phelps.
Markus Rehm
El atleta alemán, de 32 años, ha sido noticia las últimas semanas. El saltador de longitud, cuyo récord del mundo se sitúa en 8.62 metros, no pudo competir en los Juegos Olímpicos de Tokio ni convertirse, por tanto, en el segundo atleta con prótesis de fibra de carbón en hacerlo, siguiendo la estela de Oscar Pistorius en Londres 2012. El germano, que perdió la pierna derecha después de un accidente practicando Wakeboard, ya lo intentó en 2016, pero no superó las trabas sobre la supuesta ventaja que le otorgaba la prótesis respecto a sus rivales. Sí cumplió los criterios de clasificación para Tokio, aunque esta vez fue el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) quien dictaminó en su contra. Le apodan 'The Blade Jumper' y tiene en su haber tres oros y un bronce en los Juegos de Londres y Río. La proximidad de la cita de París le ha hecho desechar la idea de la retirada.
Zahra Nemati
La arquera iraní, de 36 años, empezó compitiendo en taekwondo —era cinturón negro— hasta que un accidente de coche le produjo graves daños medulares. Cogió el arco en 2016 y a los seis meses ya despuntaba en campeonatos nacionales con deportistas sin discapacidad. Ganó dos oros en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y en Rio 2016 hizo 'doblete', participando en Olímpicos y Paralímpicos. Algo que no sucedía desde 1996, con la italiana Paola Fantato. Más allá de su trascendencia deportiva, Zahra se ha convertido en un icono de la lucha por los derechos de la mujer y de las personas con discapacidad a nivel global. De hecho, en 2017, la eligieron para intervenir en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU y se convirtió en la primera Embajadora para el Entendimiento Global de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de esta misma organización.
Lucy Ejike
La haltera nigeriana, de 43 años, es incombustible. Lleva desde Sidney 2000 representando a su país de forma ininterrumpida en los Juegos Paralímpicos y atesora un buen botín: tres oros y dos platas. La polio la dejó en una silla de ruedas siendo sólo una niña y comenzó con la halterofilia apenas unos meses antes de sus primeros Juegos. Es su gran pasión y eso la ha erigido en un icono de su país. No se entendería su trayectoria sin la competitividad con la egipcia Fatma Omar. La una hace crecer a la otra. Omar consiguió el oro en 2000 y 2012, relegando a la plata a Ejike. Hasta que en 2016 se cambiaron las tornas y Ejike se llevó el preciado metal, en detrimento de su rival.
Teresa Perales
Una luxación aguda en el hombro izquierdo le ha complicado a nuestra nadadora, de 45 años, dar caza al récord de medallas de Phelps, pese a estar sólo a dos. La flamante Premio Princesa de Asturias de los Deportes no se rinde —no lo hizo cuando una neuropatía le robó la movilidad de sus piernas ni tampoco cuando perdió a su padre por leucemia— y acude a Tokio con un palmarés encomiable: 26 metales en los Juegos Paralímpicos (siete oros, nueve platas y diez bronces). Además de icono, Teresa es polifacética. Ha sido diputada del Partido Aragonés Regionalista (PAR), inspirado cómics (‘Teresa Perales Cómics’), escrito dos libros ('Mi vida sobre ruedas' y 'La fuerza de un sueño'), protagonizado un documental ('La teoría del Espiralismo'), actuado en un cortometraje ('Servicio técnico'), vivido aventuras extremas como correr un rally o nadar con tiburones... y después de sus incursiones en la docencia, también es coach.
Xavi Torres
El nadador ha vuelto. Después de haber ganado 16 metales (cinco oros, cinco platas y seis bronces) y de haberse retirado hace nueve años, afronta sus séptimos Juegos a los 47. Se ha convertido —junto a José Manuel Ruiz— en el deportista en activo español que más citas de estas dimensiones acumula a sus espaldas. Y aunque no compitió en Río 2016, sí estuvo en el staff técnico de natación. Porque nunca se llegó a desvincular de la piscina, ni pasó más de un par de días sin sumergirse en ella. Es el último superviviente de Barcelona 92, aunque su primera medalla con dicha inscripción sea de arcilla, de un campamento de verano. Su historia protagoniza el libro 'Sin miedo a caerme', escrito por Gabriel Forteza, periodista de As. Derrocha optimismo y humor para hablar sobre la discapacidad y su tetrafocomelia —por la que no tiene ni brazos ni piernas—, de ahí que sus redes sociales sean un 'must'.
Susana Rodríguez
La gallega, de 33 años, ha reescrito la historia y competirá en dos modalidades distintas en Tokio: triatlón y los 1.500 metros en atletismo. Para cada una de ellas tiene un guía específico ya que posee una discapacidad visual derivada de su albinismo. Sara Loehr será sus ojos en triatlón y ambas tienen el cartel de favoritas al podio a tenor de sus resultados en los últimos años, donde se han asentado en el primer puesto del ranking mundial. Se sacaría la espinita de Río, donde quedó quinta. Por su parte, Celso Comesaña le acompañará en los 1.500 de la clase T11 para atletas ciegas totales. Susana se ha convertido también en un símbolo del valioso trabajo de los sanitarios durante la pandemia. Ella es médico y estuvo en primera línea en la lucha contra la COVID. Algo que la condujo hasta portada de la prestigiosa revista 'Time'.
Alfonso Cabello
El ciclista, de 27 años, afronta sus terceros Juegos y sus resultados anteriores resultan muy prometedores. En Londres 2012 se convirtió en el deportista revelación consiguiendo el primer oro, con récord del mundo incluido, en la prueba del kilómetro de la clase C5. Ya en la cita de Río 2016 se colgó un bronce en su especialidad, en la que también acumula seis maillots arcoíris, además de otro tercer puesto en velocidad por equipos. Cabello, que nació sin el antebrazo izquierdo, habitualmente compite contra ciclistas sin discapacidad. De ahí que en su palmarés figuren tres medallas en Campeonatos de España absolutos: una plata en 2019 y dos bronces en 2018 y 2020.
Álvaro Valera
Dicen que lo difícil no es alcanzar la cima sino mantenerse. Bien, el palista, de 38 años, encadena una década como líder del ranking internacional de tenis de mesa paralímpico. Hasta allí llegó un 1 de enero de 2011 y ahí sigue. Estos Juegos de Tokio serán los sextos que viva. Lejos quedan ya aquellos primeros, los de Sidney, donde logró hacerse con el oro siendo menor de edad. Después llegaron más medallas, pero de plata (tres) y bronce (una). El andaluz, que sufre desde los 5 años la enfermedad de Charcot Marie Tooth —una neuropatía que provoca problemas con los nervios sensoriales y motores que van desde las extremidades a la médula y el cerebro— fue reconocido en 2015 por la Federación Internacional de Tenis de Mesa con el Premio ITTF Star Award como mejor deportista con discapacidad del año anterior.
El equipo español, que irá a la conquista de Tokio, estará formado por 142 deportistas (127 de ellos con discapacidad y otros 15 de apoyo) y 87 miembros más entre los entrenadores, médicos, fisioterapeutas... Una expedición —integrada por 229 personas— más numerosa que la que acudió a los anteriores Juegos de Río. Aquella de 2016 se componía de 201 miembros, de los que 127 eran deportistas.
La expedición, cuyo grueso puso rumbo al país nipón el pasado jueves 19, ha permanecido concentrada las dos últimas semanas en diferentes Centros de Alto Rendimiento como los de Madrid, Sant Cugat (Barcelona) o Sierra Nevada (Granada) y los de Tecnificación de Sevilla y Palma de Mallorca. El objetivo de esta 'burbuja' era combatir algún posible contagio o brote por COVID de cara a esta trascendental cita.
Nuestros deportistas competirán en quince de las 22 disciplinas que componen el programa. El atletismo será la de mayor representación (22 y 7 guías), seguida de la natación (27) y el baloncesto en silla (24). También será muy numerosa la de ciclismo (10, más 2 pilotos de tándem), fútbol-5 (8, más 2 porteros), triatlón (7, más 3 guías) y tenis de mesa (8). Y habrá representación en remo (5, más 1 timonel), piragüismo (5), tenis en silla (4), judo (3), halterofilia (2) y taekwondo (1), tiro (1) y tiro con arco (1).
La participación femenina será del 33%, lo que supone un importante incremento respecto a la cita brasileña, donde fue del 25%. Y en cuanto a la edad del equipo ha experimentado una subida hasta los 34 años, por los 32 promediados en Río y Londres. Además, el 70% de los clasificados es beneficiario del Plan ADOP y Madrid y Barcelona son las comunidades que más deportistas aportan al combinado nacional.
Cabe recordar que España ha participado en trece ediciones de los Juegos Paralímpicos de verano y los tres deportes que más medallas nos han reportado a lo largo de su historia son natación (338), atletismo (195) y ciclismo (43).
Tokio 2020 ha querido marcar las diferencias con sus antecesoras desde la ceremonia inaugural del 24 de agosto. Al igual que sucedió con los Olímpicos, habrá una pareja de deportistas —hombre y mujer— como abanderados y, en el caso de los Paralímpicos, estará formada por la nadadora Michelle Alonso y el ciclista Ricardo Ten. Ambos tomarán el testigo del palista José Manuel Ruiz, que encabezó el desfile de Río 2016.
Según argumentó el Comité Ejecutivo del Comité Paralímpico Español (CPE), dicha elección respondía a "la representación ejemplar de los valores paralímpicos, su implicación y compromiso con el movimiento paralímpico español y la excelente imagen pública que ambos proyectan a la sociedad".
Michelle Alonso (Santa Cruz de Tenerife, 1994) se alzó como campeona de los 100 metros braza en categoría de discapacidad intelectual (S14) durante las dos últimas ediciones de los Juegos: Londres 2012 y Río 2016. Además, tiene en su poder la mejor marca mundial en dicha prueba, con un tiempo de 1'12"61, y ha participado en campeonatos de España de natación, compitiendo contra nadadoras sin discapacidad.
Por su parte, Ricardo Ten (Valencia, 1975) debutará como ciclista en unos Juegos, después de haberse colgado tres medallas de oro, una de plata y dos de bronce en las cinco ediciones anteriores donde participó en natación. Ten decidió cambiar de disciplina y sigue brillando, hasta el punto de haber logrado cinco campeonatos del mundo —entre 2018 y 2021— tanto en ciclismo en pista como en carretera. Sin ir más lejos, apenas unos días antes de su designación como abanderado, se hizo con un oro en la contrarreloj individual y una plata en la prueba en línea del Mundial de Estoril.
Estos Juegos de Tokio serán distintos también en lo que respecta a los premios correspondientes por cada medalla patria. El Consejo Superior de Deportes (CSD) los cofinanciará por primera vez de forma conjunta con el Comité Paralímpico Español (CPE). Hasta ahora era dicho Comité quien lo asumía junto a los patrocinadores del Plan ADOP.
Eso repercutirá en la cuantía por metal, que experimentará un importante incremento. Una medalla de oro tendrá una compensación de 70.000 euros (por los 30.000€ de Río); la de plata, de 35.000 euros (por los 15.000€ de los Juegos anteriores) y la de bronce, de 21.000 euros (por los 9.000 de 2016). Estas cantidades tienen un carácter acumulable, de manera que quien se cuelgue dos o más percibirá la suma.
Dichas cifras se corresponden a los premios por las preseas en pruebas individuales. Para las de equipos, relevos, parejas y dobles, la dotación pasaría a ser de 35.000 euros para cada componente del conjunto que logre un oro, 17.500€ en el caso de la plata y 10.500€, en el del bronce. También sería acumulable.
"La discapacidad ha venido sufriendo discriminaciones de manera histórica, si bien nuestro país ha sabido poner poco a poco las herramientas para ir acabando con ellas”, afirmó José Manuel Franco, presidente del CSD, quien recalcó además el compromiso del Gobierno en su cruzada para terminar con las desigualdades. De ahí que, entre otras medidas, en este último ejercicio, el importe destinado al Comité Paralímpico haya crecido un 375%.
- El diseño de las medallas de estos Juegos está inspirado en los abanicos japoneses tradicionales. El 'kaname' o puntos vitales mantiene unidas todas las partes del abanico, lo que representa a los deportistas independientemente de su nacionalidad u origen. Los motivos en las hojas representan la vitalidad y simbolizan el entorno natural del país. Además están hechas de metales reciclados que se han recogido en Japón.
- En estos Juegos competirá un número récord de mujeres deportistas. Para ser exactos, el 40,5% del total, según los criterios de calificación del IPC. Esto equivale a 1.782 deportistas, lo que supone un aumento respecto a las 1.671 mujeres que compitieron en Río 2016 (38,6%).
- La situación de Afganistán también ha tenido su impacto en los Juegos y sus dos deportistas, la taekwondista Zakia Khudadadi y el atleta Hossain Rasouli, se vieron obligados a darse de baja en la competición por la cancelación de los vuelos comerciales de su país. País que sí estará representado con Abbas Karimi, quien competirá con el Equipo Paralímpico de Refugiados. La bandera afgana, portada por un representante de ACNUR, también estará presente en la ceremonia de inauguración. Un guiño a Khudadadi y Rasouli y un llamamiento a la paz y la concordia para el mundo.
- Al igual que en los Olímpicos, los deportistas rusos no estarán bajo la bandera de su país, como consecuencia de la sanción por un escándalo de dopaje. Eso no significa que el equipo ruso no vaya a participar, sino que lo hará usando 'RPC' como acrónimo, el correspondiente a 'Russian Paralympic Comittee'. Tampoco sonará su himno, compuesto por Aleksandr Aleksándrov, cada vez que gane medalla. En su lugar lo hará el Concierto para Piano nº1 de Pyotr Tchaikovsky.
- Tokio 2020 tendrá la ausencia de varios países de Oceanía, como Kiribati, Samoa, Vanuatu y Tonga, por la imposibilidad de cubrir los gastos del viaje como consecuencia de las restricciones y medidas antiCOVID. A ellos se unen los cuatro comités paralímpicos nacionales suspendidos por el IPC (Comoras, Seychelles, Sudán y Yibuti), otros cuatro sin deportistas (Andorra, Antigua y Barbuda, Liechtenstein y San Marino), cuatro por la determinación de su gobierno o por su falta de apoyo (Brunei, Corea del Norte, Turkmenistán y Timor Oriental), dos por otras razones (Myanmar y Trinidad y Tobago) y otros dos por decisión de sus deportistas (Macao y Surinam). Por contra, Bután, Granada, Maldivas, Paraguay y San Vicente y las Granadinas se estrenan en los Juegos Paralímpicos.
- Boccia y goalball son los dos únicos deportes del programa paralímpico de Tokio que no están contemplados en el olímpico. Estos Juegos Paralímpicos contarán además con dos debutantes: el taekwondo y bádminton. La equitación es el único deporte artístico incluido, tiene pruebas de doma mixta y los deportistas se agrupan en cinco clases según la naturaleza y el grado de su discapacidad.
- Los Juegos tendrán su propio cupón de la ONCE. Esta serie arrancará el día de la inauguración y durará lo mismo que la cita nipona. Cada día tendrá su protagonista. La ceremonia inaugural ilustrará el martes 24 de agosto, ciclismo el 25, atletismo el 26, tenis de mesa el 28, baloncesto en silla el 29, triatlón el 30, natación el 31, fútbol para ciegos el 1 de septiembre, tenis en silla el 2, judo el 4 y para la clausura se podrá leer la la frase: 'Nos vemos en París 2024'.
- España es undécima en el medallero histórico por países de los Juegos Paralímpicos y atesora 651 preseas: 208 de oro, 221 de plata y 222 de bronce. Nuestro equipo debutó en Tel Aviv 68 y alcanzó su mejor posición en el ranking en Sidney 2000. Sus 106 medallas le ascendieron al cuarto puesto, subiendo uno con respecto a Barcelona 92 y Atlanta 96. Tras quince ediciones, Estados Unidos mantiene su hegemonía con 2.179 metales (771 de oro, 700 de plata y 708 de bronce), seguido de Gran Bretaña (1.790) y Alemania (1.503).
- Casi el 90% de los participantes en los Juegos están vacunados de la COVID-19, según apuntaron los organizadores a escasas horas del pistoletazo de salida. Los contagios en Japón están alcanzando niveles de récord y no se descarta endurecer aún más las medidas de seguridad, especialmente para los participantes residentes en el país nipón, que constituyen la mayoría de los positivos. De los más de 40.000 test realizados entre los participantes de los Paralímpicos se han detectado 101 positivos.
- Los Juegos Paralímpicos de Río 2016 fulminaron el récord de audiencia televisiva acumulada con 4.100 millones de espectadores. Una cifra que esperan superar en esta ocasión. De hecho, se prevé alcanzar los 4.250 millones. Además, esta edición será la más global gracias a la iniciativa del IPC de difundir gratis lo más destacado del evento en 49 países del África Subsahariana que no pueden adquirir los derechos de emisión.