Las Redsticks carburan en Tokio

Las Redsticks tienen un pie y medio en cuartos de final. Hace dos partidos tenían un pie fuera. Pero han revertido la situación con dos victorias sin paliativos ante Nueva Zelanda y China, la última, mientras la noche caía en Tokio. En el Estadio de Oi, junto a la Bahía que tiene el nombre de la ciudad, se amontonan los cuervos en el tejado a ver los partidos, espectadores privilegiados de estos Juegos. "Hemos trabajado muy bien", resumía Belén Iglesias.

España empezó con contundencia, agresiva, yendo a por el partido. No hay mejor táctica que marcar primero para que el encuentro fuera cuesta abajo. A los tres minutos, Beatriz Pérez adelantó a las españolas después de un inteligente penalti córner en el que las de Adrian Lock, que de nuevo tuvo que ver el partido desde el hotel donde está aislado por la COVID-19, sacaron fruto de la estrategia. Desde la posesión y desde una buena defensa organizada, España tuvo el control.

No hay montaña que no puedan escalar las españolas. Después de perder ante Australia y Argentina, con dos resultados resolutivos, la Selección se conjuró en la villa: "Fue un shock, no era la mejor forma de empezar, pero nuestro mensaje fue de confianza. Había que ser constantes porque el grupo es igualado. Confiamos mucho en todo lo que hacemos", dijo Iglesias. Y, con esa motivación, llegó el segundo gol que dejaba el partido encarrilado.

Berta Bonastre, que celebró 200 partidos el encuentro anterior ante Nueva Zelanda, cazó un rechace en el área y lo transformó a gol. El 2-0 era un bálsamo. China intentó estirarse y pisó área, pero hasta el último cuarto no dispuso de penalti-córner. En uno de ellos logró recortar distancias pero los árbitros, después de consultar el vídeo, lo anularon al cometer China una infracción en el lanzamiento. Llegó el fin y el éxtasis. Los cuartos de final están cerca. El sueño de las Redsticks continúa.