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JUEGOS OLÍMPICOS | BALONMANO

"Soy una friqui de los deportes"

Silvia Navarro, heroína del partido contra Brasil, explica los motivos de su longevidad deportiva a sus 42 años. Y no lo deja. La temporada que viene seguirá jugando.

Actualizado a
Silvia Navarro, en una imagen de estos Juegos.
Dean MouhtaropoulosGetty Images

"Me acaban de preguntar lo mismo..". Silvia Navarro sonríe cuando se le pregunta cuál es el secreto para firmar, con 42 años, un 46% de efectividad en paradas en un partido de Juegos Olímpicos. No parece haber caído en que se trata de tremenda gesta.. "La verdad es que el cuerpo me aguanta y la cabeza también me está respetando. Y me encanta este deporte, me apasiona e intento dar lo mejor de mí aunque tenga 42 años. Como lo hacía con 35 o como lo hice con 25".

Tal vez sea el sol de las Canarias... "No lo sé, la verdad que estoy muy cómoda allí. En Las Palmas me acogieron super bien y continuaré una temporada más...". Sin miedo, estará con 43 años en el balonmano de élite. No cree que haya demasiados secretos en el asunto. Simplemente, le gusta el deporte. "Hay que cuidarse un poquito y coger las cosas con pasión. Me cuido la alimentación y soy una friqui de los depotes. Estoy todo el día moviéndome. Me encanta al tenis, juego al fútbol, salgo en bicicleta. Aquí las de la Selección me dicen que estoy enferma de la cabeza, Pero siempre he sido así y no creo que vaya a cambiar, ni siquiera cuando deje el balonmano. Y luego está la genética que me han dado mis padres, ¡que digo yo que algo tendrá que ver!", exclama Silvia, que habla rapidísimo, con la adrenalina todavía por las nubes después de la tercera victoria de España.

Valenciana de nacimiento, Silvia tiene un buen gesto de acordarse de los políticos. Muchas veces señalados, esta vez desde la Generalitat le ayudaron a que la pandemia, un lastre para todos, pero especialmente para los deportistas veteranos que querían llegar a los Juegos, fuera más llevadera. "En la pandemia sufrí desesperación. Gracias a Dios, los deportistas valencianos tenems una beca y nos han arropado con mucho material deportivo. Y en mi casa pude entrenar. No en un terreno de juego, pero sí pude mantenerme en forma porque nos facilitaron material".

A sus 42 años, los origenes empiezan a quedar lejos, pero recuerda cómo fue la elección de ponerse detrás de la línea de seis metros. "La verdad es que me dieron para elegir, entre portera y jugadora y dije: yo para darme palos en defensa no estoy, así que me puse entre los tres palitos". Creció admirando a Lorenzo Rico porque "en aquel entonces no había mujeres referentes porque tampoco se sacaban en medios de comunicación. Entonces, Lorenzo Rico era de mi estatura y fue acoplando sus gesto a mi carrera deportiva". Hoy es un ejemplo mayúsculo a seguir.