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JUEGOS OLÍMPICOS | NATACIÓN

El torpedo tunecino: 18 años y oro olímpico en los 400 libre

Por la calle 8, con el peor tiempo de los finalistas, Hafnaoui venció la prueba con un tiempo de 3:45.38 y es el segundo nadador de su país en lograr una medalla acuática.

Ahmed Hafnaoui.
Jesús Rubio

Los Juegos Olímpicos siempre sorprenden con héroes anónimos, que se salen del guion, que dignifican el deporte. Cualquiera puede conseguir una medalla aunque no entre en las quinielas, como ocurrió en los 400 libre con el tunecino Ahmed Hafnaoui, quien entró de milagro en la final y nadó por la calle ocho la mejor prueba de su vida, lo que valió el oro olímpico. Con un Centro Acuático lleno de gente, la ovación hubiera sido de época.

En un país que solamente ha dado un nadador con peso internacional, el fondista Oussame Mellouli, quien competirá en sextos Juegos y ha ganado tres medallas olímpicas, Hafnaoui no solo se conformó con ser el segundo nadador en conseguir meterse en una final. Sino que, como Mellouli, ya es campeón olímpico de una manera sorprendente, tanto que no pudo reprimir la celebración dentro y fuera de las piscina.

Hafnaoui se había metido en la final con un tiempo de 3:45.68. A diferencia del resto de finalistas, debido a su edad (18 años), poco le importó nadar una prueba en sesión de mañana. Salió con un torpedo, marcando ritmos regulares como un veterano. Liderada la carrera por el australiano de la calle 2 Jack McLoughlin, el tunecino fue a su ritmo por la última calle, solo, sin que las cámaras le prestaran atención. Se asentó en 28.50 y fue el segundo más rápido en el último largo. Registró 3:43.36, 16 centésimas mejor que el australiano, que fue plata, y también por delante del estadounidense Kieran Smith (3:43.94).

Australia.
Ampliar
Australia.Jesús Rubio.

Australia marca territorio con el primer récord mundial

La demoledora braza del estadounidense Chase Kalisz le llevó al oro en los 400 estilos, en la primera final de la natación en los Juegos Olímpicos de Tokio. En ese tramo de 100 metros, con parciales de 34.02 y 35.12, le sacó más de dos segundos a sus perseguidores, y luego se administró para ganar con suficiencia la final. De hecho, fue más rápida la eliminatoria que esta prueba, señal de que se va a nadar más por las tardes que por las mañanas.

Sus 4:09.42 le valen el oro, seguido de su compatriota Jay Litherland, con 4:10.28. El bronce, después de una pugna entre el australiano Brendon Smith, el húngaro David Verraszto y el británico Max Litchelfeld, se lo llevó el primero después de un espectacular último 100. Pasó octavo después de la braza, pero con dos parciales de 28.90 y 27.42 tocó primero (4:10.38), cerca incluso del bronce.

La jornada finalizó con los siempre apasionantes relevos, que en esta ocasión propició el primer récord mundial de estos Juegos. Lo consiguió Australia en los 4x100 libre femeninos, donde tiene un equipo con nadadoras de la talla de las hermanas Campbell o Emma McKeon. Sus 3:29.69 superan en medio segundo el anterior registro del mismo país. Estados Unidos, sin Katie Ledecky, fue tercera con 3:32.81, mientras que entre medio se coló Canadá, que en los dos últimos ciclos olímpicos ha copado varios podios: 3:22.78. China batió el récord de Asia con 3:34.76.