Del viernes 30 de julio al 8 de agosto. Estadio Olímpico de Tokio, 68.000 espectadores. El epicentro de esta cita. Está reconstruido sobre el mismo estadio que acogió los Juegos de 1964 (demolido en 2015). La nueva versión es un moderno recinto, con techo retráctil, que combina tecnología con tradición. Allí se disputarán todas las pruebas de velocidad, fondo, lanzamientos y saltos, salvo la marcha y la maratón.

Sapporo. La maratón y la marcha se trasladan a Sapporo, al norte de Japón, a 830 kilómetros de Tokio. El motivo es las altas temperaturas y la humedad que asola a Tokio en verano. Las pruebas se concentrarán en el parque Sapporo Odori, que tendrá circuitos cerrados de 1,5 y 7,8 km.

Es el deporte estrella de los Juegos Olímpicos.

El atletismo siempre ha estado en el programa olímpico, y está dividido en disciplinas de carrera (velocidad y fondo), saltos, lanzamientos, combinadas y marcha. Hay 48 pruebas, 24 masculinas, 23 femeninas y una mixta. Los 50 kilómetros marcha se disputan sólo en hombres y entra por primera vez en unos Juegos el relevo 4x400 mixto.

Es difícil estimar el número exacto de deportistas que competirán en atletismo en Tokio, pero hay una cuota máxima establecida de 1.900 atletas.

Cada país puede llevar un máximo de tres atletas por prueba siempre y cuando hagan la marca mínima o accedan mediante el sistema de clasificación por puntos.

Históricamente, el medallero lo domina Estados Unidos, con amplia tradición en velocidad y lanzamientos. Si bien es cierto que el atletismo es uno de los deportes más globales del mundo y entran en la ecuación con mucho poderío países africanos como Kenia y Etiopía. Rusia, otra de las potencias habituales, no estará en Tokio por sus problemas de dopaje, como ya no estuvo en Río.