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En-Nesyri abraza a Ziyech junto a varios compañeros que celebran el 1-0 a Canadá.
En-Nesyri abraza a Ziyech junto a varios compañeros que celebran el 1-0 a Canadá.Matthias HangstGetty

QATAR 2022 I MARRUECOS

Ziyech ilumina a una Marruecos dura y vertical

Coronados por dos sevillistas, En-Nesyri y Bono, estos sorprendentes Leones del Atlas son vertiginosos por los laterales y los ha fortalecido una de las revelaciones del Mundial, el pivote Amrabat.

Vertiginosa por los laterales con Achraf (PSG) y Mazraoui (Bayern), amante del juego directo y vertical, sin rumiar en el centro del campo, diríase que Marruecos está construido casi de manera inversa a esta España del tiqui-taca, que naufragó con la posesión contra Japón. La velocidad de por las alas se complementa bien con un centro de la defensa (Aguerd-Saiss) que está funcionando mejor aún gracias a una de las revelaciones del campeonato, el pivote Sofyan Amrabat. Hermano de Nourdin, que jugó en el Málaga, el futbolista de la Fiorentina apunta a un equipo más grande porque su despliegue físico y contundencia en el mediocampo han llamado mucho la atención, casi más que nadie entre estos sorprendentes Leones del Atlas.

Una Marruecos coronada en la cabeza y vestida en los pies por dos jugadores del Sevilla, el ariete Youssef En-Nesyri y el portero Yassine Bono, que olvidan los días difíciles de Nervión para celebrar el pase a octavos por primera vez desde 1986. El guardameta es vigente Zamora de LaLiga, cuajó un magnífico partido ante Croacia, no jugó contra Bélgica por una indisposición y retornó a la titularidad ante una Canadá donde nada pudo hacer contra el balón desviado por un compañero.

Youssef, muy criticado en el Sánchez-Pizjuán y casi tanto por sus últimos encuentros con la selección, marcó un gran gol a Canadá y vio cómo le anulaban otro por poco. En En-Nesyri confía muchísimo el técnico Walid Regragui, que llegó al cargo hace apenas tres meses y tras el entre despido y dimisión del bosnio Halilhodzic, que había clasificado al equipo para el Mundial. La renuncia de Halilhodzic llegó, en buena parte, por la imposición del retorno a su equipo de la gran estrella, por estatus y calidad, de esta Marruecos: el talentoso y también polémico Hakim Ziyech. Ziyech, que se había peleado con el anterior técnico, ganó el pulso.

Y ahora ha aprovechado que el equipo se encuentra en el ida y vuelta como pez en el agua y ha comenzado a alcanzar el nivel que provocó que el Chelsea pagara al Ajax 40 por él millones de euros en julio de 2020. En Stamford Bridge no ha logrado justificar esa inversión y en la selección parecía seguir el mismo camino, pero esta vuelta con Mundial incluido le está sentando de vicio: ante Bélgica se inventó el 2-0 definitivo con una gran asistencia y contra Canadá abrió el marcador para anotar el gol, con bañito al portero rival, de esos que salen en los resúmenes. Se rumorea que el Milán quiere comprárselo a los blues: después de este Mundial, esa especulación se convertirá seguramente en algo más probable.