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RACING | EL ALARGUE

Defender bien también es jugar bien

El crecimiento del Racing surge desde el blindaje de su propia área: ha dejado seis veces imbatida su portería en los siete últimos partidos

Íñigo y Satrústegui. del Racing, defendiendo una acción a balón parado en Huesca.
LaLiga

Seis porterías a cero en los siete últimos partidos, desde que superó aquella terrible racha de cuatro derrotas en las cuatro primeras jornadas, hablan bien a las claras del nivel defensivo que están ofreciendo los de Romo en este último mes y medio. Y es que además lo ha logrado sin que su portero haya tenido que multiplicarse, con la excepción del primer partido de esta serie virtuosa, en El Molinón, en donde Miquel Parera (y un providencial Mantilla aquel día) sí que resultó diferencial. El sábado, en El Alcoraz, más de lo mismo. Probablemente a los racinguistas les faltaron piernas para haber cogido alguna contra letal, pero la cobertura fue magnífica, y no solo por parte de los defensas. Los centrales, Pol Moreno y Rubén Alves, juegan concentrados y ganan duelos, los laterales, Dani Fernández y Satrústegui, como no subieron, fue imposible ganarles la espalda (aunque al navarro le pusieron a Soko y a Gerard Valentín sucesivamente para amargarle la tarde, sufrió pero salió airoso, como casi siempre), y los dos pivotes, Íñigo y Juergen, volvieron a demostrar que tienen muy claro que, en este equipo y en esta categoría, lo primero que tienen que hacer es defender. Jugar bien no es solo salir tocando desde atrás, también defender bien es jugar bien. Aunque tenga menos glamour.

Indescifrable

Íñigo Vicente es, para mí, un misterio. No le pillo el punto. Salvo un partido amistoso en verano, el de Guardo frente a la Cultural, en el que parecía que había llegado mareado en el autobús, y el primer partido de liga ante el Villarreal B, en los que quemó la traca trasmitiendo una sensación de abulia absoluta, en el resto de los encuentros alterna acciones brillantísimas con periodos en los que parece aletargado. Así, casi jugada a jugada, voy decidiento si me gusta, o no, como está jugando. Clase tiene para regalar, eso es indudable, y cuando tiene el balón sabe qué hacer con él. Incluso creo que es más rápido de lo que quiere hacernos creer, sobre todo cuando reta al rival con el balón controlado, y sus números de anteriores temporadas hablan de un futbolista razonablemente bien relacionado con el gol. Creo, eso sí, que necesita un lateral que le doble a menudo por fuera para no encarar siempre uno contra dos y que sincronicen sus relojes él y Pombo. En el caso de los talentosos, si orbitan en la misma onda, uno + uno siempre da más de dos. 

Íñigo Vicente, del Racing, y Andrei, del Huesca, en el 0-0 de El Alcoraz.
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Íñigo Vicente, en un control ante el rumano Andrei, lateral derecho del Huesca.LaLiga

El papel más duro

En estos momentos en los que el Racing ya parece uno más de Segunda, ni arrasa ni se arrastra, está en condiciones de competir cada partido en la competición más larga del mundo y una de las más igualadas en cada partido, cuando empiezan a llegar los elogios para los futbolistas, hay que tener un recuerdo para los que no juegan. Nada. Hay algunos que entran poco, minutos o cada dos tres jornadas, pero hay cuatro futbolistas que casi ni calientan: Ezkieta, Bobadilla, Germán y Alfon. Y es duro. Entrenan de manera impecable, como los demás, pero Romo no les ve el hueco. Es verdad que en el caso del portero casi va en el sueldo, que lo habitual es que haya un titular y que el otro juegue solo la Copa, pero cuando te toca, y Jokin viene de dos temporadas así en el Athletic, duele. Bobadilla en cambio viene de firmar unos números extraordinarios en los 23 partidos que jugó la pasada temporada y ahora es claramente el último central y todavía no ha debutado. Alfon llegó tras 35 partidos en una temporada muy brillante en el Celta B como primer fichaje de Romo y ahora suma 33′ en dos ratucos. Debe ser dura su situación. Como la de Germán, al que el míster puso a jugar antes de estar en forma y lo pago, expulsión y lesión, y ahora ve desde el banco el gran estado de forma de Pol Moreno y Rubén Alves. Tiene experiencia y sabe lo que es vivir esta situación desde el otro lado, del que juega siempre, pero seguro que pica. Es probable que alguno llegue a tener su momento, porque el fútbol es así. También es probable que alguno de ellos pida salir en enero (o le pidan que salga), porque el fútbol es así.

El defensor inesperado

A Juergen Elitim se le ha fichado por jugón. Por su pierna izquierda. Por su temple. Por sus pocas pérdidas. No, desde luego, porque sea letal en el área letal, pero sí por lo que se esperaba de él con balón. Y, sin embargo, hasta ahora lo mejor lo está dando el colombiano con su compromiso defensivo. No quiero decir que sea un tuercebotas, todo lo contrario, pero yo espero cada partido que dé un salto adelante en cuanto a generación de fútbol. Tiene condiciones para ello y, salvo en un par de partidos, especialmente frente al Málaga en el que fue claramente el mejor, no acaba de romper en el futbolista de tronío que se le supone. Lo que es indudable es que tanto él como el equipo han mejorado con su reubicación en el doble pivote. En este sistema, 4-2-3-1, es su única demarcación posible. Yo sigo creyendo que va a crecer su peso en el juego y también en llegada al área. Tanto él como Íñigo (sé que pido mucho porque hacen un trabajo brutal más atrás) tienen que cargar más y mejor contra la frontal del área rival. En defensa, firmo con que siga como hasta ahora. 

Patrick Soko, del Huesca, y Juergen Elitim, del RaCING.
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Juergen, desde el suelo, intentando robar un balón al exracinguista Soko.LaLiga