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BARCELONA

Tras la corrección, toca distancia y silencio

El Barcelona sigue tratando de montar un acto conjunto con Gerard Piqué, pero tras la corrección del sábado, el jugador va a seguir marcando el tiempo.

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Tras la corrección, toca distancia y silencio

Desde que Piqué anunció el jueves por la tarde su decisión hasta el partido del sábado por la noche en el Camp Nou en el Barcelona se vivieron horas de gran tensión. El club no tenía ni idea del movimiento de Piqué (por no saber, ni sabía de qué iba el video que grabó en el Camp Nou el miércoles anterior) y para mirar de salvar su posición trataron de pactar con el jugador los términos del homenaje y convocar una rueda de prensa conjunta con el presidente. Piqué ignoró ambas peticiones. Quería hacerlo a su manera. Y lo hizo con suma elegancia pese a que en el palco y en el banquillo se temían alguna salida de tono.

El último partido de Piqué acabó siendo un emotivo homenaje popular y un frío homenaje institucional al que el central respondió con total corrección, pero sin efusividades, especialmente, cuando ya acabado el partido subió a la zona noble del estadio para recibir una placa de manos del presidente y fotografiarse con la junta. Si bien con Xavi, con el que sigue manteniendo una gran distancia firmó una tregua tácita, con Laporta el trato fue gélido. Con otros miembros del staff, como el asesor Enric Masip o el director de fútbol Mateo Alemany, el trato fue de era glaciar.

En declaraciones a Carrusel Deportivo, Amador Bernabéu, abuelo de Piqué, con la elegancia que le caracteriza definió perfectamente la situación: “Él nunca se irá dolido del Barcelona, una cosa son las personas y otra el club”.

Un club que sigue tratando de montar un acto conjunto, pero tras la corrección, Piqué va a seguir marcando el tiempo. Tras la corrección, distancia y silencio. De momento.