Modric acecha a Puskas
El croata superó a Buyo y solo tiene por delante al húngaro como el futbolista más longevo en vestir la elástica del Real Madrid en Liga. Puede superarle contra el Cádiz, en la segunda vuelta.
Primero agrandó su leyenda –más aún (con 505 partidos, es el 15º jugador con más partidos de la historia blanca)– y después llegó una ovación cerrada en medio de la preocupación. Los 70 minutos de Luka Modric en Cádiz dieron para mucho. El genio de Zadar, con 38 años y 78 días, se convertía en el segundo jugador más veterano en jugar un partido de Liga con el Madrid. Superó a Paco Buyo (38 años y 63 días, 1996) y solo tiene en el horizonte a Ferenc Puskas, que cifró el techo en 1965 (38 años y 233 días). Modric ya es el más veterano en 58 años... y en el horizonte aparece el récord total. El destino, además, ha querido ser caprichoso. La medalla de plata se la ha colgado en el Nuevo Mirandilla y la primera oportunidad para hacerse con el oro también será con el Cádiz enfrente. Si Ancelotti le da minutos el fin de semana del 5 de mayo en el Santiago Bernabéu, Modric será el nuevo ‘abuelo’ liguero del Real Madrid, relevando a Cañoncito Pum.
Tras seguir haciendo historia, susto. Que no disgusto, porque la experiencia es un grado y el 10 supo parar a tiempo. Luka miró al banquillo en el 68′ y pidió el cambio. Sus compañeros le abrazaron, preocupados por un percance aparecido de la nada. Por suerte, a priori no hay alarma. La molestia que sintió en el muslo izquierdo no parece seria, trasladan desde el club blanco. Saber parar también es una habilidad y cuando Modric vio peligro, pulsó el botón de pausa. Este lunes habrá una exploración más exhaustiva y si es preciso se le realizará la ecografía pertinente, pero desde la entidad se enarbola la bandera de la esperanza. También Ancelotti: “Tiene una sobrecarga en el isquio, creo que solo eso”.
Después, el de Reggiolo ya se centró en su actuación: “Ha jugado muy bien, en una posición que no es la suya, más defensiva”. Merecía los elogios. La afición del Cádiz lo entendió y se lo reconoció con una ovación cerrada. Despedida merecida. Por su carrera dorada y porque, como analizó Carletto, realizó un partido estupendo. Con Camavinga y Tchouameni en la enfermería, Modric brilló en tareas de intendencia. Su encuentro amaneció en una especie de doble mediapunta junto a Bellingham, pero a medida que avanzó el encuentro, Valverde se quitó los grilletes para aprovechar su zancada y fue Luka el que sujetó la sala de máquinas en muchos momentos.
El Luka “más defensivo”
Modric nunca ha negociado esfuerzos y no lo hizo en Cádiz. Fue clave en la victoria (0-3): compartió con Bellingham el liderato en entradas exitosas (tres) y solo Lunin (12) superó sus nueve recuperaciones de balón. Un pulpo, que también dirigió: junto a Rodrygo, fue el futbolista que más ocasiones creó del encuentro (tres), asistió el de Osasco en el segundo tanto y a punto estuvo de redondear su actuación con un zapatazo que se topó con la madera. Un esfuerzo encomiable que hizo que los músculos se resintieran. Y es que, a pesar de no tener la continuidad con el equipo blanco que anhela, llevaba 12 partidos disputados de manera consecutiva entre el club y la selección. Y con Croacia la rotación es negociable. De hecho, ha vuelto con 175 minutos más en las piernas de los duelos frente a Letonia y Armenia.
En el Madrid rezaban para no tener que lamentar más percances durante la última ventana de selecciones y Modric, por momentos, pareció ser un estrago más, aunque en diferido. No obstante, además de demostrar que su fútbol sigue vigente y sin fecha de caducidad, las primeras sensaciones apuntan a una ligera sobrecarga que invita a pensar que ha logrado ‘regatear’ al virus FIFA. Eso sí, siempre con la precaución con compañera de viaje. No está la enfermería blanca (Courtois, Kepa, Militao, Camavinga, Tchouameni, Güler y Vinicius también están lesionados) para excesos de optimismo...
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