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REAL MADRID

La cara B de Bellingham

El inglés ha encajado en el Madrid como un guante. En lo futbolístico, pero también en lo social. Trabaja duro en el idioma, destila carisma y cuida cada detalle.

Actualizado a
Bellingham, durante el Real Madrid-Real Sociedad.
ISABEL INFANTESREUTERS

No hay casualidad en Jude Bellingham, sino causalidad. En nueve partidos con el Madrid, ocho goles y tres asistencias. Un colmillo más afilado que el primer Cristiano Ronaldo y sus 9 tantos y una asistencia y en sus nueve primeras noches de blanco. Once participaciones directas del inglés, diez del portugués. La estadística para ejemplificar que, con 20 años, la adaptación de Belli, como le conoce el vestuario, ha sido un visto y no visto. Un rendimiento deportivo que es la punta del iceberg, lo notorio, pero cimentado sobre un trabajo entre bambalinas que han hecho encajar al crack de Stourbridge como un guante en Madrid y en el Real Madrid. Su cara B.

“Es muy cool y bromista, pero muy educado”, dicen quienes han tratado en las distancias cortas con Jude. “Es un chico que, como decimos en Inglaterra, invitarías a tu casa para conocer a tu familia y cenar. Es el hijo que te encantaría tener. Tiene unos modales perfectos, respeto por todo el mundo... Es ejemplar”, explicaba en AS Kevin Betsy, su entrenador en categorías inferiores con la selección inglesa. Algo que ya se dejó entrever en su presentación, donde mostró una gran soltura y madurez, y se constató en la estadía americana. En Houston, en las entrañas del NRG Stadium, Bellingham, tras marcar su primer gol(azo) con su nueva camiseta, se paró en zona mixta. “Uf, ahora me toca la parte dura”, bromeó después de atender a los medios de habla inglesa y, con una sonrisa, se atrevió incluso a describir su tanto ante la prensa española presente en castellano: “¿Bueno?”. Una anécdota de la mano de la realidad. Y es que, una de las tareas en las que más énfasis está poniendo desde su aterrizaje en Madrid es el idioma. Llegó con nociones básicas de su etapa escolar y va haciendo progresos, gracias a las clases que toma desde su llegada.

La broma de Bellingham a la CBS

La cara B de Bellingham

También ayuda, y mucho, la buena relación que tiene con sus compañeros. “Voy a sonar empalagoso, pero los compañeros me han acogido muy bien desde el primer día, me han hecho sentir verdaderamente a gusto. Me encanta jugar con estos muchachos”, dijo en la citada intervención en Houston. Desde el club eran conscientes de que habían fichado un jugador especial, pero están encantados con ese carisma con el que está convirtiendo la temida adaptación del jugador inglés al fútbol lejos de las islas en una anécdota fantasmal. Aprovechó dos días libres para marcharse junto a Rodrygo, Camavinga, Tchouameni y Mendy a Saint Tropez para ‘hacer familia’. Mientras que, con Brahim y Arda Güler se fue de cena al madrileño restaurante De María antes de que el trio de incorporaciones iniciaran sus entrenamientos con su nuevo club. El malagueño, de hecho, ha sido uno de sus grandes apoyos desde el principio. Fuera del campo, pero también dentro: en UCLA especialmente, cuando Vinicius o Rodrygo acababan de incorporarse a la pretemporada, se pudo observar el buen entendimiento futbolístico entre ambos.

La frase que define la relación Bellingham-Vinicius

La cara B de Bellingham

La familia, clave

Aunque una de las claves, sino la más importante, de esa madurez y adaptación fugaz a la idiosincrasia blanca (”Ha nacido para jugar en el Real Madrid”, dijo Nacho) es su familia. En su etapa en Dortmund se ‘repartían el trabajo’: su padre Mark (exdelantero con más de 700 goles en el sistema de ligas británico, un récordman amateur), en Inglaterra con su hermano menor Jobe (17 años)-también futbolista profesional, ahora en el Sunderland e internacional en las inferiores-; su madre Denise, en Alemania. Y en España, como hacía en la cuenca del Rhur, es la encargada de llevar en coche a su hijo, pues Jude no conduce (su llegada en taxi al primer entrenamiento con el Madrid fue muy comentada). El leitmotiv de los Bellingham para con sus vástagos es claro, mantener los pies en el suelo y meditar cada decisión.

“Sólo tienes que mirar a su familia. Todos los clubes del país ya querían ficharle cuando tenía 12 años, todos. City, United... estaban preparados para invertir mucho dinero en él a esa edad. Pero Jude y su familia tomaron la decisión de quedarse en Birmingham como el club ideal para desarrollarse antes del siguiente paso. Hay que ser muy valiente para decidir así. Hay que tener mucha visión y hacer eso a esa edad, cuando financieramente era algo con tanto impacto, es increíble. Esto te dice el tipo de personas que son y cómo cuidan del desarrollo de sus hijos”, contextualizaba Betsy en este periódico.

Alimentación al milímetro

Y en un escenario semejante, con todo estudiado para buscar el objetivo final, ser una estrella del fútbol, la alimentación no podía ser aleatoria. Según El Chiringuito, Bellingham ha contratado un chef personal. Alberto Mastromatteo, cocinero que trabajó previamente con Karim Benzema y fue clave en la segunda juventud del francés, que vivió sus mejores años a partir de la treintena. Mastromatteo ha pasado por cocinas como DiverXo de David Muñoz o Akelarre de Pedro Subijana, dos restaurantes triestrellados por la Guía Michelín, y que ahora diseña el plan nutricional que Bellingham sigue a rajatabla. Yogur griego con copos de avena y semillas de chía o tostada con tomate como tentempiés y platos donde la ingesta de grasas es limitada, con mucha presencia del pavo, el pollo y las verduras por encima de carne de ternera o pescado. Bellingham no deja nada al azar y el madridismo sonríe por ello.

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