Emilio Rodríguez, en el nombre de Vela y Orbelín
El extremo mexicano acepta el desafío de intentar brillar con la camiseta del Celta, lo que se les resistió a sus dos talentosos compatriotas.
El cartel para anunciar el primer fichaje del Celta para su nuevo proyecto ya está preparado. De hecho, el club vigués incluso lo publicó ayer. Fue por error. Le dio la bienvenida a Emilio Rodríguez cuando lo que estaba anunciando era la incorporación del portero Marc Vidal para su filial. La oficialización del mexicano es cuestión de horas, una sorprendente operación en la que la entidad olívica vuelve a apostar por un país al que está muy vinculado, pero a cuyos talentos se les ha resistido triunfar en Balaídos.
El extremo que procede del Pachuca se va a convertir en el quinto jugador de México en vestir la camiseta celeste. Para encontrar al primero hay que remontarse a la década de los 40, cuando José Luis Borbolla tuvo un efímero paso por Vigo. Los otros tres llegaron a Galicia durante el siglo actual y el único que cuajó, por lo menos en el número de partidos, poco tenía que ver con los otros dos. El central Néstor Araújo, especialista en el juego aéreo, disputó 136 encuentros. Por el contrario, entre los atacantes Carlos Vela y Orbelín Pineda no llegaron a diez.
En el año 2006, y fruto de un convenio de colaboración entre el Celta y el Arsenal, una promesa del fútbol mexicano recaló en A Madroa para trabajar a las órdenes de Fernando Vázquez. El delantero Carlos Vela venía de brillar en el Mundial Sub-17, pero por las restricciones de la Premier League no podía debutar en la liga inglesa hasta el año siguiente. Con el club vigués nunca llegó a tener ficha dado que el cupo de extracomunitarios estaba completo. Se limitó a entrenar y a jugar partidos amistosos. Antes de iniciar la temporada 2006-2007 se marchó cedido al Salamanca y así concluyó su paso por la ciudad olívica.
Bastante rocambolesca también resultó la experiencia de Orbelín Pineda en las Rías Baixas. Fichado en el mercado de invierno de 2022 como una de las grandes estrellas del fútbol mexicano, el Maguito fue una víctima colateral de la tensión que empezaba a aflorar entre Eduardo Coudet y los responsables de A Sede. El técnico argentino no le dio ni 100 minutos en la Liga a una apuesta de la directiva. El mediapunta se marchó meses después a préstamo al AEK y su rendimiento en Atenas llevó al equipo griego a abonar 6,5 millones de euros para quedarse en propiedad con sus servicios.
Ni Vela ni Orbelín se asentaron en Balaídos, un desafío que ahora va a intentar con 21 años su compatriota Emilio Rodríguez. El canterano de Pachuca tampoco lo va a tener nada fácil, entre otros motivos por el overbooking de atacantes (y en casi todas las líneas) que hay a estas alturas del verano en la plantilla céltica. A su favor va a jugar la confianza que tiene en sus cualidades y en su proyección el director de fútbol del club, el mexicano Marco Garcés, la mano derecha de la presidenta Marián Mouriño, la cabeza visible de una familia que hizo fortuna en México.
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